CRÍTICA

'El jardín herido', de Rafael Ruiz Pleguezuelos: flores muertas

En este libro, Premio Jaén de Novela, su autor realiza un alegato en defensa de los valores ecológicos

Rafael Ruiz Pleguezuelos.

Rafael Ruiz Pleguezuelos. / Diario de Córdoba

Diego Marín Galisteo

Si Mónica Reyes decidiera escuchar en algún momento la canción Dead flowers, tendría dos opciones que se ajustarían perfectamente al ritmo con el que ella misma se desenvuelve en El jardín herido. En Florarium, su floristería, podría moverse mecida por la voz melancólica de Townes Van Zandt, creando composiciones florales y arreglos para todo tipo de eventos, y manejando las tijeras, la podadera o la cinta adhesiva con la misma naturalidad que muestra el cantautor estadounidense. Pero al pasar a la acción, cansada de ver su negocio "como una funeraria al revés" y de vender "algo que ya es pura mortaja", el ritmo sería más rápido, como en la versión original de The Rolling Stones. Flores muertas: la misma letra, la misma Mónica, pero con arreglos distintos para cada ocasión.

Lo anterior no deja de ser la elucubración de un lector más. Lo palpable es que Rafael Ruiz Pleguezuelos ha escrito una novelaque no necesita nada. El personaje principal tiene recursos suficientes para atravesar la historia dejando patente su personalidad a través de reflexiones punzantes y llenas de fundamento.

Y no solo eso, Mónica Reyes es directa cuando debe serlo: "Yo querría saber si alguna vez vamos a hacer algo concreto, aparte de tomarnos la cerveza de después repitiendo que la cosa está muy mal". Es una frase que pronuncia en una asamblea de Plataforma Verde, el lugar al que acude cuando decide dar un paso al frente para activar el ecologismo con acciones que dejen huella, que no se pudran en la belleza de la mera propuesta. Allí, entra en contacto con Mayte y Daniel, que comparten de entrada la misma visión, la que dará paso a Odium viride, el grupo radical que irá ganando popularidad con sus actos.

La novela se desarrolla con la puesta en escena de ese "terrorismo de terciopelo", con las particularidades que van surgiendo de la relación de los integrantes de Odium viride, y con lo que vamos conociendo de Mónica, los detalles de una vida que desembocan en el giro que provoca todo. Especialmente reseñables son los momentos en los que analiza a los clientes detrás de su mostrador: "Mi experiencia me decía que no era el tipo de persona que se interesa por las flores, sobre todo a primera hora de la mañana. Los jóvenes, si las compran, lo hacen por la tarde".

Capacidad de observación

Esa capacidad de observación, de examinar el comportamiento de los demás, gracias a la experiencia en el trato con la gente que acude para comprar flores por motivos tan dispares como el amor, el perdón, el compromiso o la muerte, hacen de ella una persona analítica también fuera de la floristería. Su perfil se completa con el de la granadina que vive en Madrid, que lee a Lorca, a Rebbeca Solnit o a Alan Sillitoe, autor de la novela La soledad del corredor de fondo.

Una mujer que también escribe, que comparte su historia y que anota lo que no es capaz de contar en papeles que acaban dando forma al libro La invención de lo vegetal, "que es mitad una declaración de amor a la naturaleza verdadera y mitad descargo de conciencia del cansancio de lo vivido". Y, por supuesto, con la particular relación que mantiene con el pasado, centralizado en la figura de Javi, que trabaja en Florarium y que, como ella, llegó a Madrid desde el mismo pueblo de Granada.

Rafael Ruiz Pleguezuelos (Granada, 1974) es doctor en Filología Inglesa y licenciado en Filología Hispánica y Teoría de la Literatura. Con este libro obtuvo el XXXIX Premio Jaén de Novela. El jurado, compuesto por Alberto Monterroso, Ayanta Barilli, Guillermo Busutil y Javier Ortega, destacó la historia como "un sugerente alegato en defensa de los valores ecológicos frente a la autodestrucción de la sociedad". Ruiz Pleguezuelos continúa con esta obra una carrera en la que aparecen novelas como La piel del lagarto y La botella de Bukowski, y en la que también ha abordado otros géneros como el aforismo, con libros como Usted está aquí y Talía desencadenada, o el teatro con la obra El pez luchador. El pasado año se editó un volumen con gran parte de su trabajo teatral bajo el título de Camino de carnaval.

Finalmente, si no es con Dead flowers, existe la opción de comenzar un hipotético diálogo con Mónica Reyes a través de su concepto de no-flor, la "flor cortada, aquella que ya no puede soñar siquiera con volver a sentir la tierra". Queda a elección del lector determinar cuál será el ritmo que marque los siguientes pasos.

'El jardín herido'

Rafael Ruiz Pleguezuelos

Premio Jaén de Novela

Almuzara

207 páginas

17 euros