DESPOBLACIÓN

Andalucía, un millón de habitantes menos en 50 años: envejecimiento de los hijos del baby boom y la generación X

La Junta de Andalucía iniciará un proyecto para atraer población a las zonas geográficas más afectadas por el éxodo demográfico, facilitando la instalación en dichas zonas a los jóvenes, teletrabajadores, empresas y familias

Alpujarra.

Alpujarra. / Turismo Andalucía

Andrea Vidal

Andrea Vidal

El invierno demográfico —una hipótesis que plantea que podría suceder una disminución extrema de la población por el hecho de que la tasa de natalidad desciende incesantemente, incidiendo así en el envejecimiento de las poblaciones y el decrecimiento demográfico— se postula de forma cada vez más clara como uno de los grandes problemas de Andalucía en un futuro no muy lejano. De hecho, se estima que provocará la pérdida de casi un millón de habitantes a lo largo de los próximos 50 años.

Un estudio del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), indica que habrá un crecimiento vegetativo negativo como consecuencia por la caída de la natalidad combinada con el fallecimiento de los nacidos entre los años sesenta y setenta. Además, el grueso de la pirámide de población actualmente corresponde a los nacidos en el 'baby boom' y en la 'generación X, y su envejecimiento no se podrá compensar con un "saldo migratorio moderado", como explica el estudio.

Las cifras aún no parecen ser alarmantes, pues en 2022 había 8,5 millones de habitantes en la comunidad autónoma y las previsiones señalan que la estabilidad reinará hasta aproximadamente el año 2040. A partir de ahí, la situación comenzará a caer. Este escenario ha lanzado a la Junta a poner en marcha un plan para paliar sus efectos. Las primeras acciones tendrán como objetivo evitar un aumento de despoblación en aquellas zonas que ya sufren de ello.

El invierno demográfico comienza a notarse en Andalucía

Aunque aún no se puede hablar como tal de invierno demográfico, sí es cierto que hay varias zonas concretas en las que se empiezan a notar sus efectos. En concreto, son 11 áreas despobladas que la Junta de Andalucía ha marcado como prioritarias y ha comenzado a aplicar un plan piloto.

Con él, busca ponerle freno al vaciado de estas comarcas situadas en su mayoría en zonas montañosas. Los territorios sobre los que se implementara este modelo serán: Sierra de Aracena y Picos de Aroche, el Andévalo y la Cuenca Minera, en Huelva; la Hoya de Guadix y Baza, en Granada; los Pedroches y el valle del Guadiato, en Córdoba, la Sierra de los Filabres-Alhamilla, en Almería; Sierra Morena y la Vega Alta, en Sevilla; las Sierras Occidentales de Málaga; el Condado, en Jaén, y la zona noroeste de Cádiz y los Alcornocales en la misma provincia. Por último, la Alpujarra cierra lista, una zona compartida por las provincias de Granada y Almería.

El objetivo: frenar la caída de la población

El Gobierno andaluz ha fijado un segmento claro de la población al que quiere seducir para frenar la despoblación de sus regiones. El plazo estimado puede resultar sorprendente, pues en tan sólo cinco años se debe haber reducido a la mitad la caída de la población en los 389 municipios.

¿Qué tipo de personas buscan? Se centran en varios colectivos distintos y para cada uno de ellos destacan una oferta concreta. Por ejemplo, para los teletrabajadores que puedan desempeñar sus labores en remoto "el clima, los valores ambientales y los servicios" de estas localidades pueden ser una gran ventaja. Para aquellas empresas o empresarios que buscan un ambiente tranquilo y alejarse del ajetreo de las grandes ciudades, cualquiera de las regiones en cuestión les resultaría perfecta.

Para agilizar el traslado de teletrabajadores y mejorar el acceso a la tecnología, muy rudimentario en algunos casos, se contempla desde la Junta habilitar espacios de 'coworking' con "internet en infraestructura de banda ancha".

Sin embargo, hay dos grupos que son los más necesarios pero también los más complicados de atraer: familias y jóvenes. Para los primeros, si deciden instalarse en cualquiera de estas comarcas, desde la Junta aclaran que "a pesar de las dificultades existentes", cuentan con un marco integral de apoyo que amplía las oportunidades. Respecto a los jóvenes y estudiantes, el principal atractivo sería la posibilidad de realizar en ellas su primera experiencia laboral o comenzar un proyecto de emprendimiento.

Dos años de prueba

El plan piloto fija como tope el 2025 y cuenta con un presupuesto de casi 4 millones de euros. Con ese dinero se diseñará la estrategia y se financiará el "marco integral de apoyo", que contempla ayudas para aspectos como el alojamiento asequible y de fácil acceso para todas aquellas personas que decidan instalarse en cualquiera de estas zonas.

La idea propone reactivar instalaciones abandonadas o infrautilizadas, y de forma conjunta permitir la cesión temporal de viviendas públicas a cambio de servicios para la comunidad local. También se ofertarían alquileres reducidos si las estancias fueran temporales, intermediación local para poder utilizar viviendas privadas que estén vacías en determinadas estaciones o el uso de las villas turísticas y los albergues que son de titularidad autonómica.

Estancias temporales subvencionadas

Este tipo de estancias, de una duración aproximada de cinco semanas y a las que se destinarán subvenciones, son uno de los aspectos más llamativos e innovadores. Respecto a las zonas en las que se llevará a cabo esta medida, se seleccionarán por parte de la Junta dos localidades de cada una de las zonas despobladas de cada provincia.

Estas recibirán individualmente y como máximo a ocho personas para alojarse de este modo, apoyadas económicamente.

Por último, para garantizar que los visitantes sean integrados, se designará como responsables a dos vecinos que deberán facilitar ese aspecto y comprometerse a "fichar" a futuros nuevos pobladores.