LA OPINIÓN DE MÁLAGA

Vivir más de 90 años: el secreto de la longevidad

Trini, Dolores, sor Mila y Pilar se reúnen para recordar sus vidas e identificar los hábitos comunes que les han permitido superar, o casi alcanzar, la barrera de los 90 años. Un mérito cada vez más habitual en la provincia de Málaga

Llevar una buena dieta, vivir ilusionado y mantenerse activo física, mental y socialmente son algunas de las claves para llegar a nonagenario

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De izda. a dcha., Pilar Riello, Dolores Sánchez, Trinidad Rodríguez y sor Milagrosa Fernández

De izda. a dcha., Pilar Riello, Dolores Sánchez, Trinidad Rodríguez y sor Milagrosa Fernández / ÁLEX ZEA

Arancha Tejero

Sor Milagrosa saluda desde la puerta y baja los escalones con agilidad sin ayuda de nadie. Trini y Dolores también llegan por su propio pie y, aunque la segunda viene ayudada de su andador, ella misma lo deja a un lado y se sienta sin problema junto a sus compañeras. Pueden parecer acciones sencillas e insignificantes, pero estas cobran su relevancia al tener en cuenta que estas mujeres tienen ya 90, 89 y 87 años y, aun así, acuden al encuentro con vitalidad dispuestas a mantener una animada conversación.

¿El motivo de la reunión? Conocer el secreto para vivir tantos años. Sor Milagrosa Fernández (o sor Mila como le gusta que la llamen) responde al momento sin dudarlo: "Vivir con ilusión, esperanza y alegría", afirma con rotundidad la hermana. En el caso de Trinidad Rodríguez y Dolores Sánchez, sus hijos y familias han sido el motor de sus vidas, por quienes trabajaron tantos años y quienes las cuidan y mantienen felices hoy en día. En resumen, las tres coinciden en que la clave ha sido "sentirse queridas y dar cariño".

Sor Milagrosa (90 años)  ÁLEX ZEA

Sor Milagrosa (90 años) / ÁLEX ZEA

"No estoy sola nunca. Me recogen, me llevan en coche y me visitan", destaca con orgullo Dolores (nacida en Antequera el 5 de febrero de 1937), que ha dedicado su vida a la crianza de sus diez hijos. Hoy, tras muchísimos años de esfuerzo y sacrificio, pues recuerda lo duro que fue sacar a su familia adelante, son ellos quienes la alegran cada día, junto a sus nietos (son tantos que afirma que ni recuerda el número exacto) y sus 20 bisnietos.

Trini, nacida el 17 de julio de 1934, tampoco tarda en presumir de familia. Tiene 3 hijos, 7 nietos y 4 bisnietos, que también la visitan todos los fines de semana. Aunque en dos meses cumplirá los 90, sigue viviendo sola en su casa en Carranque, desde que falleció su marido hace ya 27 años. "Me levanto, me baño, me vengo al colegio (al centro de día de las Hermanas Hospitalarias de Málaga), hago la cama que he dejado ventilando y por las tardes viene una muchacha que me ayuda", describe Trini su rutina del día a día, que incluye también un paseo de 30-45 minutos, "si hace buen tiempo", y hacer, como mínimo, una sopa de letras.

Dolores Sánchez (87 años)

Dolores Sánchez (87 años) / ÁLEX ZEA

Los fines de semana va a la peluquería o a casa de sus hijos, aunque los domingos prefiere que la dejen tranquila. "Soy muy casera", señala la malagueña, que sigue haciéndose la comida ella misma, poniendo lavadoras y tendiendo la ropa. También se arregla y pinta todos los días antes de venir al centro. Y, pese a que al principio no sabe muy bien por qué las han reunido a todas ese día, en el momento en el que comienzan a fotografiarlas no duda en enseñar con orgullo su manicura impoluta. "Ah, ¿pero es que sigue habiendo periódicos?", comenta con sorpresa tras enterarse del objetivo del encuentro.

Durante la charla, las tres mujeres descubren que tienen varios puntos en común: han estado siempre acompañadas, mantenido una dieta saludable y han trabajado durante toda su vida. El mayor ejemplo es, sin duda, Sor Mila. Nació el 7 de marzo de 1934 en Burgos y no ha dejado de estar activa ni un solo momento, ni siquiera cuando hace un par de años se fracturó las manos por culpa de una caída. "Encendía el ordenador con la nariz o la boca", comparte sin darle importancia alguna.

Tras ingresar en el convento a los 18 años, estudió enfermería y más tarde fisioterapia, especializándose en traumatología y rehabilitación en París. Tras su estancia en la capital francesa, regresó a Madrid donde vivió durante 33 años. Después la trasladaron a Arévalo, Aravaca, y, finalmente, como responsable a las Hermanas Hospitalarias de Málaga. "Cuando llegué monté un gimnasio y les hacía rehabilitación cada día", rememora sor Mila, que continúa trabajando a día de hoy en diferentes tareas, como gestionando el control de las comidas del centro. La prueba de ello es que cuando sus compañeras fueron a buscarla para la entrevista, la encontraron en su despacho donde llevaba realizando tareas desde las ocho de la mañana.

