EL CORREO DE ANDALUCÍA

El rechazo al turismo se dispara en los andaluces menores de 30 años por los problemas de vivienda

Un estudio realizado por la Junta de Andalucía durante 2023 ofrece una muestra de la percepción que tienen los residentes en la comunidad en función de la edad, el sexo o el municipio en el que viven

Los jóvenes andaluces sitúan como el mayor aspecto negativo del turismo el acceso a la vivienda

Los jóvenes andaluces sitúan como el mayor aspecto negativo del turismo el acceso a la vivienda / JORGE JIMÉNEZ

Rafa Aranda

El turismo es uno de los grandes debates sobre la mesa de la actualidad andaluza, generando división de opiniones entre la Junta, los ayuntamientos, el sector hotelero y hostelero, los residentes de los diferentes municipios o los propios visitantes. El único consenso que existe es que para los andaluces ni es el culpable de todos los males ni es el gran salvador de todos los problemas. Es la conclusión que se desprende del estudio realizado por la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte de Andalucía (EPGTDA) durante este pasado 2023, presentado este lunes en Sevilla.

"No creo que sea justo decir que el turismo sea la razón negativa de todas las cosas. Estamos alimentando una leyenda negra. Es la principal actividad que tenemos en Andalucía", defendía Arturo Bernal, consejero de Turismo de la Junta. Este se esmeró en destacar sobre todo que el 91% de los preguntados consideran que tiene un efecto positivo en la economía local y en la generación de empleo, ayudando a mejorar el prestigio y la imagen del municipio.

El informe tiene dos aproximaciones diferentes, de manera cuantitativa con un total de 3.200 encuestas realizadas presencialmente en 32 municipios andaluces. 1200 en localidades con alta presión turística, 800 en municipios y 400 en las capitales (Sevilla, Málaga, Cádiz y Granada). Otra aproximación de forma cualitativa mediante seis focus group (Sevilla, Málaga, Tarifa, Vera, Capileira y Zuheros) formados por personas de diferentes edades, sexo y vinculación con el turismo.

Entre los andaluces sondeados para el estudio cualitativo, uno de los aspectos más llamativos es lo que cambia la percepción del turismo según el rango de edad. El sevillano de 25 años que busca vivienda y trabajo no tiene las mismas preocupaciones que el cordobés de 40 años que está formando una familia, que el gaditano de 60 años que está encarando la recta final de su etapa laboral, o el granadino de 70 años que ya está jubilado y prioriza la tranquilidad, por ejemplo.

La vivienda, la preocupación juvenil

Según los datos recabados por la Junta de Andalucía a raíz de las encuestas realizadas, se ha constatado que la visión de la actividad turística varía en función de la etapa de la vida en la que te encuentres. En el caso de los jóvenes, los menores de 30 años, a nivel económico lo que más preocupa es una "vivienda imposible y precios más altos".

Los menores de 30 años también se quejan de los residuos y la basura o las despedidas de soltero, en el caso de las mujeres principalmente. En cambio, destacan que a nivel social hay más ambiente y se puede conocer gente nueva y a nivel cultural más actividades.

Entre los 31 y los 45 años, se valora positivamente que favorece a una estabilidad económica, por encima de la vivienda. También se aprecia que se produce una apertura a otras culturas y hay más conciertos. Sin embargo, entre lo negativo enumeran los problemas de tráfico y aparcamiento, masificación, un turismo de borrachera y despedidas, los pisos turísticos y una falta de infraestructuras para soportar visitas.

Con la vida mucho más asentada, entre los 46 y 60 años, esta franja de edad resalta su aportación como oferta de empleo y motor económico y que ayuda al contacto con gente de otras culturas. Pero, al contrario, añaden como negativo el ruido, la pérdida de identidad y esencia, la falta de agua, la pérdida de lugares casi vírgenes y la basura en espacios naturales a los inconvenientes mencionados antes.

