LIBROS

Angela Carter, la autora universal que creó su propio género literario

Se recuperan dos novelas fundamentales de una escritora célebre por su desbordante imaginación, creadora de una literatura limítrofe con la ciencia ficción y con una fuerte impronta feminista

La novelista británica, Angela Carter.

La novelista británica, Angela Carter.

Carmen López

La escritora Angela Carter publicó su novela Noches en el circo en 1984. Aquella primera edición estaba encuadernada en tapa dura y la exigua economía de Sarah Waters , célebre años más tardes por sus novelas de ambientación victoriana con protagonistas lesbianas y cierta propensión a lo espectral, no le permitía comprarla entonces, así que tuvo que esperar un año a que el libro saliera en formato de bolsillo para hacerse con él. Era tan fan de la autora, que cuando vio un poster promocional del título en la librería de su universidad pidió que se lo regalasen para colgarlo en su habitación, como otros ponían los de sus grupos de música preferidos. Por aquel entonces ni se podía imaginar que casi cuatro décadas después, una editorial llamada Sexto Piso publicaría ese libro traducido al castellano por Rubén Martín Giráldez con un prólogo firmado por ella misma. El mismo sello acaba de lanzar en rústica otro libro de Carter, La juguetería mágica, con traducción de Carlos Peralta.

Cuando escribió Noches en el circo, la imaginación de Carter estaba disparada. Su protagonista es una acróbata llamada Sophie Fevvers, famosa en el mundo entero, que mide casi dos metros y tiene alas de verdad, como las de un pájaro. Al menos eso es lo que parece creer el público, y lo que le cuenta al periodista californiano Jack Walser, además de que nació de un huevo y creció en un burdel después de que sus padres la abandonasen en la puerta. El reportero, escéptico como cualquiera con un poco de experiencia, está dispuesto a demostrar que todo es una patraña y en su obsesión acaba acompañando a la trapecista por un periplo que les lleva de Londres a Rusia.

La autora murió de cáncer de pulmón ocho años después de que la novela viese la luz. Solo tenía 51 años, pero aprovechó bien las cinco décadas que estuvo viva. Su historia se ha contado muchas veces: era hija de un periodista y una ama de casa, que la protegieron de manera neurótica hasta que a los 17 años decidió tomar las riendas de su existencia. Se sometió a una dieta estricta –la anorexia no está descartada, según su biógrafo Edmund Gordon– porque la alimentación caprichosa de su progenitora la había llevado a la obesidad. A los 19 años, cuando trabajaba de periodista, se casó con un ingeniero llamado Paul Carter pero la relación fue fatal. En 1969 ganó el premio literario Somerset Maugham por su tercera novela, Varias percepciones (Minotauro ediciones), se fue a Japón y acabó con el matrimonio. Después de diversas relaciones sentimentales desastrosas, se casó en 1977 con Mark Pearce. Tuvieron a su único hijo, Alexander, en 1983.

Durante todo ese tiempo, escribió novelas, revisó los cuentos infantiles tradicionales, firmó artículos en periódicos y revistas, dio clases de escritura narrativa a autores incipientes y prestó un gran apoyo a la editorial feminista Virago, de su gran amiga Carmen Callil. Con ella publicó muchos de sus textos porque, pese a las rencillas que vivió dentro del movimiento –su ensayo La mujer sadiana (1978), donde defendía al Marqués de Sade y su pornografía como liberadores para las mujeres, incomodó a personas dentro de sus filas–, Carter era innegablemente feminista, solo hay que leer sus libros para comprobarlo.

Un referente

"Lo primero que me llamó la atención de ella es que trata el nacimiento del deseo femenino y la adolescencia de las mujeres", dice la periodista y escritora Laura Fernández, que el pasado mes de mayo ganó el Premio Ojo Crítico de Narrativa por su libro La señora Potter no es exactamente Santa Claus. "Lo que hace es subvertir la narrativa clásica otorgando el protagonismo a quienes no lo han tenido desde el principio, como las mujeres en el tema del cuento clásico. Da la vuelta a todo, es una titana del desorden, de la nueva significación". Su libro preferido de Carter es La juguetería mágica, quizá porque fue el primero que leyó. "Muchas adolescentes de mi época no tuvimos autoras con las que poder compartir cómo estábamos viviendo el paso de niña a adolescente porque leíamos libros escritos por hombres, no había mujeres que hablasen de forma tan directa en castellano. Explica de manera muy animal y fuera del sistema las cosas incontrolables que no puedes comprender en esa transición", afirma.

