CATALUÑA

El Parlamento catalán asume el cese del diputado de la CUP Juvillà pese a la gesticulación de Borràs

Las maniobras la presidenta de la Cámara acentúan los recelos en ERC y la CUP y chocan con el cuerpo funcionarial

La presidenta del Parlament catalán, Laura Borràs

La presidenta del Parlament catalán, Laura Borràs / Ferran Nadeu

Júlia Regué

El independentismo gesticula para flexibilizar al máximo la orden de la Junta Electoral Central (JEC) de retirar el escaño de forma inmediata al cupero Pau Juvillà. Tras ser inhabilitado por el Tribunal Superior de Justícia de Cataluña (TSJC) por negarse a descolgar lazos amarillos de su despacho en la Paeria de Lleida en 2019, en pleno periodo electoral, ERC, Junts y la CUP idean una nueva fórmula a la que acogerse para evitar cumplir la orden del órgano administrativo mientras se está a la espera de una sentencia firme del Tribunal Supremo. Pero las opciones son escasas y sujetas al ruido habitual entre socios. Más todavía cuando los funcionarios ya han movido ficha y Juvillà, formalmente, ya no es diputado porque la JEC ha expedido nuevas credenciales.

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, debe rendir cuentas ante la JEC antes de este viernes e informar de todas las medidas que ha tomado en cumplimiento de la retirada del escaño a Juvillà. Para desoír dicha orden, Borrràs se ha presentado este martes a la reunión de la Mesa con la propuesta de "paralizar" la actividad parlamentaria, según varias fuentes, durante unos 15 días, para protestar contra la JEC y exhibir la "soberanía" de la Cámara.

Pero el plan ha generado muchas dudas y recelos tanto en ERC como en la CUP, que han solicitado que se acote este parón hasta la convocatoria de una sesión de la comisión del estatuto del diputado (que podría citarse este miércoles), en la que buscan avalar otro dictamen parecido al ya aprobado en pleno en defensa de Juvillà. El PSC, por su parte, ya ha avisado de que votará en contra para que se ejecute cuanto antes la retirada del escaño, a diferencia de las dos anteriores votaciones sobre el asunto en las que se abstuvieron.

La presidenta del Parlament, Laura Borràs. EFE/Enric Fontcuberta/Archivo

La presidenta del Parlament, Laura Borràs. / EFE/Enric Fontcuberta/Archivo

Pero el plan de Borràs se ha ido deshinchando mientras transcurría la reunión. Según varias fuentes, la presidenta ha sido advertida por los letrados de posibles consecuencias judiciales si pretendía acogerse al artículo 37 para suspender la agenda prevista. Ante tal embrollo, y el enfado del PSC, la Mesa ha acabado pactando instar a que las comisiones no se celebren, o bien porque al llegar falten diputados o porque se consensue entre las mesas si las presiden independentistas.

En una rueda de prensa, y arropada por miembros independentistas de la Mesa y la diputada cupera Dolors Sabater, Borràs ha cargado contra la JEC por "pretender imponerse" a las decisiones del hemiciclo y por "atacar la integridad de sus miembros". "La JEC es un órgano administrativo, pero está actuando como si fuera una instancia judicial", ha espetado.

Borràs, en el punto de mira

Paralelamente, Juvillà se ve afectado por un problema de salud que le ha impedido asistir hoy a la reunión de la Mesa y que complicará su actividad como electo. De todas formas, fuentes de la CUP insisten en que no dejará su escaño aunque sí podría renunciar a la secretaría tercera de la Mesa para que entrara un nuevo cupero en su puesto. Ahora bien, según varias fuentes, su asesora directa en el órgano parlamentario, la exdiputada Maria Sirvent, ha sido notificada "verbalmente" por los servicios jurídicos de que ya no es trabajadora del Parlament y se le dará de baja de la seguridad social. A todo esto, fuentes de la CUP apuntan que Juvillà ha cobrado la nómina hasta el 31 de enero, no hasta el 20 de enero, fecha en la JEC daba por suspendido al parlamentario y expedía una nueva credencial que ya está en la Cámara catalana.

Sea cual sea el plazo en el que se pretenda dilatar la respuesta a la JEC, Borràs está en el punto de mira porque sólo depende de ella acatar o desobedecer la retirada del acta al cupero aunque ella busque una respuesta conjunta. Y es que la insistencia de Juvillà en mantener el escaño, pese al plazo dado por la JEC, sitúa a Borràs en la tesitura de, o bien acatar y ser expuesta a los reproches incesantes del independentismo como lo fue el anterior jefe del Parlament, Roger Torrent, altamente criticado por cumplir con el procedimiento en el caso de Torra, o se expone a un proceso judicial por desobediencia.

De hecho, estas maniobras de las últimas horas son interpretadas tanto por miembros de Esquerra como de la CUP como la forma de Borràs de intentar hacer ver, "gesticular", que está desoyendo a la JEC, "cuando sabe que no hay otra forma que acabar acatando" como hizo Torrent.