INTERNACIONAL

Kraken, Hydra, Solaris: la guerra Rusia-Ucrania se traslada a los supermercados de la droga en internet

Tras desmantelar al líder, Hydra se inicia en la carrera por el control de las drogas

Las plataformas se anuncian en el metro o con proyecciones en edificios

Un bus con el logo de Kraken bloqueó la principal arteria de Moscú

Un bus con el logo de Kraken bloqueó la principal arteria de Moscú / Cedida

David López Frías

David López Frías

Un autobús de color negro, con un gigantesco código QR pintado en el lateral, es abandonado en mitad de la calle Novy Arbat, una de las más transitadas de Moscú. Como atravesarlo en plena Castellana. Los coches no pueden pasar porque el vehículo bloquea los carriles y provoca un colapso.

El bus lleva un nombre pintado, Kraken, y un QR. Los conductores bajan de sus coches y se acercan a curiosear. Escanean el código con sus teléfonos móviles y les lleva directamente a Kraken, que es una página de internet de venta de estupefacientes. Sus más directos competidores, llamados OMG, proyectaron su logo días después en varios edificios de Moscú para que todo el mundo los viese. Como si de la llamada de Batman se tratase.

Estas extrañas campañas publicitarias son parte de la guerra entre los supermercados de la droga que se está librando en la Dark Web. En la parte más turbia e inaccesible de internet. En esas páginas a las que es casi imposible llegar y donde se venden armas, sicarios y, sobre todo, droga. Mucha droga de todo tipo.

Kraken, OMG, Solaris, Hydra o Mega son los nombres de algunas de estas páginas, algunas ya cerradas por la policía. Los líderes mundiales de este negocio (el 80% del total, según Forbes) son rusos y ucranianos. Dos naciones en guerra que han trasladado el conflicto bélico a estos remotos oscuros rincones de internet.

Rusos y ucranianos combaten con hackeos, bloqueos y robos masivos de datos, para hacerse con un negocio que se estima que vale 1.300 millones de euros. Siempre se han escondido; ahora sacan pecho públicamente. Hasta el Kremlin anda metido en este episodio de la guerra híbrida que se juega en la Dark Web.

¿Deep o dark?


Para los profanos en la materia: ¿Cuál es la diferencia entre Deep Web y Dark Web? Se lo cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA José Rosell, portavoz de S2Grupo, una de las mayores empresas españolas de ciberseguridad.

“La Deep Web es, para decirlo con palabras muy sencillas, la parte de internet no disponible a usuarios normales. Es necesario entrar con medios y protocolos distintos, es más difícil acceder. Y dentro de esa Deep Web está la Dark Web, que es un porcentaje mucho más pequeño y es donde se ofertan las cosas malas”.

“En esa dark web puedes conseguir drogas, bases de datos robadas y hasta órganos humanos. Lo más raro que yo he visto ha sido historiales médicos de niños. No sé para qué los querrán, pero lo que está claro es que si se ofertan es porque hay demanda. Los pagos en este tipo de páginas ocultas “se hacen siempre en criptomoneda”.

Silk Road


La página pionera de venta de drogas en la Deep Web se llamó Silk Road (La carretera de la seda). La fundó en 2011 un joven graduado en Física por la Universidad de Texas llamado Ross Ulbricht. Un estudiante brillante que fracasó en el mundo de los negocios y se la pegó montando un portal de venta de libros on line. Tras aquel tropiezo y una ruptura sentimental, emprendió una huida hacia delante a lo Breaking Bad y fundó la primera página del mundo que vendía sustancias ilegales.

Dada la naturaleza ilegal del negocio, lo levantó en la intimidad de la Deep Web. En sólo 2 años, el FBI estima que completó 1.200 millones de dólares en ventas y 80 millones en beneficios. Un modelo que funcionaba, empresarialmente hablando, porque el 99% de las transacciones se llevaron a cabo de forma satisfactoria. Silk Road fue desmantelada por la policía federal norteamericana en 2013. Un juzgado consideró a Ulbricht culpable de 7 cargos criminales y le condenó a cadena perpetua, castigo que cumple actualmente en el Correccional Metropolitano de Nueva York.

