SECTOR INMOBILIARIO

La inversión inmobiliaria aumentará ligeramente en 2024 tras un derrumbe del 50% en 2023

El pasado año la inversión rondó los 9.000 millones, pero las consultoras estiman que podría alcanzar los 10.000 millones el próximo

Los hoteles derrocan a las oficinas como el activo inmobiliario favorito de los inversores

De izquierda a derecha: Carlos López (Catella), Oriol Barrachina (Cushman & Wakefield), Mikel Echavarren (Colliers), Enrique Losantes (JLL), Adolfo Ramírez-Escudero (CBRE), Jaime Pascual-Sanchiz (Savills) y Borja Ortega (BNP Paribas Real Estate)

De izquierda a derecha: Carlos López (Catella), Oriol Barrachina (Cushman & Wakefield), Mikel Echavarren (Colliers), Enrique Losantes (JLL), Adolfo Ramírez-Escudero (CBRE), Jaime Pascual-Sanchiz (Savills) y Borja Ortega (BNP Paribas Real Estate) / Elaboración propia

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Gabriel Santamarina

La inversión inmobiliaria no ha vivido su mejor momento durante 2023. La subida de tipos de interés provocó un huracán en el sector, que no terminó de fijar un precio a los activos, con las pretensiones de valor diferentes entre compradores y vendedores. Las diferentes fuentes apuntan que, durante el pasado año, la inversión cayó entre un 40% y un 50%, en comparación con 2022, que se superaron los 16.000 millones de euros en un año récord.

Con las cifras aún pendientes de cerrar, las diferentes consultoras hacen sus estimaciones. "Esperamos que se cierre el año en torno a los 9.000 millones", señala Carlos López, CEO de Catella. Desde Cushman & Wakefield, su consejero delegado, Oriol Barrachina, reduce ligeramente la cifra: "Estimamos que el año cerrará entre los 8.700 y los 9.000 millones, lo cual es una señal de notable contracción". Mikel Echavarren, máximo directivo de Colliers, eleva su previsión y la contextualiza con el entorno europeo: "El volumen de inversión de 2023 rondará entre los 9.000 y los 9.200 millones. Aunque la caída del 50% es muy relevante, España ha capeado bien el temporal porque en otros mercados de la Eurozona ha retrocedido hasta un 70%". Desde Savills, elevan hasta 9.400 millones la inversión en el pasado ejercicio. Otras firmas, como CBRE, apunta que la inversión de 2023 será de hasta los 10.000 millones, mientras que JLL la reduce hasta ligeramente por encima de los 8.000.

Adolfo Ramírez-Escudero, presidente de CBRE en España y Latinoamérica, resume las razones de esta caída: "2023 ha estado marcado por la intensa subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales. En este contexto, las condiciones de financiación en los mercados capitales se han endurecido notablemente. Además, la incertidumbre en torno al escenario de tipos durante gran parte del año ha aumentado la cautela. La reactivación de la inversión va a depender de la evolución de los tipos y de cuando se vislumbre que van a empezar a bajar".

Aunque la mayoría de las firmas no se atreven a hacer pronósticos de qué ocurrirá en 2024, sí hay más optimismo que hasta ahora, especialmente de cara al segundo semestre. "Se espera que la actividad de los inversores comience a reactivarse significativamente durante los primeros meses de 2024, lo que podría reflejarse en cifras positivas a partir de la segunda mitad del año. Si se cumple ese escenario, podemos esperar que la inversión cierre el próximo año un 25% por encima que en 2023", explica Enrique Losantos, CEO de JLL. Por su parte, Jaime Pascual-Sanchiz, CEO de Savills, añade: "Creemos que 2024 tendrá un volumen ligeramente superior a 2023, entre un 15% y un 20%. Estimamos que podremos superar los 11.000 millones". Misma cifra que la que pronostica Borja Ortega, director de Research en BNP Paribas Real Estate: "Pensamos que en 2024 la inversión puede incrementarse entre un 10% y un 15%, hasta niveles de los 10.000 millones".

Corrección en el valor de los activos

2023 ha estado caracterizado en la inversión inmobiliaria por la caída del valor de los activos, fruto del fenómeno conocido como la expansión de yields, que consiste en que los inversores exigen mayor rentabilidad a la hora de adquirir un inmueble, alineando sus exigencias con los tipos de interés, los costes de financiación u otros activos, como los bonos soberanos. Comprar a un retorno mayor, implica pagar menos, lo que desemboca en una caída de valor, parcialmente paliado por las altas inflaciones que han permitido subir los alquileres a los inquilinos.

