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Distribución farmacéutica de gama completa: eficiencia, equidad y seguridad

El binomio formado por las farmacias comunitarias y las empresas de distribución farmacéutica permite a 48 millones de ciudadanos el acceso puntual y seguro a los productos de salud

Imagen Cofares

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El Día Mundial de la Salud busca cada año concienciar a la población sobre la importancia que tiene la salud en sí, así como del fomento de hábitos de vida saludables. La presente edición de 2024, que lleva por lema según la OMS “Mi salud, mi derecho”, coincide con un momento muy relevante para la farmacia comunitaria y las empresas de distribución farmacéutica de gama completa. Un exitoso binomio que permite que más de 48 millones de ciudadanos puedan acceder de forma equitativa, puntual y en condiciones de máxima seguridad a los medicamentos y productos de salud que necesitan. 

La coordinación y el funcionamiento conjunto de estos dos actores, farmacia comunitaria y distribución farmacéutica de gama completa, representa la base del reconocido modelo de farmacia en España. Un modelo que ha demostrado, más aún si cabe, su valor en momentos clave como la crisis sanitaria por la pandemia del Covid.19. Tras este punto de inflexión para la sanidad y la población, son muchos los sistemas de salud (especialmente los europeos) que están planificando su recuperación en aras a garantizar una mayor preparación, coordinación y resiliencia ante eventuales crisis sanitarias futuras. 

Objetivo: un sistema de salud renovado y eficiente

En este momento, la distribución farmacéutica de gama completa debe integrarse y ser escuchada, junto con el resto de los agentes clave, para contribuir a la necesaria transformación de los sistemas de salud nacionales y también a nivel europeo. Una transformación que necesariamente ha de estar orientada a definir un sistema de salud renovado y eficiente, capaz de dar respuesta a las necesidades sociosanitarias de una población que muestra claros signos de envejecimiento, y en la que abundan los pacientes crónicos, pluripatológicos y dependientes, más si cabe en caso de producirse nuevas crisis sanitarias que puedan volver a tensionar al sistema.

Para continuar manteniendo y favoreciendo ese acceso equitativo y seguro a los medicamentos a la población es preciso disponer de una estructura sólida y eficiente, cuya actividad va mucho más allá de una labor puramente logística. Y también fomentar fórmulas de colaboración público-privadas a través de foros estables de diálogo, como puede ser la Agencia Estatal de Salud Pública, cuya creación es inminente.

La distribución farmacéutica de gama completa implica un complejo y largo proceso que contempla múltiples pasos que requieren de una planificación estratégica. El primero de ellos es la determinación de la cantidad de medicamentos y productos de salud necesarios para cubrir las necesidades y demandas de la población. Esto es posible, en el caso de empresas como Cofares, gracias al uso de una plataforma analítica que permite procesar más de 5.800 terabytes de datos al mes, que genera más de 300 dashboards y que trabaja con más de 7.000 tablas que aportan la información necesaria para tomar mejores y más rápidas decisiones.

Una vez calculadas las cantidades de medicamentos y productos de salud necesarias cada día, se compra dicho material a los laboratorios farmacéuticos, a lo cual sigue su recogida y traslado hasta las instalaciones propias de las compañías de distribución farmacéutica de gama completa. Tras este paso, el material se almacena y se custodia en condiciones especiales de protección y conservación, monitorizándolo en tiempo real, de manera que se convierte en lo que podría denominarse como “reserva estratégica” de medicamentos y productos esenciales. Todos ellos ya listos para ser distribuidos a través de una extensa red de farmacias comunitarias a todos los núcleos de población, tanto urbanos como rurales. 

El sector de distribución farmacéutica de gama completa contribuye además a la sostenibilidad económica de las propias oficinas de farmacia, ya que cuenta con la infraestructura necesaria para almacenar y custodiar los medicamentos en condiciones de seguridad y bajo las condiciones estrictamente definidas, hasta que las farmacias los demandan de acuerdo con las necesidades de sus pacientes.

Un sector esencial que salva vidas

Se trata, en definitiva, de un largo proceso que permite que la cadena de distribución funcione con eficacia y eficiencia garantizando, gracias a la labor imprescindible de los farmacéuticos comunitarios, un suministro ágil y seguro de medicamentos, muchos de los cuales, además, salvan vidas.

Este sector es además garante del máximo nivel de cumplimiento de todos los estándares definidos en la regulación vigente, incluyendo un criterio absolutamente crítico para la prevención de la entrada de medicamentos falsificados en la cadena de suministro legal. Es decir, desempeña un papel fundamental en su labor de trazabilidad, dado que ejerce desde la cadena de custodia de los medicamentos y productos de salud desde el fabricante hasta el paciente. Un proceso clave que requiere del uso y optimización de las nuevas tecnologías, así como del empleo de herramientas digitales para la generación y medición de datos, asegurando que sean fiables, usables y que aporten un valor añadido.

Por ello es ahora, cuando se está trabajando en la redefinición de la legislación farmacéutica de la Unión Europea es el momento de dimensionar a este sector como lo que es: un agente esencial que desempeña una función de servicio público.

Es momento de que la distribución farmacéutica de gama completa sea tenida en consideración como servicio esencial junto con el resto de los agentes clave, para contribuir a la necesaria transformación de los sistemas de salud nacionales y también europeos. Es imprescindible, dado que este tipo de distribución permite un suministro continuo de medicamentos esenciales y lo consigue colaborando estrechamente con otros actores de la salud, como las farmacias comunitarias. Algo básico que no debe pasar desapercibido en este Día Mundial de la Salud.