Por último, los mayores de 60 años, fase en la que entra en escena la jubilación, consideran positivos sus efectos para la economía y la oferta cultural, repitiendo como negativo la masificación, la falta de aparcamiento, la pérdida de identidad, la falta de agua o la basura en la naturaleza.

Las mujeres lo ven más negativo

En cuanto a la percepción del turismo en función del género, la gran conclusión que se extrae es que es más negativa entre las mujeres que entre los hombres. Estas se muestran especialmente preocupadas por los precios y alquileres de las viviendas, la pérdida de modos de vida y tradiciones o las excesivas edificaciones y residuos.

Pero, sobre todo, las mujeres encuestadas tienen un sentimiento muy negativo sobre las borracheras y despedidas de soltero que generan los visitantes. Ellas valoran positivamente los efectos sobre los ingresos y el empleo, poder conocer gente de otras culturas, que hay más actividades y aumenta la interculturalidad, y un mayor cuidado de espacios urbanos y parques naturales.

El género masculino, por su parte, destaca como problemas los bajos salarios, el tráfico y la falta de aparcamientos, la mercantilización y la contaminación. En cambio, creen que tiene una incidencia positiva en los ingresos, empleos e inversiones en su localidad, hay contactos sociales más amplios, aumenta la oferta y el intercambio cultural y valoran también el cuidado de centros históricos y playas.

¿Qué turista prefieren en cada provincia?

El informe presentado por la Consejería de Turismo también permite saber, en cada uno de los focus group, qué tipo de turista desean recibir, con datos tan precisos como su nacionalidad, su edad o lo que van a hacer en su destino. Si existiera, un turismo a la carta.

Los encuestados en Zuheros (Córdoba) muestran indiferencia por la nacionalidad del turista que les visite, pero sí prefieren que tenga 40 años y busque disfrutar de la cultura y la naturaleza. Los de Capileira (Granada) también los prefieren mayores de 40 años, que sean británicos o nórdicos, y deportistas o de costumbres. Y los de Vera (Almería), de la misma edad, que sean nórdicos, alemanes o ingleses, y que busquen un turismo familiar o de jubilación.

En Sevilla se tiene preferencia por visitantes de mediana edad, asiáticos y con la intención de ir a congresos o un interés cultural

En Sevilla se tiene preferencia por visitantes de mediana edad, asiáticos y con la intención de ir a congresos o un interés cultural / Jorge Jiménez

En el caso de los preguntados en Tarifa (Cádiz), se desea un turista holandés, suizo o alemán de mediana edad y con un interés ornitológico, por el buceo y el deporte. En Sevilla también se tiene preferencia por visitantes de mediana edad, asiáticos y con la intención de ir a congresos o un interés cultural. Por último, en Málaga, se desearía que llegaran asiáticos y británicos, de mediana edad o jubilados, y que pertenezcan a un turismo cultural, residencial o de playa.

Ventajas e inconvenientes del turismo

Los encuestados destacan como aspectos positivos a nivel económico que la actividad turística favorece inversiones en infraestructuras y cultura, genera recursos económicos, y crea empleo directo e indirecto. Y como negativos, eleva los precios de la vivienda (alquiler y compra), los servicios y productos son más caros que en zonas no turísticas, y en el sector hay malas condiciones laborables (largas jornadas, bajos sueldos …).

A nivel social, se valora positivamente conocer otras culturas (abrir la mente, aprender idiomas …) y que hay más vida y ambiente. En el plano negativo, perjudica al tráfico y a la falta de aparcamientos, las molestias de los apartamentos turísticos (ruido, expulsan a los vecinos, etc. ), una pérdida de negocios locales, o un turismo de borrachera (ruido, inseguridad, mala convivencia…).

A nivel social, se valora positivamente conocer otras culturas (abrir la mente, aprender idiomas …) y que hay más vida y ambiente. En el plano negativo, perjudica al tráfico y a la falta de aparcamientos, las molestias de los apartamentos turísticos (ruido, expulsan a los vecinos, etc. ), una pérdida de negocios locales, o un turismo de borrachera (ruido, inseguridad, mala convivencia…).