El porcentaje de subida de exigencias de rentabilidad está ligado a cada activo en concreto y cada operación. Mikel Echavarren resume: "Las rentabilidades se han incrementado entre un 1,5% y un 2%, afectando significativamente a la valoración de los activos, que ha sido de entre el 20% y el 30%, con carácter general". "Por ejemplo, en oficinas y logística, las yields experimentaron una subida del 1,25%, pero en retail (activos comerciales) solo del 0,4%-0,7% porque la corrección ya se dio antes de la subida de tipos. En living (residencial), por sus sólidos fundamentales, registró el menor ascenso", añade Enrique Losantos.

Este fenómeno de corrección podría haber terminado ya, según Adolfo Ramírez-Escudero: "En la mayoría de tipologías de activos ya se ha recorrido gran parte del ajuste máximo esperado y algunos están próximos ya a su prime yield máxima". En la misma línea, Carlos López, señala: "Lo esperamos más corrección de precios. La que se tenía que haber llevado a cabo por la subida de tipos ya se ha realizado en 2023".

¿Cuáles son los activos que mejor se comportarán en 2024?

Durante 2023, los activos que más inversión atrajeron fueron los hoteles y apetito se concentró en todo lo que tiene que ver con logístico, residencial y otras fórmulas habitacionales alternativas, como los apartamentos con servicios, el senior living o el coliving. En 2024, las tendencias no cambiarán, especialmente en el segmento de las oficinas, uno de los que menos interés generan en el mercado actual.

Oriol Barrachina explica: "Residencial, hoteles y healthcare (salud) están ganando fuerza. El living copa el 30% del volumen invertido, por encima de la media de los últimos años. En el caso de los hoteles, siguen la misma línea, con más de 3.000 millones invertidos". "Los hoteles y el living mantendrán esta evolución positiva", añade el principal directivo de Savills.

En el otro extremo, el consejero delegado de Colliers destaca los activos con menos recorrido: "Los segmentos que más sufrirán, desde el punto de vista de la inversión, serán la promoción de vivienda en alquiler y la venta de esas carteras, las oficinas y los centros comerciales". Borja Ortega subraya que, a pesar de la situación, sigue habiendo interés por adquirir oficinas en el centro de las ciudades; mientras que los activos comerciales tienen potencial de crecimiento en 2024, entre otros motivos, por "los bajos niveles de inversión de 2023, las ventas y los niveles de ocupación que presentan".

"Vemos un interés creciente en el suelo residencial en las principales ciudades españolas. Hay una demanda cada vez mayor de vivienda asequible y las administraciones no han sido capaces de generar oferta a un ritmo necesario, por lo que se espera una tensión cada vez mayor en el mercado. Se están cerrando operaciones de inversores institucionales en este segmento y creemos que habrá cada vez más interés, especialmente en Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Valencia", concluye el consejero delegado de Catella.

¿Volverá la venta de grandes carteras de activos?

El año 2023 ha sido un ejercicio caracterizado por transacciones inmobiliarias de tamaño pequeño o medio, con la ausencia de grandes operaciones de carteras o porfolios de activos o corporativas, a excepción de alguna puntual, como ocurrió en el mercado hotelero. Mientras en 2022, se cerraron dos macroventas, el porfolio de oficinas de BBVA propiedad de Merlin Properties y la cartera de residencias de estudiantes Resa, el pasado año únicamente se cerraron las operaciones del fondo soberano de Singapur GIC o su homólogo de Abu Dabi, en hoteles, o la de Colonial en oficinas a principio de año.

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Sobre qué ocurrirá en 2024, hay discrepancias. Jaime Pascual-Sanchiz pronostica que "será un año de operaciones de grandes porfolios, algunas ya en marcha en 2023, y también de transacciones pequeñas porque el inversor privado sigue activo". El consejero delegado de BNP Paribas Real Estate considera que aún es pronto: "Pensamos que todavía queda un ajuste de precios para que las operaciones de volúmenes por encima de 50 millones vuelvan a ser protagonistas en el mercado. La situación actual es propicia para inversores menos impactados por la subida de tipos, como patrimonios privados o socimis, que son los que están dinamizando la inversión, en transacciones por debajo de los 30 millones".

Enrique Losantos apunta que "no hay evidencias de la disponibilidad de capital para llevar a cabo operaciones de gran envergadura", mientras Mikel Echavarren considera que sí puede haber "operaciones estructuradas fuera de mercado y desde el lado comprador", algo que ha ocurrido durante el pasado año.

