ESTUPEFACIENTES

Tranq, la nueva droga que ha puesto en alerta al mundo: "Necesitamos un antídoto urgente"

La xilacina es un medicamento veterinario que, combinado con otras sustancias, puede causar la muerte

La principal vía de administración es inyectada y suele provocar necrosis a sus usuarios

Tranq, la nueva droga que ha puesto en alerta al mundo

La xilacina o tranq es un medicamento para animales que se utiliza en EEUU como estupefaciente. Imagen: Nacho García / Vídeo: PI Studio / PI Studio

David López Frías

David López Frías

"Es la primera vez en la historia de nuestra nación que se designa una sustancia como amenaza emergente". Así de tajante se mostró en una rueda de prensa el médico norteamericano Rahul Gupta, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca. Porque si hay un país en el mundo que tiene problemas con el consumo de estupefacientes (de todo tipo) es Estados Unidos, pero su Gobierno jamás había llegado al punto de tener que lanzar una alerta en estos términos.

La responsable es la xilacina, conocida en el argot narco como tranq y que en realidad es otra nueva incorporación que llega desde el mercado veterinario. Un medicamento para animales, no indicado para humanos, que se convierte en una droga de moda. Hasta ahora, habían cruzado ese umbral con éxito la ketamina (anestésico para equinos) y el fentanilo (utilizado para sedar elefantes).

La última en incorporarse ha sido la mencionada xilacina, que es otro medicamento veterinario que se utiliza para sedar animales. Principalmente bovinos (vacas, toros, bueyes), pero también perros, gatos y hasta caballos. Aunque su presentación sea en comprimidos, se suele administrar en pastillas. Ahora, su consumo ha saltado a los humanos.

Epidemia

Esta aparición no hace más que agravar una epidemia que está haciendo estragos en varios países, pero especialmente en EEUU: la de los opioides. Son los narcóticos más utilizados por los drogodependientes y en 2021 (el último año del que se han publicado resultados) superó las 100.000 muertes por sobredosis. El principal responsable de estos estragos es el fentanilo; una poderosa droga procedente de China que provoca unos niveles de adicción nunca vistos.

Y ahora llega el tranq. En realidad lleva un par de años establecida en los narcomercados estadounidenses y puertorriqueños (estado libre asociado a EEUU), especialmente de la zona sur. En este caso no se trata de un opioide, pero sí que es un analgésico relajante que no está indicado para la administración en humanos. Pero su combinación con los opioides puede resultar letal. De hecho, se ha incrementado en un 20% el número de fallecimientos por opioides en los que estaba implicado el tranq.

"La xilacina es un depresor del sistema nervioso central que puede causar somnolencia y amnesia y reducir el ritmo respiratorio, el ritmo cardíaco y la presión arterial a niveles peligrosamente bajos. Consumir opioides en combinación con xilacina y otros depresores del sistema nervioso central (como el alcohol o las benzodiacepinas) aumenta el riesgo de una sobredosis potencialmente fatal", definen desde el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) de Estados Unidos.

El Instituto incide en esa idea: la combinación del tranq con otras sustancias puede resultar fatal, es una sustancia que potencia los efectos de los opioides. "No está aprobado para el consumo humano y se ha vinculado con una cantidad creciente de muertes por sobredosis en todo el país en el marco de la crisis de drogadicción y sobredosis, en constante evolución. Hay estudios que indican que las personas expuestas a la xilacina con frecuencia la consumen, con o sin conocimiento, en combinación con otras drogas, especialmente fentanilo ilegal".

¿Droga zombi?

La xilacina, que generalmente se administra por vía intravenosa, puede producir a largo plazo unas llamativas consecuencias negativas: sus consumidores crónicos acaban desarrollando visibles áreas necrosadas en las zonas por las que penetra la droga, que principalmente son los brazos, aunque ninguna parte del cuerpo está a salvo. Este es uno de los motivos por el que en Estados Unidos se la conoce como 'droga zombi', porque el usuario termina padeciendo unas lesiones cutáneas que se asemejan al aspecto que se le atribuye a los muertos vivientes en el cine.

"La xilacina puede provocar llagas e infecciones graves, incluso en lugares de su cuerpo alejados de donde se ha inyectado. La piel, tras su uso prolongado, puede resultar afectada por úlceras, sarpullidos, necrosis y pus", además de que el usuario del tranq puede "sufrir lesiones graves si queda inconsciente y permanece en una posición por demasiado tiempo"; explican desde el MADDS (Datos de Suministro de Drogas de Massachusetts).

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha hablado con Claudio Vidal, portavoz de Energy Control (la entidad española de referencia en el análisis de sustancias estupefacientes), que ha asegurado que "por el momento se trata de un problema exclusivo de Estados Unidos. Aquí en España no tenemos constancia de que se esté produciendo un consumo", y declara que "la denominación de 'droga zombi' es una cuestión puramente periodística y te diría que sensacionalista. Como cuando nos hablaban de la 'droga caníbal'. No existe ninguna droga que te convierta en caníbal. Así que nosotros recomendamos no emplear este tipo de términos".

De todos modos, y aunque aún no haya llegado a España, el mercado de las drogas es global y que cruce el charco podría ser cuestión de tiempo. Por ello, desde Energy Control explican que "el problema que tiene esa sustancia es que no reacciona al antídoto. Cuando se produce una sobredosis de opioides, al paciente se le administra una dosis de naxolona, que es un antagonista. Pero la xilacina no responde a la naxolona porque no es un opioide".

Sin antídoto

En ese punto coincide Rahul Gupta, del Gobierno norteamericano: "Reuniremos a expertos nacionales en este ámbito para identificar los enfoques más prometedores para la estabilización clínica, la gestión de la abstinencia y los protocolos de tratamiento.

Además, necesitamos un antídoto", declaró en su última intervención pública que tuvo lugar el pasado miércoles 12 de abril, donde también reveló que "la designación de la xilacina como una amenaza emergente permitirá utilizar los fondos solicitados por el presidente Joe Biden al Congreso para los presupuesto de 2024. No es un problema de estados, de republicanos o demócratas. Es un problema de los Estados Unidos".

Sin embargo, y aunque el nivel de alerta actual en EEUU sea muy alto, no es el único lugar en el que el tranq está haciendo estragos. Hemos contactado con el Ministerio de Sanidad y con la Consejería de Sanidad de Madrid, desde donde nos explican que "no se ha detectado la xilazina en España y por tanto tampoco en la Comunidad de Madrid.

El sistema de alerta europeo detectó esta sustancia por primera vez en 2019 en Francia y en 2022-23 en los países bálticos y asociado al consumo de fentanilo. Esto es compatible con el patrón de consumos de sustancias en países bálticos, que son zonas con consumo muy diferente al resto de Europa y por el contrario similar al de Estados Unidos donde tienen problemas importantes con fentanilo y xilazina", confirmando que en los países del norte de Europa (especialmente Escandinavia) esta sustancia se está consolidando.