ARTE

De estar en paro a convertir un pueblo de la sierra de Madrid en un exitoso museo al aire libre

Elena Parlange decoró en 2014 las casas abandonadas del Fresnedillas de la Oliva con dibujos que recuperaban la memoria del pueblo y ahora atrae a numerosos visitantes

Dos vecinos de Fresnedillas de la Oliva pasan frente a uno de los murales del proyecto 'Casas vivas'.

Dos vecinos de Fresnedillas de la Oliva pasan frente a uno de los murales del proyecto 'Casas vivas'. / ALBA VIGARAY

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Un día de 2014, Elena Parlange, licenciada en Bellas Artes, que llevaba un tiempo en paro, recibió un mensaje en su móvil. "Era la primera vez que que me ofrecían trabajo por un mensaje. Me decían desde el INEM (Instituto Nacional de Empleo) que me personara en el Ayuntamiento de Fresnedillas de la Oliva, pero no me facilitaron información", cuenta la artista, residente en Villanueva del Pardillo, a 28 kilómetros en coche, por lo que llegó a pensar en no acudir. Menos mal que sí lo hizo: "Es verdad que no tenía nada que hacer".

Aquello, que comenzó con una prueba para 20 licenciados en Bellas Artes, cambió su vida. El objetivo era elegir al más idóneo para decorar y dar vida con dibujos a las casas abandonadas o en mal estado de este pueblo de la sierra. Recuperando así la memoria, dando una segunda vida a espacios olvidados con murales que recordaran a antiguos vecinos u oficios.  

Elena Parlange, la artista que recuperó del olvido numerosas casas de Fresnedillas.

Elena Palangre, la artista que recuperó del olvido numerosas casas de Fresnedillas. / EPE

"Nos hicieron una prueba de dibujo y una entrevista", relata la artista, que como la mayoría de los candidatos se había especializado en Restauración, aunque ya había hecho trabajos de muralista. Fue finalmente la elegida.  Durante mes y medio se tiró semanas investigando el pueblo, los antiguos habitantes, el uso que habían tenido las casas abandonadas y pintó en cada espacio lo que correspondía o se adecuaba.

Hospedería

La bodega, el corralito de las aves, el café salón, el pajar, la panadería, la Casa de la tía Carmen, muy querida en el pueblo, la hospedería... "Lo de la hospedería fue porque allí se alojaron los de la serie de Curro Jiménez", explica Elena sobre el dibujo en una casa del centro de la localidad donde se distingue perfectamente a Pepe Sancho en sus años mozos ataviado de bandolero.  

Junto al Museo Lunar de Fresnedillas -un centro espacial dedicado a la divulgación de las ciencias planetarias y la exploración espacial-, el proyecto de Casas con Vida, que propone una entretenida ruta por el municipio donde se incluyen pistas para atraer la atención de los más pequeños, se ha convertido en un gran éxito de atracción turística. "Se nota mucho sí, los fines de semana viene mucha gente que pasa la mañana recorriendo el pueblo y nos reservan para comer", explica Sinina, camarera del restaurante Amador, donde dice Elena que se come "fenomenal". "Este es un pueblo pequeño, pero tiene su encanto", aprecia la camarera. “Ha influido mucho para los negocios, hay más gente”, añade Cristina, que regenta una cercana panadería-pastelería.

Imágenes del las calles de Fresnedillas de la Oliva, en Madrid.

Imagen de una de las obras en una casa de Fresnedillas de la Oliva, en Madrid. / Alba Vigaray

Es día 22, el día de la Lotería, y Saturnina, unos ochenta años, está limpiando el porche de su casa de piedra, acariciado por un tímido sol invernal. “La verdad es que por lo menos hace que las puertas estén bonitas”, asegura sobre el proyecto artístico en un pueblo, dice, que “no ha cambiado tanto” desde que se vino aquí a vivir hace 60 años: “No soy de aquí, pero como si lo fuera”.

“Han cambiado las calles, que antes eran de piedra, y ahora están asfaltadas, pero poco más. Ahora hay más gente, eso sí, han venido muchos inmigrantes”, asegura la mujer sobre otras las características por las que se conoce Fresnedillas: es el pueblo con más nacionalidad distintas de todo Madrid. Hace una década tenía 53, aunque desde el Ayuntamiento aseguran que ahora serán unas pocas menos.

Puertas viejas

“Hace muy bonito, y por la noche se alumbra”, presume Adelina desde la ventana de su casa, frente a la antigua bodega donde se hacía el vino y en cuya puerta Elena pintó un curioso perro asomándose a la puerta. Era el perro del bodeguero. “Viene mucha gente a ver la ruta, sobre todo mayor, casi todos los días se ve gente. Está muy bien porque las puertas viejas las ha adornado un poco”, señala Rosario, otra vecina.   

Uno de los dibujos en una de las ventanas de Fresnedillas.

Uno de los dibujos en una de las ventanas de Fresnedillas. / ALBA VIGARAY

“No somos un pueblo con un gancho paisajístico, al final nuestro valor consiste en la historia y la cultura”, aprecia a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Andrés Rappaport, concejal de Cultura del pueblo, que cifra entre 12.000-14.000 el número de turistas que reciben al año, contabilizados por las entradas que se venden del Museo lunar. “Es todo un mismo paquete. Vienen muchas familias con niños y si no se enganchan con el museo lo hacen con la ruta”, cuenta el concejal. 

Según Rappaport, el origen del proyecto artístico era tanto atraear turismo, como “tapar el abandono de alguna casa”. Curiosamente, el hecho de que las casas deterioradas con el paso del tiempo no tuvieran dueño o que fueran propiedad de varios familiares que no se ponían de acuerdo en qué hacían con ellas, ayudó al proyecto porque facilitó la actuación. “Lo que era un problema se convirtió en virtud”, concluye Rappaport.

Uno de los murales más impactantes es sin duda el que está frente al Ayuntamiento, en la Plaza del pueblo, dedicado a la tradicional fiesta de La Vaquilla, aunque el más emotivo para Elena es el de la Casa de los Gatos. “Sobre una de las casas que tenía que pintar no había documentación, y pinté a un anciano con unos gatos. Al subirlo a Facebook me escribió alguien diciendo que había emocionado a toda la familia porque allí se sentaba su abuelo. Me dijo que lo había pintado superparecido. ‘Me parece que lo estamos viendo’, me llegó a decir. Aquello fue muy emocionante”, rememora la artista, cuyo trabajo final gustó tanto que de ahí le llamaron de Collado Mediano para un “proyecto similar”. Y desde entonces fue hilando trabajos, sobre todo mucho murales privados para casas. De alguna forma, Elena fue a salvar varias casas de Fresnedillas del olvido y acabó salvándose a sí misma. 

La ruta de 'Casas vivas' ha supuesto un éxito de público.

La ruta de 'Casas vivas' ha supuesto un éxito de público. / ALBA VIGARAY