¿EL PICASSO DEL SIGLO XXI?

Holanda ha encontrado al nuevo Vermeer en un 'talent show', ¿funcionaría un 'Master Chef' del arte en España?

El programa 'The New Vermeer' ha conseguido una audiencia millonaria en un país con menos de la mitad de la población de España. El planteamiento es muy similar al del conocido concurso de cocina: profesionales y aficionados a la pintura intentan ser el mejor en una disciplina, imitando las obras de uno de los grandes maestros holandeses

Una de los momentos de 'The New Veermer'

Una de los momentos de 'The New Veermer' / Omroep MAX

Marta Alberca

Marta Alberca

Cuando se trata de televisión parece que todo vale. O no. En los últimos años la pequeña pantalla se ha llenado de talent shows que buscan al mejor cocinero como Masterchef, al mejor modista como Maestros de la costura, a grandes bailarines como Fama, a bailar. Si hablamos de música la lista es mucho más amplía: desde el fenómeno Operación Triunfo hasta Tu cara me suena. Todos ellos tienen un nexo común: diferentes disciplinas de la cultura y sus aledaños. Sin embargo, aún queda un flanco al que no han echado el gancho aún... Al menos, en España: el arte.

¿Sería posible hacer un concurso en el que los participantes lucharan por ser el mejor pintor? En Países Bajos, existe... Y ha sido todo un éxito. Bajo el nombre The New Vermeer (El nuevo Vermeer, en castellano) , este formato ha conseguido convencer a un millón y medio de espectadores, cifra muy llamativa sobre todo si tenemos en cuenta que el país tiene 17.530.000 habitantes.

El funcionamiento es muy similar al de que cualquier otro talent: un grupo de personas que tiene un supuesto don lucha por ser el mejor. En este caso, 12 concursantes deben demostrar que saben pintar, pero no cualquier cosa. El objetivo es reinventar las obras de uno de los grandes pintores holandeses de la historia: Vermeer. Al igual que en otros formatos, el jurado está compuesto por profesionales de ese ámbito. En este caso, expertos en Vermeer del Rijksmuseum, el Museo Nacional Holandés de Amsterdam y del Mauritshuis en La Haya.

El proyecto va mucho más allá, ya que el programa es solo una parte de una acción para dar la bienvenida a la gran exposición de la temporada en el Rijksmuseum, con obras de Vermeer que no habían sido mostradas nunca al público. El resultado ha sido todo un éxito, ya que la pinacoteca vendió más de 450.000 entradas en menos de cuatro días. De hecho, Pieter Roelofs, comisario y uno de los expertos del programa, comparaba en una entrevista con The New York Times la venta de entradas con la de grandes conciertos o partidos de fútbol.

En total se expondrán 28 obras, un número muy amplío si tenemos en cuenta que del holandés sólo se conocen 36, aunque esas no fueron las únicas en las que trabajó, ya que pintó al menos seis cuadros más. Varios de ellos están desaparecidas desde el siglo XVII, y uno fue robado de un museo hace décadas y nunca se recuperó. De ahí que el "gancho" del programa sea precisamente el de recrear estas obras que supuestamente se perdieron.

¿Es posible imitar un cuadro de Veermer?

Una de las cuestiones que más llama la atención es el propio título del programa, El nuevo Vermeer, que suena inevitablemente pretencioso. Así lo señala a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el director de Comunicación del Museo del Prado, Carlos Chaguaceda, que lo atribuye a una cuestión de marketing. “Es una estrategia para hacer marca, pues es muy difícil que un artista reproduzca algo así o mantenga la vigencia de ese tipo de obras”.

Sin embargo, en el concurso es lo que pretenden. Para ello, en cada episodio se elige a dos pintores profesionales que se enfrentan para crear una pintura que se parezca a algo que Vermeer podría haber pintado. Tienen cuatro meses para recrearla con la orientación de expertos en arte, que detallan pistas sobre la técnica que usaba y los materiales que empleaba en ellas. Cada capítulo también cuenta con cuatro aficionados que trabajan bajo la técnica de “categoría libre”, en la que intentan reflejar el espíritu o la esencia del holandés pero de una manera más actual. De estas seis obras que se presentan en cada capítulo se eligen dos, una de un profesional y otra de categoría libre. Las amateur ganadoras de cada episodio se exhibirán en el Museo Prinsenhof, situado en Delft, ciudad natal de Veermer, mientras que la de los artistas acabarán expuestas en el Mauritshuis.

El objetivo, por tanto, es trasladar a los espectadores del sofá de su casa a los museos. “La televisión sigue siendo el canal masivo capaz de orientar, informar o entretener a las audiencias mayoritarias al mismo tiempo, frente a la fragmentación de las redes sociales”, explica Chaguaceda. En El Prado, hace tiempo que las redes sociales ganaron peso gracias a iniciativas como los vídeos explicativos en TikTok que lo han llevado ha convertirse en la pinacoteca más seguida del mundo en la red china.

