Sumar y Podemos afrontan las elecciones vascas como un duelo por ser decisivos

La izquierda nacional alternativa al PSOE acude enfrentada a la cita, en su particular pugna antes de las europeas

La vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz. / Ricardo Rubio - Europa Press

Sumar y Podemos abren la campaña de las elecciones vascas con el reto de lograr una representación que permita decantar hacia la izquierda las políticas del futuro Gobierno vasco, y en su particular carrera por ser referentes a la izquierda del PSOE. La cita se presenta como el último gran duelo antes de las elecciones europeas del 9 de junio, cuando por primera vez midan sus fuerzas a nivel nacional. La competición está en el telón de fondo de unos comicios que dibujarán el peso de cada uno en la agenda política vasca.

Desde su ruptura, las encuestas han coincidido en situar a Yolanda Díaz por delante de los morados, que sin embargo confían en su fortaleza en el territorio, donde han tenido 6 diputados esta legislatura, y en la solidez de su marca Elkarrekin Podemos, con la que ya concurrieron en las últimas dos elecciones en coalición con Izquierda Unida, que en esta ocasión va con las siglas de Sumar.

El último CIS daba a Sumar entre 0 y 2 escaños, y a Podemos entre 0 y 1. Las expectativas de ambas fuerzas es la de "salvar los muebles" y lograr al menos un diputado que permita atraer al PSE al bloque de izquierdas junto a Bildu, independientemente de que el PNV reedite el Gobierno con el apoyo de los socialistas, como todo parece apuntar. Más allá de quién ostente la lehendajakaritza, la clave será dejar la impronta en las políticas futuras, y que esa impronta sea de uno u otro signo.

Las direcciones nacionales de los partidos pasan a un segundo plano en esta campaña hasta el 21 de abril. La máxima representante de Podemos y candidata a las europeas, la exministra Irene Montero, está este jueves en Bilbao para dar el pistoletazo de salida, pero su presencia quedará limitada a algún acto puntual más. Es también el caso de la vicepresidenta segunda del Gobierno, que estará este sábado en Bilbao y que después acudirá en sólo otra ocasión. Tampoco los ministros de Sumar se prodigarán en País Vasco.

La estrategia en las elecciones gallegas, donde Díaz intensificó la presencia de los dirigentes nacionales, resultó absolutamente fallida. Los malos resultados llevaron a que se extendiera el desgaste de Galicia a todo el partido en el ámbito nacional, un extremo que ahora quieren evitar. En esta ocasión, buscarán diseñar una campaña autónoma y hecha desde el terriorio, en respuesta a la nacionalidad histórica que defienden para Euskadi.

EXPECTATIVAS

Después del fiasco gallego, en Sumar buscan salvar los muebles y asegurar su representación. Cuentan con dos bazas principales. La primera es que forman parte del Gobierno de coalición, algo que les da ventaja sobre Podemos a la hora de competir por el mismo votante. La subida del SMI, la reforma laboral o la reducción de la jornada serán bazas electorales que no dudarán en exhibir.

La otra circunstancia que puede jugar a su favor es que hace tan solo unos meses, en las generales, el electorado de Podemos escogió la papeleta de Sumar, que entonces concurría en coalición con los morados, y creen que es más sencillo que el votante reedite su apuesta a que vuelva a apoyar a una marca que consideran altamente desgastada.

No contemplan en ningún caso ser superados por los morados, que en las elecciones gallegas solo lograron un 0,3% del voto. Su principal reto es resultar decisivos en la nueva aritmética del Parlamento Vasco, y poder decantar la balanza hacia políticas progresistas uniendo sus votos a los de Bildu y PSE, más allá de que gobierne o no el PNV.

DISTINTO A GALICIA

Pero el desenlace de este pulso en la izquierda no está claro, por el peso que han tenido los morados en la política vasca. Euskadi es uno de los pocos bastiones donde Podemos ha resistido y mantenía sus posiciones. En las últimas vascas de 2020 logró seis diputados en coalición con IU, además de contar con representación a nivel municipal y cierta organización territorial.

En esta ocasión, a diferencia de Galicia, donde asumían que no lograrían representación, Podemos sí se encuentra en disposición de dar la batalla para lograr escaño y fía sus resultados a la solidez de la marca Elkarrekin Podemos y al alto nivel de conocimiento de su candidata, Miren Gorrotxategi. Además, confían en sus propias estructuras frente a falta de organización de Sumar, que a su juicio "no tiene nada" en País Vasco, y creen que pueden superar a la marca de Yolanda Díaz. Un hecho que, de producirse, asestaría un duro golpe a la vicepresidenta segunda.

PUGNA EN LA IZQUIERDA

La estrategia de los morados irá orientada a reivindicarse como el único partido contrario a las políticas del PNV, después de que EH Bildu les deja un "hueco por la izquierda" después de tender la mano a colaborar con de Andoni Ortuzar tras las elecciones y al carácter excesivamente "transversal" que le achacan.

Consideran además que existe un descontento social por la gestión del PNV en los últimos años y están dispuestos a explotarlo. Esto, creen, abre una oportunidad para trascender por primera vez el debate puramente identitario que suele marcar estos comicios y permiten a Podemos abrir discusiones que hasta ahora no cabían en la política vasca, dominada por los nacionalistas.