CRIMEN DE CHILOECHES

"Habitación 101": esta fue la guarida de la 'Mafia de Pioz' tras matar a los Villar Fernández en Chiloeches

Fernando y su novia se hospedaron en un hostal de Daganzo de Arriba con el botín robado

Se registraron con el pasaporte de la chica y portaban una maleta con una colección de relojes de lujo y joyas

Imágenes de una habitación del Hostal Cervantes en el que se refugió la pareja

Imágenes de una habitación del Hostal Cervantes en el que se refugió la pareja / Booking

David López Frías

David López Frías

El Hostal Cervantes es un motel pequeño y sencillo, situado justo enfrente de la plaza de toros del municipio de Daganzo de Arriba (Madrid). Es uno de los pocos sitios de hospedaje que hay en ese pueblo, al que no suelen llegar turistas. Habitaciones sin lujos y baño compartido; un lugar discreto pensado para estancias cortas.

Fue allí, en la habitación 101, donde se hospedaron Fernando P. S., de 23 años, y su novia, de nacionalidad venezolana, tras perpetrar presuntamente el triple crimen de Chiloeches. Ambos están detenidos junto a David M. A. por su relación con los asesinatos de Ángel, Elvira y Laura, la familia Villar Fernández, que fue atacada a machetazos en su propia casa la madrugada del viernes.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha podido contrastar que fue allí, en la habitación 101, donde se hospedaron los jóvenes después del suceso. El lugar que eligieron para esconderse de las autoridades, cargados con el botín robado en un chalet de la urbanización Medina Azahara, del municipio alcarreño de Chiloeches. Los tres implicados han pasado este martes a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Guadalajara.

Imágenes de una habitación del Hostal Cervantes en el que se refugió la pareja

Imágenes de una habitación del Hostal Cervantes en el que se refugió la pareja / Hostal Cervantes

El botín

Los jóvenes habrían llegado al lugar de los hechos el viernes por la noche a bordo de un Peugeot negro, propiedad de la madre de David. Tras intentar entrar sin éxito en varios domicilios de la zona, accedieron a casa de los Villar Fernández buscando una colección de relojes de lujo que guardaba Ángel, el padre de familia.

Fernando y David conocían este dato porque Laura Villar, la hija del matrimonio (y asesinada junto a sus padres), fue novia de Cristian, prima de este último. Todos ellos habían formado parte de la misma cuadrilla, un grupo de veinteañeros que en redes sociales se autodenominaba la 'Mafia de Pioz'. Fue en 2023 cuando compartieron confidencias y por eso sabían que Ángel Villar, el propietario del chalet, guardaba dinero en metálico, relojes caros en su casa y algunas joyas.

En el momento de los hechos, casi toda la familia se encontraba durmiendo en el interior del inmueble. Sólo Yeray, el mellizo de Laura, estaba fuera porque había salido de fiesta esa noche. Fue sobre las las 3 y media de la madrugada cuando Elvira, la madre de la familia, escuchó un ruido y llamó al 112, temiendo que se hubieran colado intrusos en casa.

La investigación todavía no ha concretado si Fernando fue el único en acceder a la vivienda de los Villar Fernández. Un dato "difícil de creer" entre los conocidos de la familia, dado que Ángel medía 1,90 y tenía nociones de artes marciales. No obstante, Fernando portaba dos machetes, con los que habría matado primero a Ángel y Elvira en el dormitorio principal. También habría acabado con la vida de la hija, Laura, su antigua amiga de cuadrilla, al haber sido reconocido.

Los tres detenidos por el triple crimen perpetrado el pasado sábado en la localidad de Chiloeches abandonan los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara.

Los tres detenidos por el triple crimen perpetrado el pasado sábado en la localidad de Chiloeches abandonan los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara. / RAFA MARTÍN/EUROPA PRESS

Habitación 101

Tras acabar con la vida de los tres, Fernando prendió fuego a la vivienda y emprendió una huída hacia la provincia de Madrid. No llegó muy lejos: concretamente hasta el municipio de Daganzo de Arriba, casi fronterizo con la provincia de Guadalajara y a sólo 33 kilómetros del lugar de los hechos.

Llegó hasta allí junto a su novia, una venezolana mayor que él. Ella fue la persona que proporcionó el pasaporte para alojarse en el Hostal Cervantes, el lugar elegido para esconderse de las autoridades tras el asalto que se fue de las manos.

En recepción les asignaron una habitación en la primera planta. La 101, una estancia modesta con baño compartido. La pareja portaba una maleta de color negro en la que habían guardado el botín robado en la casa de los Villar Fernández, compuesto principalmente por un puñado de relojes de alta gama de Ángel y algo de dinero en metálico. Fernando tenía algunas heridas en los brazos, fruto del forcejeo con Ángel en el chalet.

Fue allí, en el Hostal Cervantes, donde fueron detenidos Fernando y su pareja. David, el otro participante en el suceso, fue arrestado en su domicilio. Él no fue conducido hasta el hostal durante el proceso de reconstrucción de los hechos, como si lo fueron Fernando y su pareja. Los tres, no obstante, siguen detenidos a espera de que el juez que instruye el caso se pronuncie y decrete su libertad o el ingreso en prisión. Este periódico se ha puesto en contacto con el hostal, desde donde han declinado hacer declaraciones, aunque han confirmado la información publicada por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.