CAMBIO DE PARADIGMA

Una placenta artificial única en Europa logra que el feto sobreviva 12 días en buen estado

Sant Joan de Déu y el Clínic presentan los primeros resultados de un proyecto que "cambiará radicalmente" la supervivencia de los prematuros extremos

Médicos de los hospitales Sant Joan de Déu y el Clínic trabajan en el proyecto de placenta artificial.

Médicos de los hospitales Sant Joan de Déu y el Clínic trabajan en el proyecto de placenta artificial. / FUNDACIÓN LA CAIXA

Beatriz Pérez

La placenta artificial, que están desarrollando los hospitales públicos Sant Joan de Déu y el Clínic de Barcelona y que busca salvar a los 

bebés prematuros extremos (aquellos que nacen por debajo de las 26 semanas de gestación), podrá utilizarse en "dos o tres años" en modelos humanos. Esta placenta artificial, que reproduce las condiciones vitales de la placenta de la madre y que ya logrado alargar la vida 12 días de fetos (de 95 a 110 días) de modelos animales, será la primera de Europa y probablemente la segunda del mundo. "Haber llegado a los 12 días de supervivencia es una proeza. La placenta artificial cambiará radicalmente la supervivencia de los bebés prematuros, que a menudo tienen secuelas muy graves", ha dicho este lunes Eduard Gratacós, director de BCNatal, centro de referencia internacional en medicina fetal, a la vez que centro clínico y de investigación de Sant Joan de Déu y el Clínic. La Fundación La Caixa, que ha invertido 3,35 millones de euros en la primera fase y que invertirá 4,3 más en la segunda fase que arranca este julio, ha acabado de hacer realidad este compleja y ambicioso iniciativa.

En diciembre de 2020, BCNatal y La Caixa presentaron este proyecto, que lleva por nombre 'Proyecto CaixaResearch Placenta Artificial'. Este lunes, en una rueda de prensa desde CosmoCaixa, en Barcelona, se han presentado los primeros resultados: los médicos han sido capaces de alargar hasta 12 días la vida del feto de una oveja. Se eligió este modelo animal porque "cardiovascularmente" es muy similar a los humanos. En esta segunda fase, los médicos buscarán alargar la vida de estos fetos hasta "tres o cuatro semanas", algo, según Gratacós, que permitiría un "cambio radical en la supervivencia" del feto. "Cada año nacen en Europa unos 25.000 bebés prematuros extremos. Su mortalidad es del 20% cuando nacen a las 25 o 26 semanas, pero hasta del 80% si son de 22 o 23 semanas", ha destacado. Además, estos bebés, de sobrevivir, corren muchos riesgos cerebrales y respiratorios, entre otros.

La placenta artificial permitirá que el feto esté fuera del útero de la madre, pero en un espacio que reproduce las condiciones intrauterinas. Es una bolsa traslúcida, en la cual el feto está dentro conectado con su cordón umbilical. Hay que protegerlo de la luz, pero los médicos pueden verlo con ecografías y acceder a él con un brazo robótico. "Este proyecto se plantea porque existe la prematuridad extrema. Necesitamos soluciones disruptivas porque, hasta ahora, nos topamos con una barrera biológica con estos prematuros extremos, ya que no conseguimos los buenos resultados que sí tenemos con otros prematuros [los que nacen por encima de las 26 semanas]", ha dicho Gratacós.

Cómo funciona

¿Qué se necesita para mantener un feto en esta placenta artificial? Primero, conectarlo con un cordón umbilical (lo que se denomina transición). Segundo, una vez conectado (algo que se tiene que hacer rápida y delicadamente), colocarlo en un circuito que reproduzca la estructura de la placenta, órgano que es como el "pulmón" del bebé, con una oxigenación extracorpórea para que el feto no note cambios. Además, el entorno debe estar "protegido" y el feto debe estar en un líquido amniótico en condiciones "perfectas". También hay que cuidar su nutrición y monitorizarlo las 24 horas del día los siete días de la semana. "El objetivo es sacar el feto de su madre y conseguir que siga viviendo. Es un reto dificilísimo porque hay que engañar a la naturaleza", ha señalado el director de BCNatal.

La "transición", es decir, el momento en que el feto pasa de la placenta materna a la artificial, es de los más difíciles porque arranca con el cambio del cordón umbilical, algo que debe hacerse "muy rápido y de forma muy delicada", como ha dicho, por su parte, la coordinadora científica sénior del proyecto, Elisenda Eixarch. Para ello, el equipo médico ha diseñado una técnica quirúrgica que consigue unas transiciones "100% exitosas". "Hasta ahora hemos podido desarrollar este primer prototipo [de placenta artificial] en un medio líquido que nos permite tener al feto aislado y protegido de infecciones", ha añadido Eixarch. Todo esto se ha traducido en una supervivencia del feto de 12 días. 

En la fase dos, donde se buscará alargarla a las 3 o 4 semanas, también se definirá el marco bioético y se identificarán a los "posibles candidatos" humanos. "Sabemos que las placentas artificiales serán una realidad en el futuro, pero no sabemos cuándo", ha dicho Gratacós, quien no obstante cree que en dos o tres años su proyecto podrá usarse ya, con uso compasivo, en humanos. Aun así, haber llegado ya a 12 de días de