Anna Ferrer lleva un mes al frente de L’Insòlita, la primera librería especializada en literatura fantástica y de ciencia ficción feminista de España, que abrió hace menos de un año en Barcelona. Desde que ocupa este puesto de trabajo, de Carter ya le han pedido diferentes clientas "sus Cuentos de Hadas (Impedimenta), una antología de relatos hecha por ella misma, y Quemar las naves (Sexto Piso), que son sus cuentos completos. Antes estuve cuatro años trabajando en una librería inglesa del barrio de Gràcia de Barcelona, Llibreria Hibernian, y se vendían sus libros casi a diario”.

Conoce bien la obra de la autora londinense. Como Laura Fernández, Ferrer llegó a ella por La juguetería mágica, que también es su título preferido. "Es una novela inquietante. No quiero desvelar nada porque es interesante ver cómo todo va progresando en el texto pero es un relato llena de detalles (recuerdo que se menciona mucho lo que comen los personajes –pasteles, bollos, sopas..) y muy visual (la juguetería y todos los juguetes puedes llegar a dibujarlos con toda la información que te da)", comenta. Es otro detalle en el que coincide con Fernandez, que dice: "cada frase es casi una pincelada de un impresionante cuadro impresionista".

En mayo de 2021, Ana Llurba publicó Érase otra vez. Cuentos de hadas contemporáneos, un estudio de crítica literaria sobre cómo se actualizan esos relatos, un ejercicio que Carter llevó a cabo en su obra. "Es mi homenaje. Lo que más me interesa de ella es cómo mezcla la cultura popular, desde los cuentos de hadas hasta la cultura musical". De la escritora se decanta por La pasión de mi amiga Eva, que Minotauro editó en España en los 90. "Es una especie de visión postmoderna de Orlando de Virginia Woolf. Va de un hombre que se llama Evelyn que se transforma en Eve, pero más allá de esta experiencia, lo interesante son los mundos en donde eso va pasando. Crea unos escenarios que podrían ser de una película de serie Z de la Hammer, con un lenguaje muy culto y estilizado. En Japón fue a ver espectáculos de danza butoh y la performance de la identidad sexual que vio ahí, con hombres disfrazados de mujer, le llamó mucho la atención, y creo esa teatralidad de lo femenino está en su obra".

La fantasía al alza


Para Anna Ferrer la literatura fantástica y de ciencia ficción está viviendo un buen momento. "Creo que antes había más prejuicio hacia la literatura de género, como fantasía, terror o ciencia ficción, porque se veía como puro entretenimiento. Y no digo que esté mal ni que ahora no pueda serlo", sostiene. "El público, las librerías y la academia están reivindicando la lectura de estos textos más allá de la evasión y la diversión. Leerlos desde el feminismo, la clase, el poscolonialismo, la ecología, abre nuevas formas de acercarse a estos textos, a sus problemáticas y también a nuestra realidad".

Llurba también opina que el género está alcanzando cierta relevancia. Le parece que en castellano lo más interesante que está ocurriendo es "una cierta reactualización del fantástico latinoamericano o realismo no mimético, como prefieren decirlo en España, porque parece que el fantástico les da urticaria", sostiene divertida. Aporta una lista de nombres que en la actualidad están contribuyendo a impulsar esta tendencia: "el gótico andino en Mónica Ojeda, ese cruce entre terror y noir increíble que hace Mariana Enríquez. Y sobre todo el rescate de la mexicana Amparo Dávila y la chilena María Luisa Bombai, a las que han reeditado Seix Barral y Páginas de Espuma". Asimismo, señala que Carter tiene sucesoras en la literatura inglesa como Helen Oyeyemi, una autora que la editorial Acantilado tiene en su catálogo. "Es de orígenes nigerianos y en sus novelas explora temas de identidad como la mitología yoruba".

La nota discordante aquí, sin embargo, la aporta Laura Fernández, que dice que "cuando haces literatura, el género es lo de menos". Según su opinión, la literatura fantástica, de terror o ciencia ficción siempre está presente porque es el motivo por el que mucha gente continúa leyendo. "En mi época, cuando mucha gente dejaba de leer libros infantiles y juveniles, se pasaba a Stephen King, que es terror. Y siempre está El señor de los anillos, porque en el fondo no quieres abandonar al niño o la niña que fuiste". No duda en opinar que Angela Carter está por encima de cualquier género, porque creó los suyos propios, y como Margaret Atwood defiende que la escritora inglesa "es literatura universal, y vale ya".  

'Noches en el circo'

Autora: Angela Carter

Editorial: Sexto Piso

384 páginas. 24,90 euros

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