PERFIL

La lúcida mirada literaria de Najat El Hachmi

La escritora de origen marroquí será la encargada de dar el pregón de las fiestas de la Mercè este año en Barcelona

La escritora Najat El Hachmi, pregonera de las fiestas de la Mercè 2023

La escritora Najat El Hachmi, pregonera de las fiestas de la Mercè 2023 / Ferran Nadeu

Malcolm Otero Barral

Malcolm Otero Barral

Cualquiera que eche un vistazo somero a la producción literaria de nuestros días, se percatará de la abundancia de la llamada literatura del yo. La autoficción o el uso de la vida propia como material literario es más que una tendencia.

Este fenómeno ha modificado también la forma en la que los lectores se acercan a la literatura y, en tanto que la literatura bebe, de un modo u otro, de las experiencias de sus autores, el público lector se interesa cada vez más por sus biografías, buscando claves vitales que iluminen los textos. Eso explica la injustificada y pertinaz búsqueda para descubrir que la traductora Anita Raja se encontraba detrás de la célebre Elena Ferrante.

Pues bien, en ese afán por interpretar las obras de ficción con la vida propia, y por la necesidad de encasillar a cada autor en una categoría, a la escritora Najat El Hachmi, en los numerosos y merecidos elogios a su obra, casi siempre se añade la etiqueta “autobiográfico”.

Si bien su debut fue Jo també sóc catalana, donde analizaba su experiencia como inmigrante y reflexionaba sobre la identidad (no solo la nacional, también la femenina), la lengua o la religión, el salto mayúsculo lo da con su primera novela, El último patriarca, una ficción sobre algo tan desafortunadamente universal como la violencia machista.

Es cierto que el contexto es el de la inmigración marroquí en Cataluña y se narra el conflicto entre una hija, en su errática búsqueda de la libertad, y un padre, celoso y autoritario. Y que en el libro se detallan muchas situaciones de fricción y negociación entre dos realidades, pero más que autobiográfico (algo que ella desmiente) la autora se sirve de la literatura para ordenar la realidad y retratar el conflicto, que no deja de ser uno de los núcleos de la buena novelística.

Esta historia dura, aderezada con humor, alejada de los estereotipos y que, en cierta manera, homenajea la literatura oral amazig; se tradujo a 16 lenguas y llegó a cuantiosos lectores por el mundo.

Elementos comunes

En su obra posterior encontramos elementos comunes como la inmigración, la pobreza, la necesidad de engarzar las diferentes fronteras -no sólo geográficas-, las mujeres que viven en los márgenes y que son objeto de noticias pero no de literatura,  la angustia de transgredir las normas impuestas y, sobre todo, la búsqueda de la libertad y las maneras de ejercerla (incluso desde el punto de vista sexual, como en La cazadora de cuerpos).

También, como en El lunes nos querrán, ganadora del premio Nadal, la amistad y la complicidad entre mujeres migrantes y sus contradicciones. Pero más que a la mera biografía, estos temas responden a las inquietudes propias de Najat El Hachmi.

En definitiva, la escritora está en sus textos en una medida similar a la de otros novelistas de corte realista, y como en los demás, es la constelación de sus preocupaciones la que está marcada por su peripecia vital. Si nos dejáramos llevar por la necesidad de calificarla, quizás lo que mejor la define sea su lúcida mirada literaria. Y, probablemente, su texto más autobiográfico está en un diario que le piden en la escuela y en el que escribe: el principal problema que hay en mi casa es el machismo.