Sin embargo, dar el salto a la gran pantalla es más complejo: “La clave es encontrar un formato que sea entretenido, porque si no no va a funcionar, y en eso tiene mucho que ver la capacidad de la productora”. A lo que añade que, al fin y al cabo, el fin que se persigue con este tipo de iniciativas y campañas de comunicación es estar presente en la vida de los ciudadanos. “Los museos se han convertido en una fábrica de contenidos audiovisuales y eso es imprescindible, porque la comunicación es en una de las partes fundamentales de las instituciones”, sentencia.

¿Funcionaría en España?

¿Cuál es la clave del éxito de este formato? Jan Slagter, director ejecutivo de Omroep MAX, la productora que está detrás de este formato, lo atribuían en The New York Times a su dinamismo: “El objetivo es hablar de arte y cultura, pero que de una manera muy accesible”. Y añadía que la idea era acercar los museos a la gente que no se siente cómoda en ellos. Los datos de audiencia demuestran que ha sido así.

Una cuestión poco sencilla, sobre todo si tenemos en cuenta el contexto actual donde las plataformas que ofrecen contenidos en streaming cada vez tienen más usuarios. En España, según el último informe de la consultora audiovisual Barlovento, el consumo de televisión tradicional durante la temporada 2021/2022 había caído a mínimos históricos con una media de 203 minutos al día, al tiempo que el empleo del televisor para otros usos ha alcanzado su máximo, con 33 minutos por persona.

Dicho esto, ¿un talent así tendría audiencia en España? Borja Terán, periodista especializado en medios de comunicación, cree que sí. “Hacer televisión es atreverse con las ideas. Y nosotros tenemos una cultura autóctona muy poderosa que puede llegar a la gente con facilidad”. A lo que añade que la clave está en encontrar un formato que sea atractivo. El público tiene una curiosidad mucho más amplía que los directivos de los medios de comunicación. La televisión se ha quedado paralizada en muchos aspectos por miedo”.

Jurados de 'Maestros de la costura' y Tamara Falcó una de las concursantes de 'Masterchef Celebrity'

Jurados de 'Maestros de la costura' y Tamara Falcó una de las concursantes de 'Masterchef Celebrity' / Agencias

Sin embargo, Esther Mucientes, periodista especializada en televisión de El Mundo, no es muy optimista: “Masterchef tiene tanto éxito porque si hay algo que nos gusta a los españoles es comer. La costura, aunque Maestros de la Costura la acercó al público, no está al alcance de todos. Y creo que pasaría lo mismo con un talent de pintura”. Del mismo modo insiste en que la clave del éxito reside en qué tipo de formato sería. “Adaptar el arte a todos los públicos, al igual que fue adaptar la costura, con una diferencia: todos nos vestimos, pero no todos consumimos arte".

Fuera de la televisión tradicional, otra de las vías que se abre es la de las plataformas. No sería la primera vez que Netflix apostaría por un reality como Es una tarta, el programa en el que reposteros crean tartas de aspectos inimaginables que bien podrían confundirse con los objetos originales. También Amazon Prime con Celebrity Bake Off España, el talent de repostería que consiguió reunir perfiles tan distintos como Esperanza Aguirre y Soy una pringada. “En una plataforma sí que encajaría porque ahí es el espectador el que elige. Un ejemplo es el nuevo talent que Shine Iberia [productora de los dos programas citados] está intentando que adquiera alguna plataforma: Hairstyle. Un concurso de peluqueros”, argumenta Mucientes.

Terán, por su parte, sí aboga por llevarlo a la televisión pública. “Es un formato que encajaría muy bien en RTVE, pero hay que entender que la cadena pública no está en su mejor momento. Tenemos que abrir la mente a nuevas formas de divulgar el arte, hacerlo más accesible”, sentencia.

¿Cuál sería el perfil del espectador? Según Mucientes sería un público especializado, “coleccionistas, críticos de arte, artistas, mecenas... Desde luego un público generalista sería difícil que se enganchara, a no ser que el programa se adaptara mucho al común de los mortales”. Sin embargo, Terán opina lo contrario. “Uno de los principales problemas es que se piensa en hacer programas para gente mayor, porque la gente mayor es la que ve la tele, pero, ¿quién es la gente mayor? Hasta ésta puede tener una mentalidad joven. Todo es muy relativo”.

Por el momento se desconoce si hay alguna productora española que esté pensando en apostar por este formato. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA se ha puesto en contacto con Shine Iberia, quien declinó participar en este reportaje.