Oriol Barrachina, CEO de Cushman & Wakefield en la Península Ibérica

Para 2024 se anticipa una continuidad en la tendencia observada en 2023, manteniendo unos volúmenes de inversión similares. Esperamos que el sector experimente una estabilización gradual, con una distribución de inversiones que refleje el enfoque más diversificado y adaptado a las nuevas realidades del mercado. Aunque los desafíos persisten, las perspectivas apuntan a un equilibrio más sostenible, abriendo oportunidades para inversores atentos a las dinámicas cambiantes del mercado

Mikel Echavarren, CEO de Colliers en España y Portugal

El año 2023 ha provocado un cambio importante en el mercado de inversión. Han proliferado operaciones en activos alternativos, demostrando que la liquidez busca nuevos segmentos donde colocar su dinero. 2024 debería ser razonablemente parecido en cuanto a estructura de operaciones, pero en un contexto donde habrá menos liquidez y puntualmente algunos problemas financieros derivados del incremento del coste de financiación de operaciones realizadas en los últimos años y que provocará la necesidad de vender a algunos propietarios. Nos mantenemos en un mercado complejo, en el que solo los inversores y asesores capaces de crear operaciones mantendrán una actividad relevante.

Carlos López, CEO de Catella

España cuenta con algunos factores diferenciales, como son el turismo o el atractivo de sus principales ciudades, como es el caso de Madrid, que hacen a nuestra economía más resistente y con muy buenas perspectivas de cara al 2024. El sector hotelero, el living y el logístico, seguirán estando muy activos, pero también creemos que el suelo residencial en las principales ciudades de España es una de las inversiones que puede generar mucho valor. Consideramos que 2024 podría ser un buen año y sobre todo, en el segundo semestre, el mercado se podría animar, aunque siempre muy dependiente de que se logre controlar la inflación.


Borja Ortega, CEO en España de BNP Paribas Real Estate

El hecho de que las previsiones macroeconómicas de los últimos meses sean más positivas, con un descenso más acentuado de la inflación, el Euríbor y, por consiguiente, de los tipos de interés, unido a la solidez prevista de los fundamentales del mercado deberían provocar la vuelta al mercado del inversor institucional y que se crucen más operaciones en 2024. No obstante, debido a las incertidumbres existentes, sobre todo derivadas de los conflictos geopolíticos, nos invitan a ser cautos en las proyecciones.

Jaime Pascual-Sanchiz, CEO de Savills

El mercado descuenta que los tipos de interés no subirán más o lo harán mínimamente. Por tanto, se ha cumplido la primera condición para la estabilidad en los valores de los activos y para que el capital core vuelva al mercado. Asimismo, una mayor certeza sobre el coste de financiación debería ayudar a establecer el punto de referencia en los precios e impulsar la recuperación de la actividad de inversión. En España, hoteles y living mantendrán su evolución positiva en 2024, ya que sus mercados de usuarios están funcionando extraordinariamente. Respecto a oficinas, retail y logístico, desde Savills, creemos en su recuperación y existen en el mercado muy buenas oportunidades a unos niveles de precios muy atractivos.

Adolfo Ramírez-Escudero, presidente de CBRE en España y Latinoamérica

Los actores inmobiliarios se enfrentan a una década de cambio y generación de valor incomparable, esta vez no derivada de una política monetaria acomodaticia, sino de la adaptación del sector a nuevas áreas con demandas de crecimiento basadas en fundamentales. En esta nueva década transformativa del parque inmobiliario, asistiremos a una mayor actuación sobre los edificios. La disponibilidad y generación de caja será un elemento mucho más relevante. Los inversores comenzarán a centrarse y generar valor en su cartera inmobiliaria, priorizando las inversiones en ella antes de ir a por nuevas adquisiciones.

Enrique Losantos, consejero delegado de JLL en España

Aunque la inversión en 2023 cayó, con respecto a 2022, la estabilización de los tipos de interés dará mayor certidumbre, ajustará valoraciones y generará equilibrio entre compradores y vendedores. Se espera que la actividad inversora comience a reactivarse en los primeros meses de 2024, lo que podría reflejarse en cifras positivas a partir del segundo semestre, que a final de año podría arrojar una inversión entre un 20% y un 25% superior a la de 2023. El sector inmobiliario mantiene el pulso inversor, hay interés por parte de los inversores, hay liquidez y hay oportunidades.