ENTREVISTA

"Hay que afrontar la violencia sobre las mujeres y sus hijos como un estado de alarma"

Sonia Vaccaro, la psicóloga forense que acuñó el término 'violencia vicaria', critica que las instituciones solo reaccionen cuando ocurren crímenes execrables

Sonia Baccaro, psicóloga clínica, forense y experta en violencia vicaria.

Sonia Baccaro, psicóloga clínica, forense y experta en violencia vicaria. / EPC

Patricia Martín

Patricia Martín

El teléfono de Sonia Vaccaro no para estos días de sonar. España vive un repunte de violencia de género sobre los menores inédito hasta la fecha. Han sido asesinados siete niños a manos de sus padres en cuatro meses, lo que supone el peor arranque del año desde que se contabilizan los niños asesinados por sus propios padres o las parejas o exparejas de sus madres, en un contexto de violencia de género extrema. Vaccaro, que es psicóloga forense de origen argentino, fue quien acuñó el término violencia vicaria y es una experta en este tipo de agresiones, por lo que son muchos los que estos días recurren a su experiencia para hacer un diagnóstico y buscar soluciones.

-Siete pequeños fallecidos en apenas cuatro meses. ¿Qué está pasando?

-No creo que haya un solo motivo al que podamos atribuir este recrudecimiento de la violencia contra las mujeres y sus hijos e hijas. Pero sí creo que no le hemos dado la importancia radical que tiene. Es hora de empezar a pensar en términos de Estado de alarma y tratar y abordar el problema como terrorismo machista, porque es una forma de terrorismo que asesina a mujeres por el hecho de serlo, y a sus hijas e hijos. Esto se ha visto favorecido porque han surgido voces negacionistas legitimadas en puestos de poder y decisión. No entiendo que en España, que hace años que está trabajando arduamente en la lucha contra la violencia machista y tiene un corpus jurídico modélico, estas cosas sigan sucediendo. Y no podemos seguir reaccionando solo cuando ocurren tragedias de esta índole.

-El último caso, sucedido en El Prat, el asesino ha matado a sus hijos junto a la madre, no sería estrictamente un caso de violencia vicaria, ¿no?

-No, porque la violencia vicaria es la que el maltratador ejerce sobre los hijos para ir contra la madre. En este caso ha matado a todos: se trata más de un asesino machista que se cree dueño de su familia y de su prole y dispone de la vida de todos.

"El imaginario colectivo de quienes tienen que aplicar las leyes continúa siendo patriarcal, ahí es donde el sistema hace agua"

-La violencia vicaria más extrema es cuando se asesina a los niños para herir a la madre, pero ¿qué otras formas hay de violencia vicaria?

-Efectivamente, es cuando se les asesina o se les hace desaparecer, pero hay formas cotidianas de violencia vicaria que pasan por usar a los hijos e hijas para dañar a la madre. Puede ser hablándoles mal de la madre, contándoles relatos absurdos que los niños no pueden comprobar como que la madre no quería que ellos nacieran, o no quiso darles de mamar y muchísimos otros inventos con los que intentan poner al niño o niña en contra de la madre. También puede maltratarlos, pero no son las agresiones que generalmente hacen los violentos y que intentan ocultar, sino que las perpetran para que la madre lo sepa. Como romperles la ropa cuando están a su cargo, que regresen descalzos en pleno invierno o abrigados en pleno verano, interrumpir tratamientos médicos que tienen que seguir en el periodo que están con él y cientos de modalidades más. Inclusive impedirle a la madre que se comunique con ellos y mandarle fotos o noticias de otros asesinatos sin que ella sepa dónde están.

-¿Qué medidas se han implantado ya en España para proteger a los menores de la violencia de género?

-En España se han introducido muchísimas medidas, tiene un corpus legislativo muy bueno. Por ejemplo, la ley de protección a la infancia precisamente suspende las visitas y la custodia de los padres denunciados por violencia de género. Lo que pasa es que el imaginario colectivo de quienes tienen que aplicar estas leyes continúa siendo patriarcal. Y vemos que se resisten a quitar custodias o impedir visitas a estos individuos, alegando que son sus padres. Aquí es donde lamentablemente todo el sistema hace agua. Un individuo violento no es un padre. Un padre es otra cosa. Un individuo violento va a utilizar a sus hijos como un objeto, los va a dañar y no es bueno para ninguna criatura crecer al lado de un tipo violento que insulta, maltrata, pega, amenaza de muerte a su madre y a veces a ellos mismos.

"Se insiste en que no se puede dejar a un niño sin padre, pero hay que entender que un progenitor es otra cosa, un individuo que maltrata no le sirve a nadie para crecer"

-Entonces el problema no es el corpus legal, sino su aplicación.

-Efectivamente. Se debería cumplir al pie de la letra la ley con una mentalidad que no defienda a un patriarca como estos y que entienda de una vez por todas que un maltratador no es un padre. Si no se modifica este imaginario, vamos a tener que seguir viendo cómo se siguen asesinando a criaturas. Está en las manos de todo el sistema y de las instituciones impedirlo. Porque esto se puede impedir. Lo estamos diciendo los expertos hace muchísimo tiempo, pero se insiste en que no se puede dejar a un niño sin padre y hay que entender que un padre es otra cosa, un individuo así no le sirve a nadie para crecer como ente protector, ni como ejemplo en la vida.

"Estos individuos tienen doble fachada, son hábiles en el contacto social y jamás van a dejar entrever nada frente a quien les puede estar observando"

-Y en el resto de instituciones, ¿también se trabaja con esa mentalidad patriarcal?

-En la justicia hay gente trabajando, de verdad, con perspectiva de género, mirando firmemente por los niños, pero todavía son la excepción y no la regla. Y lo mismo sucede en otras instituciones que tienen a su cargo ayudar a las mujeres o a sus hijos, como pueden ser los puntos de encuentro o los servicios sociales. Hay un imaginario colectivo que continúa siendo patriarcal y defendiendo a ultranza el rol del ‘pater familias’, sin importar sus antecedentes o sus modalidades violentas. Y estos individuos tienen doble fachada: son hábiles en el contacto social y jamás van a dejar entrever nada frente a alguien que sabe que les va a evaluar o les puede estar observando. Por lo tanto, es importantísimo que haya gente formada trabajando en los servicios sociales y puntos de encuentro, con pensamientos que no favorezcan al machismo.

-Usted ha estudiado de forman pormenorizada las estadísticas, ¿qué rasgos tienen lo agresores que ejercen violencia sobre sus hijos?

-Son hijos sanos del patriarcado, lisa y llanamente machistas acérrimos, que no admiten perder el control y el poder sobre una familia que consideran de su propiedad. Al mejor estilo del ‘pater familias’ del derecho romano, él es el que decide quién vive y quién muere, y si se considera que es expulsado de esa familia, él decide que esa familia tiene que desaparecer y así lo cumple.