URBANISMO
Las primeras reuniones del Ayuntamiento para "soñar" el futuro de Madrid fracasan en participación: "No avisaron"
Una veintena de personas acuden al acto sobre el nuevo Plan General de Ordenación Urbana en Puente y Villa de Vallecas, dos distritos que suman casi 400.000 habitantes
La movilidad es la principal preocupación de los vecinos vallecanos asistentes a la reunión
El Ayuntamiento de Madrid ha empezado a organizar reuniones con los vecinos de cada distrito para hablar y recoger sus ideas sobre el nuevo Plan General. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOUM) es el documento que define cómo será la ciudad: desde cuánto suelo residencial, industrial y comercial hace falta y dónde se ubica hasta el ancho de aceras y calzadas. El último Plan General de Madrid se aprobó en 1997. Es el que creó, por ejemplo, todos los desarrollos del sureste: los grandes PAU cuya construcción se está reactivando ahora y que sumarán 118.000 nuevas viviendas a la ciudad.
Con el nuevo plan, el Ayuntamiento pretende resolver tres grandes cuestiones: que haya vivienda asequible, que Madrid sea más "amigable y verde" y que cualquier nuevo desarrollo sea "sostenible" a nivel ambiental, económico y social. Para ello ha creado una oficina específica que, entre otras misiones, debe "implicar a toda la sociedad".
Los primeros encuentros no han estado precisamente llenos. Este martes se celebró el de Villa de Vallecas y Puente de Vallecas, dos distritos que suman más de 345.000 habitantes, y apenas acudieron una veintena de interesados. De diversas edades, aunque principalmente entre 40 y 60 años, y todos españoles, pese a ser dos distritos con un gran porcentaje de población latina. En Villaverde (146.000 habitantes), al encuentro que se realizó el pasado lunes acudieron 27 personas según fuentes municipales.
Un señor mayor, miembro de la asociación de vecinos Casco Viejo VK, protestó porque el Ayuntamiento no había avisado a las asociaciones, a lo que una técnica municipal le respondió que sí, que lo había hecho el área de participación ciudadana. Y ahí se enzarzaron. Lo cierto es que las reuniones no se anunciaron hasta el pasado 3 de mayo, viernes de puente en Madrid. El consistorio publicó una nota de prensa y el concejal de Urbanismo, Borja Carabante, movió la información en su cuenta de Twitter.
Llamó la atención de los usuarios de esta red social que el distrito Centro aparecía coloreado en el distrito de Retiro y que el encuentro de Villa de Vallecas era en realidad en Puente de Vallecas, porque se trataba de que acudieran vecinos de los dos. Detalles menores. El caso es que en mitad de un gran puente en Madrid y con apenas tres días de antelación, el Ayuntamiento avisó de unas reuniones —tituladas "Sueña Madrid"— que pretenden fomentar la participación.
"Son las primeras sesiones y es una primera toma de contacto para saber cuál es la percepción de su distrito", señalan desde el área de Urbanismo al ser preguntados por estos datos. "También para recoger aportaciones e indicarles los canales donde pueden enviar sus peticiones para mejorar su entorno. Estos encuentros se suman a las encuestas telefónicas que se están realizando".
El evento de Vallecas —Puente y Villa, dos distritos que comparten nombre pero son muy distintos entre sí, pues la Villa incluye un antiguo pueblo y un PAU— estuvo dirigido por Myriam Peón, directora de la oficina y funcionaria municipal con más de treinta años de experiencia en el consistorio, y por Sara Sánchez, subdirectora del área de Estrategia y Soluciones Urbanas.
"La oficina es técnica. Esta es una cuestión de funcionarios municipales que nos vamos a poner al servicio de todos", dijo Peón. "Madrid cambia y la sociedad cambia: ya no podemos hacer una norma fija, dibujada por arquitectos, que decida por dónde se va a crecer, qué va a haber y no. Tenemos que dejarnos llevar por los datos de movilidad, censo... Nuestro objetivo es bastante ambicioso: definir qué necesitamos para la ciudad del futuro. Y vamos a empezar de muchas formas. Una de ellas es esta".
Sin concreción
No fue un encuentro informativo —los técnicos municipales no explicaron qué pretenden hacer en estos distritos— sino todo lo contrario: preguntaron a los pocos vecinos presentes cómo creían que era su barrio y qué era lo que más y lo que menos les gustaba de él. Los asistentes tenían que acceder por el móvil a una web en la que se les planteaban preguntas (¿cuánto porcentaje de zonas verdes crees que tiene tu distrito? ¿Cuánto porcentaje de calzada? ¿De suelo industrial? ¿Cómo es la calidad de los edificios?) cuyos resultados se iban mostrando en pantalla. Después, se contrastaba la percepción ciudadana con el dato real.
"Vamos a ir barrio a barrio contando qué hemos encontrado en nuestro trabajo previo de análisis y cómo es el distrito desde una perspectiva racional. El objetivo es ver qué ha salido, qué problemas y necesidades hay. Después, usaremos la tecnología y la inteligencia artificial para cruzar los datos de las encuestas y los datos objetivos para volver con simulacros de planeamiento. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, en esta zona levantáramos dos plantas más de vivienda? Esas estrategias no las tenemos todavía, pero volveremos con ellas".
La principal preocupación urbanística de los vecinos de Villa y Puente de Vallecas —al menos, de los que estaban allí— es el megadesarrollo que se les viene encima: Valdecarros, el más grande de los desarrollos del sureste, con más de 50.000 viviendas previstas y que se ubicará al final del distrito de Villa. Un asistente señaló con acierto que el Madrid del futuro son Vallecas y Vicálvaro: los dos distritos, antiguos pueblos independientes, que van a absorber todos los nuevos PAU. "¿Qué va a pasar con la línea 1 de Metro? ¿Y con la A3?", se preguntó, previendo que todos los nuevos habitantes colapsen el transporte público y las carreteras de los barrios ya consolidados cuando quieran entrar a Madrid.
Los técnicos se quedaron con esta idea y con que los grandes quebraderos de cabeza de los vecinos tienen que ver con la movilidad. Con quitar el 'scalextric' —el paso elevado por el que va la M30 a la altura de Puente de Vallecas— y hacer los barrios más accesibles, con aceras más anchas y pasos de cebra menos agresivos, que no haya que cruzar corriendo, para las personas mayores. Además, se puso sobre la mesa que una parte importante del suelo residencial está siendo usado ilegalmente para pisos turísticos (uso terciario), a lo que la directora de la oficina respondió que en el Ayuntamiento eran conscientes del problema pero que detectar los pisos no es tan fácil como sancionarlos y cerrarlos.
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