ELECCIONES DEL 12M

Los debates electorales se convierten en el primer pulso de la campaña en Cataluña

El formato en el que se desarrollarán los encuentros entre candidatos provoca los primeros roces

Pere Aragonès y Carles Puigdemont.

Pere Aragonès y Carles Puigdemont. / Gemma Tubert / ACN

Quedan 18 días para que empiece la campaña de las elecciones catalanas y ya se ha instalado el primer pulso entre los partidos: el formato de los debates electorales. La imposibilidad del candidato de Junts, Carles Puigdemont, de acudir presencialmente a estos debates -se arriesgaría a ser detenido si entra en España- complica su organización y ya ha empezado a suscitar los primeros reproches entre las candidaturas. El expresident ha pedido este lunes celebrar el debate de TV3 y Catalunya Ràdio en Perpinyà (Francia), pero varios partidos ya lo han descartado. Mientras tanto, el president Pere Aragonès ha retado a Puigdemont a celebrar un 'cara a cara' en Francia -para el que solo se necesitaría el visto bueno entre las dos partes-, pero aún no ha obtenido respuesta.

La candidatura del expresident quiere evitar hacer una campaña a través de las pantallas y que se imponga la idea de que hay un candidato 'efectivo', como pasó en 2021. En aquel momento, Puigdemont encabezó la lista, pero desde el primer momento se supo que quién se sometería a una eventual investidura sería su número dos, Laura Borràs. Fue ella quien lideró los mítines, las entrevistas de campaña y también los debates. Ahora el expresident quiere dejar claro que las circunstancias han cambiado con la amnistía y que es posible su restitución siete años después. Y su presencia en los debates es clave para apuntalar esta idea, aunque las posibilidades de que prospere su propuesta son remotas.

De momento, Junts mantiene el secretismo sobre cuál será su respuesta si TV3 rechaza celebrar el debate en Francia, como previsiblemente pasará. Una posibilidad sería enviar a su número tres, Josep Rull, que ya será el representante de Junts en el primer debate de todos, organizado por PIMEC. Pero que sea Rull quien capitanee todos los debates no es la prioridad de Junts porque apuntalaría la idea de que hay un candidato 'efectivo' y otro de simbólico. La número dos, la empresaria Anna Navarro, no está previsto que asuma este tipo de rol y se reservará básicamente para hablar de nuevas tecnologías y de estrategias para combatir la fuga de talentos.

Presión sobre TV3

Si TV3 no acepta celebrar el debate en Francia, Junts podría repetir la protesta de 2019, cuando el jefe de campaña de Junts a las elecciones europeas, Aleix Sarri, abandonó el plató para hacer patente su protesta por los vetos de la JEC a que Carles Puigdemont o Toni Comín pudieran intervenir por videoconferencia. Sarri hizo una primera intervención quejándose de la situación y abandonó el plató dejando un lápiz de memoria con el minuto de oro del expresident encima de la mesa. Un discurso que no se emitió y que la formación usó para criticar la televisión pública.

El hecho de que el actual director de campaña de Puigdemont, Albert Batet, haya hecho pública la carta que ha enviado a la dirección de los medios de la Corporación Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) para pedir el debate en Perpinyà, va en la misma línea. Batet arguye que su candidato debe tener derecho a participar en el debate en "igualdad de condiciones" y sin "dificultades técnicas que le impidan o dificulten su plena expresión".

Además, desde Junts se acogen al hecho de que los medios públicos catalanes han reabierto hace escasas semanas su delegación en Perpinyà y apuntan a que se trata de "una televisión y una radio nacionales que incluyen la 'Catalunya del Nord' dentro de su ámbito de cobertura", para aumentar la presión sobre su dirección. A la espera de la respuesta oficial de TV3, algunos de los otros candidatos, como el popular Alejandro Fernández, ya han rechazado la propuesta, alegando que la campaña no puede ser "un 'reality show' alrededor de Puigdemont". También Ciudadanos y Vox se oponen.

La alternativa de ERC

Los partidos negocian el formato de los debates con semanas de antelación. Previendo el embrollo que habría, el president y candidato de ERC, Pere Aragonès, propuso la semana pasada celebrar, si era necesario en Francia, una debate a tres entre él, Illa y Puigdemont. Illa no tardó en descartarlo, por lo que el president reformuló su propuesta y la adaptó ‘cara a cara’ entre él y el candidato de Junts. Aún no ha recibido respuesta.

Desde la candidatura republicana lamentan que, si realmente Puigdemont quiere celebrar en Francia el debate de TV3 con todos los candidatos, no debería tardar tanto en aceptar un debate a dos con Aragonès en aquel país. La bondad de esta opción es que ERC y Junts podría cerrarlo sin necesidad de hablar con terceros partidos. Solo tendrían que encontrar un medio privado para hacerlo -tienen más margen que los públicos- y ya han recibido ofertas. Pendiente de la respuesta de Junts, la propuesta de Aragonès le ha granjeado las críticas de los Comuns y la CUP, por quererlos arrinconar de los debates.