LOS OTROS OFICIOS DEL LIBRO

Elisenda Figueras, gestora cultural: "A muchos, el único carnet que les dice que son de un lugar es el de la biblioteca"

Maestra de formación, se decantó por la gestión cultural hacia 1982 y la crisis del 93 la llevó a montar su propia empresa, Taleia Cultura

Elisenda Figueras, gestora cultural

Elisenda Figueras, gestora cultural / EPE

Rafael Vallbona

Si se trata de organizar actividades para promover la literatura, Elisenda Figueras (Barcelona 1960) está en todas partes. Igual programa un festival sobre libros de teatro que una feria de novedades editoriales. "Hace tiempo que hice una apuesta por la gestión de actividades literarias y ahora el resto de temas ya no son una prioridad".

Es una mujer que empuja sus ideas desde un ángulo discreto, imperceptible a veces: "No me importa el volumen de la actividad, sino la especialización para ofrecer un buen contenido". Maestra de formación, se decantó por la gestión cultural hacia 1982 en la cooperativa El Ciri. Después creó una empresa junto a unos amigos que participó en las actividades de los JJOO. La crisis del 93 la llevó a montar su propia empresa, Taleia Cultura: "Creé La aventura de llegir para las bibliotecas de Barcelona y después 99.000 pessetes en lectura!, una campaña para todo tipo de bibliotecas que incluía un recital poético, una hora del cuento y una charla con un autor. Ahí comencé a especializarme en proyectos literarios".

Esta obsesión (lo que significa taleia) sedujo a la Diputación de Barcelona, que le encargó Tot l’any lectura, un catálogo de actividades para sus bibliotecas. "En los 80 las bibliotecas se consideraban un anacronismo. La diputación hizo un trabajo enorme para enseñar a los ayuntamientos su importancia. El acceso libre a internet las puso en valor y hoy realizan tantas funciones que algunas están sobreexplotadas. Pero es así porque la gente las quiere y las necesita. Piensa que, muchos emigrantes, el único carnet que tienen que dice que son de un lugar es el de la biblioteca". Sí, son una casa con tantas ventanas como libros. Y Elisenda las abre.