PERFIL

Tomás González, la literatura como forma de habitar el mundo

El escritor colombiano, que huye de la atención mediática tanto como del exceso narrativo, publica en España 'La luz difícil', una hermosa novela sobre el amor paternofilial

El escritor colombiano Tomás González

El escritor colombiano Tomás González / Camilo Rozo

Inés Martín Rodrigo

Inés Martín Rodrigo

Todo en la vida es cuestión de ritmo, porque todo en la vida es cambio, movimiento. Y, claro, lo mismo sucede en la literatura, donde ese vaivén, hacia delante y atrás, desde el final al principio y viceversa, define el estilo de cada autor, que a su vez se va modificando al ir escribiendo.

Por eso no extraña que Tomás González (Medellín, Colombia, 1950) trabajara, a principios de la década de los ochenta, como cantinero en El Goce Pagano, uno de los templos de la salsa en Bogotá. De hecho, publicó su primera novela, en 1983, gracias al empeño de aquel bar en el que descubrió las profundidades del alma humana.

Venía, no obstante, de una familia versada en el noble arte de la narración. González, como sus siete hermanos, se acostumbró pronto a que, durante las cenas, en lugar de hablar de las cuitas del día, se comentaban los clásicos de la literatura.

Así fue hasta que la muerte irrumpió en su vida para cambiarla, y marcarla: el escritor y filósofo Fernando González Ochoa, que además de su tío carnal fue su mentor, falleció cuando él tenía catorce años, y dos de sus hermanos murieron víctimas, en parte, de esa violencia que es tristemente consustancial a Colombia.

De su país natal se marchó con la aspiración de ser dueño del guión de su propia vida. Estuvo un tiempo en Nueva York, pasó por Pensilvania y recaló en Miami, ciudad en la que tuvo todo tipo de trabajos, de ayudante de imprenta a mecánico, cualquier cosa que no le robara demasiado del preciado tiempo que él quería dedicar a la escritura y a su familia. Y de ese empeño, que es, en definitiva, un modo de habitar el mundo, de estar en él siendo muy consciente de su finitud, surgió una obra prodigiosa, compuesta por una decena de novelas, una colección de cuentos y un poemario.

Aunque los focos no le apuntaron, para su ventura, pues los detesta, hasta que la premio Nobel de Literatura Elfriede Jelinek no reparó en él. "Tuve la sensación de que es un escritor de mucha pureza, alguien con el potencial de convertirse en un clásico de la literatura latinoamericana". Eso dijo la autora austriaca después de leer La luz difícil, libro que González publicó en 2011 y que ahora llega, por fin, a España gracias a la editorial Sexto Piso.

En él cuenta, sin ningún alarde descriptivo, con la sencillez de las palabras justas, la historia de David, un pintor que recuerda, en su solitaria y serena vejez, casi ciego, la muerte digna, veinte años atrás, de su hijo Jacobo, parapléjico tras sufrir un accidente de tráfico y víctima de terribles dolores. Un hermoso canto a la vida con vestigios de la suya propia, pues sabe González que la compleja realidad que nos rodea es el tema sobre el que escribimos todos.

En lo personal, que siempre es tan político como literario, se define como "antifascista y antiestalinista". Regresó a Colombia en 2002, y hoy vive en una pequeña casa de madera en el embalse del Peñol, en el municipio de Guatapé (Antioquia), desde donde disfruta del privilegio de seguir formando parte de La Creación.

'La luz difícil'

Tomás González

Sexto Piso

152 páginas

16,90 euros