Inteligencia Artificial / Astronomía

La IA podría ser el límite para todas las civilizaciones avanzadas en el Universo

Esto explicaría el profundo “silencio cósmico” y la ausencia de firmas tecnológicas de otras civilizaciones inteligentes

¿Puede la IA ser el límite para el desarrollo de civilizaciones inteligentes en el cosmos?

¿Puede la IA ser el límite para el desarrollo de civilizaciones inteligentes en el cosmos? / Crédito: b13923790 en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

Un nuevo estudio sugiere que el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) hacia una Superinteligencia Artificial (ASI) podría explicar por qué no hemos detectado aún otras civilizaciones avanzadas en el cosmos, a pesar de la alta probabilidad de su existencia: en vez de supernovas, plagas, guerras nucleares o eventos climáticos extremos que hayan sido un límite o punto final para esas civilizaciones, dicho tope o "filtro" podría estar impuesto por un desarrollo no regulado de la IA. Si no se actúa a tiempo, ese podría ser también el destino de la civilización humana.

En un artículo publicado en Acta Astronautica, la revista oficial de la Academia Internacional de Astronáutica (IAA), el científico Michael Garrett, especialista del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, sostiene una hipótesis que podría explicar, según su punto de vista, la famosa paradoja de Fermi: este concepto marca la discrepancia entre la aparente alta probabilidad de que existan otras civilizaciones avanzadas en el cosmos y la falta de evidencia científica al respecto.

Aunque se han propuesto diversas soluciones en torno a esta discrepancia, una de las explicaciones en el llamado “Gran Filtro”. Como se explica en un artículo publicado en Universe Today, el “Gran Filtro” es un evento o situación catastrófica hipotética que impide que la vida inteligente se vuelva interplanetaria e interestelar e, incluso, conduce a su desaparición. Las posibilidades analizadas incluyen eventos climáticos extremos, guerras nucleares, colisiones de enormes asteroides, explosiones de supernovas o plagas globales.

Un filtro tecnológico

Sin embargo, para Garrett ese filtro que limita el desarrollo en el tiempo de las civilizaciones inteligentes podía ser la Inteligencia Artificial (IA). En concreto, un desarrollo sin regulaciones de la misma hasta llegar a la Superinteligencia Artificial (ASI), capaz de superar y controlar a la inteligencia biológica que la creó, marcaría el punto final de estas sociedades avanzadas. ¿Vamos como humanidad por ese camino?

En su estudio, Garrett postula que la ausencia de datos certeros sobre firmas tecnológicas de otras civilizaciones inteligentes, como por ejemplo en el caso de las investigaciones del Instituto SETI y otros esfuerzos similares, podría explicarse a partir de un desarrollo ilimitado de la IA. La realidad es que la gran cantidad de posibilidades para que la vida se distribuya por nuestra galaxia y por todo el Universo conocido ya debería habernos llevado al encuentro con otra forma de vida inteligente, que no es lo mismo que descubrir vida microbiana.

En consecuencia, no resulta descabellada la idea de que el “Gran Filtro”, concepto desarrollado en la década de 1990 por Robin Hanson, como indica un artículo publicado en Science Times, sea en realidad la IA. Para Garrett, la IA podría significar el fin de la inteligencia en la Tierra, incluyendo a la propia IA, antes de que se hayan logrado estrategias de mitigación, como por ejemplo una capacidad multiplanetaria.

El tope de los 200 años

Es más que evidente que la inteligencia artificial se perfila como uno de los desarrollos tecnológicos más transformadores de la historia de la humanidad. Pero el científico advierte que las civilizaciones biológicas pueden subestimar universalmente la velocidad a la que progresan los sistemas de IA, ya que su ritmo es muy diferente al de las escalas de tiempo tradicionales. De esta manera, concluye que la persistencia de vida inteligente y consciente en el Universo podría depender de la implementación oportuna y efectiva de medidas regulatorias sobre los sistemas artificiales.

Por último, Garrett indica que el “Gran Filtro” aparece antes de que las civilizaciones puedan desarrollar una existencia multiplanetaria estable, sugiriendo que la longevidad típica o media de una civilización técnica es inferior a 200 años: esto explicaría la falta de datos sobre firmas tecnológicas en el cosmos. De acuerdo a estas cifras y proyecciones, el especialista subraya la necesidad crítica de establecer rápidamente marcos regulatorios para el desarrollo de la IA en la Tierra, como así también avanzar en la terraformación de otros mundos habitables.

Referencia

Is artificial intelligence the great filter that makes advanced technical civilisations rare in the universe? Michael A. Garrett. Acta Astronautica (2024). DOI:https://doi.org/10.1016/j.actaastro.2024.03.052