Trinidad Rodríguez (89 años)

Trinidad Rodríguez (89 años) / ÁLEX ZEA

Dolores también se esfuerza por mantenerse activa. De hecho, aprovecha para contar que su hija Inmaculada, con la que vive, ya le ha comprado la gorra para la excursión al campo que organiza el centro al día siguiente. "Todos los días vengo aquí y hablo con los compañeros con los que me río mucho y estoy muy a gusto. Luego, por la tarde, nos damos un paseíto, me bañan, ceno y a dormir. También me gusta mucho coser", repasa Dolores, que, aunque le cuesta un poco oír, una vez entiende la pregunta contesta sin problema alguno.

"La actividad física, mental y social es clave", afirma Carlos de Linares del Río, especialista en geriatría, que, a partir de su dilatada experiencia, ha podido comprobar que existen ciertos denominadores comunes entre las personas centenarias o nonagenarias. "Además de la actividad, otra característica fundamental es el entusiasmo ante la vida y que son personas muy agradecidas", sostiene el doctor, que subraya también la importancia de contar con un círculo social y familiar fuerte. "El que ellos se sientan, o se hayan sentido, necesarios dentro de su entorno", puntualiza.

Susana del Cid pasea a Pilar Riello (97 años) por los jardines del centro

Susana del Cid pasea a Pilar Riello (97 años) por los jardines del centro / ÁLEX ZEA

La historia de Pilar

En el encuentro está también presente Pilar Riello y, aunque apenas puede hablar ya, Susana del Cid, trabajadora social de la unidad de personas mayores del complejo asistencial, comparte por ella su historia. "Pili está con nosotros desde el año 1972, cuando llegó de Madrid. Es huérfana y no sabemos exactamente en qué año nació, en los informes pone que en 1930 (entre signos de interrogación), pero estamos seguros de que tiene que tener mínimo 97 años", relata Susana, que insiste en que, a pesar de su oligofrenia con trastorno de conducta, Pili siempre estuvo muy activa en el centro. "Ayudaba a las hermanas con otras pacientes, echaba una mano en la cocina y ayudaba mucho en el lavadero", comparte la trabajadora social.

La razón por la que Pili fue enviada a las Hermanas Hospitalarias es que, como destaca Susana, el centro se distingue por ser la única residencia del país especializada en atender a personas con problemas de salud mental, discapacidad física o psíquica de alta complejidad, así como a las personas mayores con problemas de conducta. En total, entre sus tres unidades ofrecen cuidados a más de 360 personas, de las cuales más de un centenar viven en la unidad de mayores. Además, el complejo asistencial (constituido sin ánimo de lucro) cuenta con un centro de día para personas mayores, con 40 plazas, que es al que acuden diariamente Dolores y Trini.

La importancia de los cuidados

"Cuando estuve en las Hermanas Hospitalarias me sorprendió que la supervivencia de los pacientes mayores era muy alta, porque, normalmente, se reduce notablemente en las residencias", apunta el doctor Linares, que estuvo casi una década al frente de la dirección médica del centro y que explica que la mayoría de sus pacientes más longevos viven en su domicilio. Por ese motivo, tiene claro que, en el caso del centro de las Hermanas Hospitalarias, los cuidados juegan un papel fundamental en la elevada esperanza de vida. "Se les trata como personas, con un gran afecto y haciéndoles que se sientan partícipes del medio", agrega.

Otro factor esencial para superar la barrera de los 90 es la alimentación. "Somos lo que comemos, pues, además de la carga genética, la alimentación juega un papel clave", asegura el geriatra, que afirma que la dieta mediterránea es "un don que tenemos y no valoramos adecuadamente". No es el caso de Trini, Dolores, sor Mila y Pilar, que sí supieron aprovechar los beneficios de alimentarse a base de productos naturales y platos tradicionales ‘de toda la vida’. "Los pucheros en mi casa no han faltado", apuntan tanto Trini como Dolores.

La apuesta por la buena alimentación es otro de los signos distintivos de las Hermanas Hospitalarias. "Aquí no hay contrata, sino unos cocineros que hacen la comida todos los días y son platos de siempre, como potaje o gazpachuelo", destaca Susana, que coincide en que la buena alimentación, junto al estado de ánimo, el mantenerse ocupado y la compañía son los secretos de la longevidad.

No es casualidad que la esperanza de vida dentro del complejo asistencial de las Hermanas Hospitalarias sea tan elevada, teniendo en cuenta que Málaga es una de las provincias con más centenarios de toda España. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 había 811 personas mayores de cien años en la provincia, más del doble que una década atrás (en 2012 había solo 343).

Por municipios, después de Málaga capital, que cuenta con 545 personas que pueden presumir de tener una edad de más de tres cifras, Marbella aglutina al mayor número de personas centenarias (39), seguida de Torremolinos (35), Estepona (26) y Coín (22). A nivel andaluz la provincia malagueña destaca por tener la mayor cifra de centenarios de Andalucía (2.925) y la cuarta más elevada del país. En total, en 2022 había registradas 19.639 personas con cien o más años en España.