Arqueología / Paleoclimatología

Grandes olas de frío propiciaron las devastadoras plagas de la época romana

Los fenómenos identificados durante el período romano revelan el papel del cambio climático en la crisis social y las enfermedades pandémicas

Períodos de frío extremo y enfermedades pandémicas afectaron fuertemente a la sociedad romana.

Períodos de frío extremo y enfermedades pandémicas afectaron fuertemente a la sociedad romana. / Crédito: Andrea Spallanzani en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

Un nuevo estudio sugiere que períodos de frío y plagas severas se superponen en el clima romano antiguo: profundas olas de frío pueden haber dado paso a pandemias devastadoras para los antiguos romanos, que mataron a un porcentaje importante de la población. Estos episodios de clima frío extremo se habrían concretado en distintas fases entre el año 200 a. C. y el 600 d. C.

Científicos de la Universidad de Bremen, en Alemania, y la Universidad de Oklahoma, en Estados Unidos, lideraron una investigación publicada recientemente en la revista Science Advances en la cual analizaron el registro paleoclimático de una etapa histórica del Imperio Romano, presentando una reconstrucción de la temperatura y las precipitaciones desde aproximadamente el 200 a. C. al 600 d. C., basada en archivos sedimentarios marinos del sur de Italia.

De acuerdo a una nota de prensa, el hallazgo de un nuevo récord climático en Italia durante el período romano revela el papel del cambio climático en la crisis social y la enfermedad pandémica: los investigadores documentaron fases de inestabilidad climática que se superponen significativamente con períodos de crisis social y política. Al mismo tiempo, el registro del núcleo marino también muestra que los momentos de intensas variaciones climáticas a menudo fueron seguidos por epidemias de enfermedades infecciosas.

Organismos unicelulares que nos hablan del pasado

La historia del clima de la Tierra puede reconstruirse a partir de una variedad de indicadores. Por ejemplo, los núcleos marinos utilizados en este caso son archivos de sedimentos extraídos del fondo del océano. En el nuevo estudio, los investigadores dirigidos por Karin Zonneveld y Kyle Harper aprovecharon las proporciones cambiantes de un tipo específico de organismos unicelulares, los dinoflagelados.

Los quistes fosilizados de estos organismos se conservaron en el núcleo recuperado del golfo de Taranto, frente a la costa sur de Italia. Como son sensibles a los cambios de temperatura y niveles de nutrientes y reflejan las condiciones climáticas en Italia en un momento determinado, los dinoflagelados permitieron “leer” los profundos cambios climáticos ocurridos durante la época romana.

Las capas de sedimentos se dataron mediante datación por radiocarbono y tefrocronología: el equipo pudo analizar el material con un índice de error mínimo de solamente 3 años, lo que permitió el primer registro climático de alta resolución de la antigua Italia. El período abarca el “corazón” del Imperio Romano, desde el llamado Óptimo Climático Romano (aproximadamente desde el 200 a.C. al 150 d.C.) hasta la Pequeña Edad del Hielo de la Antigüedad tardía (sobre el 536 d.C.).

Durante estos 8 siglos, los romanos construyeron uno de los imperios territoriales más grandes de la historia de la humanidad, abarcando todo el Mediterráneo y las regiones circundantes. A pesar de esto, afrontaron distintos períodos de crisis ambientales, sanitarias, sociales y políticas: según las conclusiones de los científicos, todo indica que estos momentos complejos estuvieron íntimamente relacionados.

Crisis ambientales, sanitarias y sociales

Los resultados mostraron un fuerte período frío entre los años 160 y 180 d.C., que coincidió con la Peste Antonina o la Peste de Galeno, una pandemia traída al imperio cuando los ejércitos romanos regresaron de Asia occidental. La enfermedad fue causada por un patógeno desconocido: algunos expertos creen que pudo haber sido viruela o sarampión.

Posteriormente, otro período frío se produjo entre los años 245 y 275 d. C., que nuevamente coincidió con una pandemia, conocida como la plaga de Cipriano. Nuevamente, los historiadores no saben qué causó la enfermedad, pero especulan que podría haber sido sarampión, viruela o algún tipo de fiebre hemorrágica.

Por último, el registro ambiental sugiere otra ola de frío después del año 500 d. C., coincidiendo con la Pequeña Edad del Hielo de la Antigüedad tardía, un período de enfriamiento conocido por otros registros climáticos. En el año 541 d. C., el primer brote de peste bubónica azotó el oeste de Eurasia: la plaga de Justiniano, como se la conoce, fue precursora de la peste negra que devastaría Europa en el siglo XIII.

Además de identificar estos períodos, los científicos descubrieron que la correlación entre los momentos en que Europa sufrió importantes brotes de enfermedades infecciosas y las fases de clima frío es sorprendente. En concreto, el estudio demuestra que la asociación con enfermedades pandémicas marca que el estrés climático interactuó con variables sociales y biológicas, ya que los ciclos de enfriamiento se relacionaron directamente con pandemias y momentos de zozobra social.

Para finalizar, la importancia de la dinámica entre el medio ambiente y las enfermedades en civilizaciones pasadas subraya la necesidad de incorporar la salud en las evaluaciones de riesgos del cambio climático, concluyen los científicos.

Referencia

Climate change, society, and pandemic disease in Roman Italy between 200 BCE and 600 CE. Karin A. F. Zonneveld, Kyle Harper et al. Science Advances (2024). DOI:https://doi.org/10.1126/sciadv.adk1033