TEMPERATURAS EXTREMAS

Cuando la puerta del infierno se abrió en Llanes (Asturias)

La noche del domingo, día más caluroso de la historia del Principado, el Oriente de la comunidad sufrió un "reventón cálido": la temperatura subió bruscamente hasta los 40 grados, bajó la humedad al 15% y los vientos soplaron con fuerza

Playa del Sablón en Llanes

Playa del Sablón en Llanes

Borja Sopeña / Marcos Palicio / Pablo Álvarez

La puerta del infierno se abrió en el Oriente de Asturias, en concreto en el concejo de Llanes, cuando anochecía el pasado domingo. En tres cuartos de hora, la temperatura aumentó de forma busca en 16 grados, hasta rozar los 40; a la vez que la tasa de humedad se desplomaba del 75 al 15 por ciento; al mismo tiempo el viento comenzó a soplar con fuerza. Quienes lo sufrieron lo describen como "una lengua de fuego", "apocalíptico" o "como tener un secador a plena potencia en la cara".

Sucedió este pasado domingo, el día más caluroso de Asturias desde que existen registros. Y afectó de manera primordial al oriente de la región, en particular al concejo de Llanes. Entre las 22.18 horas a poco antes de las 23.00, los termómetros se dispararon en casi 16 grados –hasta frisar los 40–. El porcentaje de humedad cayó prácticamente del 75 al 15 por ciento. A la vez, se levantó un aire huracanado supercaliente. De ahí que a este fenómeno se le conozca en el argot meteorológico como "reventón cálido" y se suele producir al final de una tormenta.

Gabriel G. Valcárcel, geógrafo y climatólogo asturiano, subraya el interés del acontecimiento. ¿En qué consiste? "En primer lugar, llueve en la parte alta de la atmósfera y esta agua se encuentra con una capa de aire extremadamente seca y cálida en los niveles bajos de la atmósfera". Cuando esto ocurre, el agua se evapora y, en el proceso en el que cambia de estado, libera todo el calor latente que contiene. "Este aire se hace más denso que el que lo rodea y comienza a descender hacia la superficie de la tierra, acelerándose, recalentándose y resecándose. Como consecuencia, se producen ascensos súbitos de temperatura y fuertes rachas de viento", explica el climatólogo.

El delegado en Cantabria de la

Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)

, José Luis Arteche, corrobora el diagnóstico de Valcárcel. Fueron varias las estaciones que recogieron con datos este fenómeno cargado de espectacularidad. Las gráficas de temperatura y humedad son muy elocuentes. A las 22.18 horas había una temperatura de 23,4 grados con una humedad del 73 por ciento. En pocos minutos, el termómetro se disparaba y la humedad caía a niveles muy bajos (17 por ciento). "Se producía en ese momento el reventón cálido que hizo que en menos de media hora el termómetro subiera de 23,4 a 38,9: casi 16 grados de ascenso en menos de media hora", resume Gabriel G. Valcárcel.

La estación de Aemet, situada en otro punto de Llanes, registró la misma situación, con ligeras variaciones. "Las mediciones entre las 22.00 y las 23.00 horas muestran un ascenso de 12,3 grados y un incremento más que notable de las rachas de viento, que pasó de una situación de casi calma a rachas que llegaron a los 59 kilómetros por hora. La humedad pasó del 68 al 14 por ciento", indica el geógrafo asturiano.

Si el reventón cálido llegó de forma súbita, se marchó de una manera muy parecida: "A las doce de la noche todo había vuelto a la normalidad: la humedad estaba en el 68 por ciento, la temperatura había bajado hasta unos agradables 22,6 grados y el viento se había calmado". El reventón cálido, metáfora llanisca del apocalipsis, ya era historia.