El cierre de Silk Road propició que numerosas mafias de todo el mundo intentasen hacerse con el cetro vacante, siguiendo el mismo modelo de negocio que inventó Ulbricht. Páginas con la misma apariencia que cualquier tienda on-line de alimentación, ropa o calzado.

Guerra híbrida


El heredero de ese cetro fue Hydra. Un portal ruso que nació tras la fusión de dos foros (WayAway y LegalRC). Empezó a operar en 2015 en Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán. Porque es en esos países en los que más ha arraigado el modelo de negocio que ideó Ulbricht. Y es en este campo de batalla en el que se están enfrentando ahora rusos y ucranianos.

Hydra se acabó convirtiendo en el mayor referente de la venta de drogas ilegales del mundo. Según el FBI, movió 5.200 millones de dólares durante sus 7 años de vida y llegó a ostentar el 80% de las transacciones de drogas de la Deep Web.

Pero Hydra fue tumbada en 2022 por agentes de la policía alemana y estadounidense, que confiscaron bitcoins por valor de 25 millones de dólares. A partir de ahí volvió a disputarse el liderato por otras organizaciones. Porque, cerrada Hydra, los usuarios pasaron a buscar alternativas. Unos se volvieron al foro WayAway (pro-rusos) y otros se concentraron en el foro RuTor (pro-ucranianos).

Este es el aspecto de uno de los supermercados de la droga de la Deep Web

Este es el aspecto de uno de los supermercados de la droga de la Deep Web / EPE

Por si fuera poco, a WayAway le apoya Killnet, otro colectivo cibernético pro-Kremlin que ha sido incluido en la lista de grupos terroristas por el gobierno de Estados Unidos. Es, tal y como explica a este diario José Rosell, "uno de los elementos de la guerra híbrida. La guerra de hoy en día se divide en tres áreas: el campo de batalla, la narrativa y la cibernética. Y en eso, Rusia es una potencia. Tiene 10 veces más fortaleza que Ucrania, pueden ser unos 300.000 combatientes".

Publicidad abierta

Los dos bandos, ya definidos, arrancaron sus respectivas páginas de venta en la Deep Web. Los pro-ucranianos de RuTor montaron una plataforma llamada Solaris. Sus enemigos pro-rusos de WayAway arrancaron Kraken, la legítima heredera de Hydra y protagonista del arranque de este reportaje. Y pronto empezaron las hostilidades.

En junio de 2022, WayAway fue atacada por usuarios de RuTor, que desanonimizaron (revelar sus datos personales) a algunos de los usuarios de ese foro. La respuesta de los pro-rusos llegó el 13 de enero de 2023, cuando hackearon la página de Solaris y tomaron el control absoluto, derivando así también a todos los clientes de la plataforma. Los cibercriminales de Killnet, que han donado 280.000 dólares al ejército ruso para que escriban su nombre en las bombas ("We are Killnet") celebraron el ataque, definiendo a Solaris como "un narcoforo gestionado por el gobierno ucraniano".

Esta es, de momento, la situación actual: Kraken va ganando por aplastamiento. Hasta entonces, se había iniciado una carrera por convertirse en el narcomercado más popular con medios poco convencionales. Porque este tipo de mercados siempre han estado encubiertos en lo más profundo de la Deep Web. Pero la necesidad de ser los más conocidos para obtener más usuarios y liderar así el mercado, les había llevado a mostrarse a cara descubierta.

Así, la maniobra del bus de Kraken, no fue la única. Las otras páginas en liza (OMG, Solaris, Blacksprout o Mega) también emplearon sus trucos para hacerse notar. Desde proyecciones en edificios hasta pegatinas con QR en lugares públicos, pasando por anuncios en los vagones de metro.

Si ahora han facilitado el acceso, ¿por qué no actúan las autoridades rusas? ¿cómo puede ser que una tienda online de drogas se anuncie en el metro de Moscú? Ekaterina Mizulina, directora de la Liga de Internet Segura, ha sido la única que parece haberse preocupado por esta cuestión. Ha llamado la atención acerca de este asunto en la Cámara Pública, advirtiendo de que los principales usuarios de estas páginas son jóvenes desde los 15 años. Sin embargo, desde el Kremlin callan y siguen sin desmantelar a una red de delincuentes que le representa en la guerra híbrida.