Madrid detecta casi 200 personas más durmiendo en la calle tras cinco años sin contarlas

En 2018 había 839 personas durmiendo en la calle; en 2023, 1.032

Una persona sin hogar en Madrid. EFE / Mariscal

Una persona sin hogar en Madrid. EFE / Mariscal

Analía Plaza

Analía Plaza

Hace cinco años —concretamente, el 12 de abril de 2018— tuvo lugar la última rueda de prensa para difundir los datos del censo oficial de personas sin hogar de Madrid. No ha habido más desde entonces. Hasta ese momento, y de forma bianual, un equipo de cientos de voluntarios comandado por profesores de varias universidades y apoyado por las principales organizaciones sociales, hacía un recuento nocturno. Aquel año contabilizaron a 2.772 personas sin hogar, 650 de las cuales dormían en la calle.

Salvando el pico de 2014, cuando se contabilizaron 764, la cifra de personas en la calle era más o menos estable desde 2006, año en el que se promovió el primer recuento. En aquel momento gobernaba Alberto Ruiz-Gallardón del Partido Popular. Los recuentos se mantuvieron durante la legislatura de Ana Botella y después, con Manuela Carmena. "Más diferencias no podía haber entre ellas", recuerda Manuel Muñoz, coordinador y catedrático de Evaluación Psicológica en la Universidad Complutense. "Pero con la llegada de Almeida el recuento se dejó de hacer".

"El Ayuntamiento ponía los medios, pero el recuento era independiente", continúa. "Era una ocasión de movimiento social, una noche de sensibilización que ha desaparecido. Coincide con la entrada de PP y Ciudadanos en el Gobierno, pero no creo que sea tanto una cuestión de signo político como de las personas responsables. Las que entraron en la concejalía de servicios sociales, dirigida por José Aniorte (Cs), dijeron que no les interesaba seguir con los recuentos, cuando ya habíamos conseguido una trayectoria y datos históricos que nos permitían comparar".

Madrid fue pionera en hacer recuentos en España. La idea se extendió a otras ciudades: Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla... El año pasado, el Ministerio de Derechos Sociales incluyó este tipo de investigaciones en su Estrategia Nacional para la lucha contra el sinhogarismo, destacando su eficacia "para obtener información de primera mano" y para visibilizar el problema.

El ministerio elaboró una metodología común para todas las ciudades, pero Madrid optó por cambiarla. En lugar de una visita anual, haría una revisión continuada de los datos que recogen los equipos de calle: los 37 profesionales (la mayoría, trabajadores sociales) que atienden a diario a las personas sin hogar.

Los primeros datos de este nuevo conteo se hicieron públicos el pasado mes de noviembre, en una rueda de prensa más amplia sobre la estrategia del Ayuntamiento para cuidar a estas personas. En 2023, primer año con el nuevo método y tras el parón de la pandemia, Madrid contabilizó una media de 1.032 personas durmiendo en la calle. La cifra es notablemente superior a la de 2018, aunque el Ayuntamiento insiste en que al haber cambiado la metodología no se puede comparar. Esta nueva metodología, aclaran, está validada por el Ministerio.

Según fuentes de la concejalía de Políticas Sociales, Familia e Igualdad —que ahora dirige José Fernández (PP), mientras que Aniorte dirige la Agencia para el Empleo— este recuento incluye a las personas que viven en asentamientos y a las que duermen en Barajas.

Los asentamientos son, según Muñoz, grupos de personas sin hogar que viven juntos. Lo cierto es que el recuento de 2018 sí incluía a las personas en asentamientos, 189, lo que daría un total de 839 personas viviendo en la calle. A estas habría que sumar las 30 que, aproximadamente, vivían entonces en Barajas.

De modo que en 2018 había 869 personas viviendo en la calle en Madrid, incluyendo asentamientos y aeropuerto, y en 2023 ya eran 1.032, 163 más. Un aumento del 16% en un lustro. Y eso teniendo en cuenta que 1.032 es una media y que ha habido meses que los equipos de calle han llegado a detectar a 1.145 personas en situación de calle.

"Es un aumento importante, aunque yo no me atrevería a compararlo", sostiene Muñoz. "Mi impresión personal es que sí ha habido un aumento. Sigo en contacto con los grupos de personas sin hogar en Madrid y la impresión general es que los servicios están llenos. Hay más plazas de acogida que antes y se llenan en cuanto se abren. Y, al menos en el centro, las personas que duermen en la calle son más visibles".

El perfil: hombres migrantes

El 59% de las personas que atendieron los equipos de calle eran extranjeras. Este porcentaje ha aumentado ligeramente con los años, no solo en Madrid, sino en el resto de España. La Encuesta a Personas Sin Hogar del INE, que entrevista a las personas que están en centros de acogida, detectó un pequeño vuelco en la nacionalidad de los sintecho entre 2012, cuando la mayoría (54%) eran españoles, y 2022, cuando los porcentajes estaban mucho más ajustados (49,9% extranjeros y 50,1% españoles). Por sexo, el 86% de los atendidos en 2022 en Madrid eran hombres.

"La pandemia, los movimientos migratorios provocados por situaciones complejas en otros países y el propio sistema de asilo y refugio han empujado a que haya más personas viviendo en la calle", reconoce Maribel Ramos, subdirectora de Hogar Sí, una fundación que trabaja contra el sinhogarismo. "La encuesta del INE de 2022 puso sobre la mesa un aumento muy fuerte en la última década. La crisis de 2008 llegó al ámbito del sinhogarismo años después, porque la gente no se queda en la calle de un día para otro. La gente pierde su vivienda o sufre un desahucio invisible por alquiler y pasa un tiempo pidiendo ayuda hasta que esta se agota. El problema con los datos del INE es que no podremos medir muy bien el efecto de la pandemia, porque se publican cada diez años".

Una persona durmiendo en la calle esta semana, en la confluencia de Alcalá con Sevilla

Una persona durmiendo en la calle esta semana, en la confluencia de Alcalá con Sevilla / EPE / EPE

Para Ramos, el problema de fondo está en la creciente dificultad de acceso a la vivienda. "Si ya es difícil para el resto de la población, imagínate para una persona en situación de sinhogarismo. El sistema ha fallado para que no se mantenga su vivienda y, además, no le facilita el acceso de nuevo".

Ramos insiste en mirar, más allá de las causas que provocan el sinhogarismo, a cuánto perdura esta situación en quienes lo sufren. "Un 40% de los encuestados por el INE llevan más de tres años sin hogar", dice. "¿Cuál es el problema del sistema de atención? Que da cobijo y gestiona el problema, pero no lo soluciona".

Muñoz opina en el mismo sentido. "El sistema es pernicioso y atrapa. No hay mucha oportunidad de salir. La cosa ha mejorado con los pisos, que no son lo mismo que un albergue de 200 plazas. Pero hay otros servicios que siguen igual: si vas al comedor social de al lado de los Cines Ideal verás que sigue igual que hace 600 años. Se les da comida a los pobres y poco más. El enfoque religioso sigue presente".

Muñoz, por último, se muestra crítico con el cambio de metodología del Ayuntamiento y con el hecho de que no se haga una rueda de prensa exclusiva para presentar los datos [la convocatoria a la rueda de prensa en la que se dieron los datos sí indicaba que se iba a dar esta información, según aclaran fuentes de la concejalía]. "Han sacado el tema del debate. Si tú das una rueda de prensa, van los medios y sale en el telediario. Y si va el alcalde consigues que dé la cara y diga qué está pasando".