Ministra de Ciencia, Innovación y Universidades

Diana Morant: "Vamos a tutelar a las víctimas de acoso en universidades y centros de investigación"

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades reflexiona de lo logrado hasta la fecha desde su ministerio y, sobre todo, de todo lo que queda por conseguir

"Estamos preparando un plan de choque para agilizar las homologaciones de títulos universitarios"

Diana Morant, ministra de Ciencia y Universidades, junto al supercomputador MareNostrum 5, el jueves.

Diana Morant, ministra de Ciencia y Universidades, junto al supercomputador MareNostrum 5, el jueves. / MANU MITRU / VALENTINA RAFFIO

Valentina Raffio

Valentina Raffio

Hablar de ciencia es hablar de satélites, superordenadores y un futuro de avances revolucionarios. Pero también es hablar de las personas que hacen posible todo esto, de sus condiciones laborales y de cómo protegerlas ante situaciones de inestabilidad. La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, reflexiona con El Periódico de Cataluña, de Prensa Ibérica, de lo logrado hasta la fecha desde su ministerio y, sobre todo, de todo lo que queda por conseguir.

¿Cuáles son los retos que tiene por delante en esta nueva legislatura? 

Venimos de un periodo francamente complejo, primero marcado por la pandemia y después por la guerra de Ucrania. El Gobierno ha apostado por enfrentarse a estas crisis con una receta socialdemócrata que se ha traducido en una inyección económica en sectores clave como la ciencia. Ahora el gran reto es consolidar todo ese trabajo, desarrollarlo y, efectivamente, ir hacia el reto que nos hemos marcado de conseguir una financiación creciente y estable de la ciencia en España. Y sobre todo, seguir haciendo énfasis en la transferencia de conocimiento para conseguir que los avances científicos se traduzcan en resultados para la vida de las personas.

"Ya estamos poniendo más dinero en ciencia, ahora el reto es ser más ágiles y menos burocráticos"

En el pacto de investidura entre PSOE y ERC, el Gobierno prometió la transferencia de al menos 150 millones anuales a proyectos de investigación. ¿Cómo y cuándo llegarán estos fondos?

Estamos dispuestos a cumplir todos los compromisos, y más en el caso de los que impliquen apostar por la ciencia en los territorios. Ahora mismo ya estamos trabajando de la mano del Ministerio de Política Territorial, que es el que mantiene las relaciones con las distintas administraciones. Hay que tener en cuenta que ahora estamos en el momento de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado y seguramente gran parte de estos compromisos se traducirán en ese proyecto presupuestario. Si hay alguna otra fórmula con la que nos podamos adelantar, eso ya se me escapa.

"España estará en la próxima misión a la Luna y quizás en la futura exploración de Marte"

Hace un año, con la aprobación de la ley de la ciencia, prometieron dar más estabilidad a los investigadores. Sin embargo, todavía son muchos los científicos que denuncian que las trabas burocráticas y el retraso de las convocatorias provocan que tengan que trabajar sin sueldo durante meses. ¿Qué está fallando?

Lo primero es reconocer el problema. Y decir que no hay excusas. En la toma de decisiones, lo más importante es un buen diagnóstico y efectivamente sabemos que nos estamos retrasando en algunas convocatorias. Hay que tener en cuenta que ahora mismo estamos financiando el sistema como nunca. Por ejemplo, hemos pasado de 200 a más de 400 contratos Ramón y Cajal. Y esto implica más volumen de trabajo. Pero también le digo que no quiero detenerme en excusas sino hablar de soluciones. Ya estamos poniendo más dinero, mejores condiciones, mejores salarios y muchas más oportunidades para los científicos. Ahora, el reto es ser más ágiles y menos burocráticos.

Ahora mismo todas las universidades y centros de investigación tienen protocolos contra el acoso, unidades de igualdad y compromisos de tolerancia cero. Aun así, siguen dándose casos y las víctimas afirman que se sienten desprotegidas por las instituciones. ¿Qué está fallando?

Lo primero es reconocer que existe un problema y que es un problema estructural, aunque haya gobiernos que lo nieguen. Lo segundo es legislar y poner medidas que vengan a reparar esas situaciones. En los centros de investigación y en las universidades debe reinar una política de tolerancia cero contra el acoso. Los protocolos se deben revisar de forma anual para comprobar si están siendo efectivos o no. La normativa no debe ser monolítica, sino que tiene que irse adaptando de forma continua para atajar el problema.

¿Y qué pasa si ni siquiera así conseguimos hacer frente a los casos de acoso? Las víctimas denuncian que ni siquiera los mejores protocolos se están cumpliendo.

Si los protocolos fallan, el Ministerio y el Gobierno de España va a tutelar a las víctimas de acoso. Si una persona que ha sufrido o está sufriendo acoso en la universidad o en un centro de investigación siente que su institución no está actuando de la forma debida, nosotros estamos dispuestos a abrir una investigación particular. Lo primordial es estar, por supuesto, del lado de las víctimas.

Uno de los grandes proyectos científicos del último año es el despegue de la Agencia Espacial Española. ¿Qué balance hace de lo logrado hasta la fecha?

La creación de la Agencia Espacial Española ha sido un paso fundamental para el sector. La industria llevaba más de 40 años reclamándolo. La entidad se puso en marcha en mayo. Y en solo unos meses ha logrado cosas importantes. Por ejemplo, hemos cerrado el primer acuerdo de colaboración con la misión Artemis. España estará en la próxima misión a la Luna. Y quizás, en la futura exploración de Marte.

¿Algún proyecto espacial español que será titular el año que viene?

Uno de los proyectos más emblemáticos que tenemos en marcha es la compra del primer lanzador de microsatélites español. En estos momentos hay dos empresas seleccionadas: PDL Space, los fabricantes del cohete Miura, y la empresa catalana Pangea. La resolución debería salir en breve.

En Barcelona acaba de inaugurar usted el Marenostrum 5, uno de los superordenadores más potentes del mundo. ¿Qué podemos esperar de este proyecto?

El Mare Nostrum 5 es una revolución científica. Y las revoluciones científicas no se tienen que juzgar por sus efectos comerciales o por el ruido que generan a su alrededor. Estamos ante una revolución científica que va a transformar la vida de la gente. Se trata de la infraestructura europea más grande que acoge España. Esta herramienta, de más de 200 millones de euros, estará a disposición de toda la comunidad científica para llevar a cabo todo tipo de proyectos. Las posibilidades son realmente extraordinarias.