NUEVAS DINÁMICAS
La ruptura de Podemos y Sumar en 5 fases
La historia de esta separación se lleva fraguando años a fuego lento, con pequeños desplantes, primero, y sonoras bofetadas, después
La ruptura entre Podemos y Sumar no cogió a nadie por sorpresa. Era cuestión de tiempo. Yolanda Díaz y Ione Belarra llevaban meses sin hablar; Pablo Iglesias, que desde hace más de un año ha colocado una diana sobre la vicepresidenta segunda del Gobierno, lleva semanas intensificando las críticas hacia ella; y la líder de Sumar, lejos de incentivar la alianza, ha ido arrinconando a los morados hasta dejarles sin capacidad política. La historia de esta separación se lleva fraguando años a fuego lento. Con pequeños desplantes, primero, y sonoras bofetadas, después.
La amistad
2011IUEsquerda UnidaPSOEministra de TrabajoDíaz fue ganando peso al frente del Ministerio de Trabajo. En mitad de la pandemia fue una de las figuras del Gobierno que destacó, desplegando los ertes. Iglesias vio el tirón que tenía Díaz y quiso aprovecharlo.
La sucesión
la primera mujer que presida un Gobierno en EspañaMe enfadé muchísimoEl distanciamiento
liderazgo de Unidas Podemossecretaria general de PodemosDíaz, que nunca verbalizó que aceptaba el encargo de Iglesias, evitó tomar las riendas del espacio de manera clara. Casi nunca reunió a la Mesa Confederal, donde estaban los dirigentes de todos los partidos que conformaban Unidas Podemos, y en escasas ocasiones dio la batalla por las medidas que los morados querían impulsar en el Ejecutivo. Un ejemplo, nunca defendió la ley del 'solo sí es sí'. Ni a Irene Montero. La contraparte tampoco se quedó corta. Iglesias empezó a atacarla desde los medios y su partido puso en duda numerosas veces la labor de Díaz en el Gobierno.
Los celos
Yo no quiero estar a la izquierda del PSOE, le regalo al PSOE esa esquinitaAquel proyecto fue Sumar. Díaz lo presentó el 8 de julio de 2022. En este punto, la relación se volvió inasumible. Las desavenencias eran semanales y unos y otros batallaban por posicionarse en las negociaciones sobre cómo conformar ese nuevo espacio. Las costuras se llevaron al límite en abril de este año. La vicepresidenta segunda anunció que sería candidata a las elecciones. Podemos no asistió a ese acto porque no se había cerrado un acuerdo para conformar las listas electorales mediante primarias.
La ruptura
acabó aceptando ir en las listas de Sumar,Al día siguiente del 23-J, los morados lamentaron los malos resultados y los achacaron a Díaz. Desde ese día no dejaron de reivindicar la necesidad de que Montero volviera a ser ministra de Igualdad. La líder de Sumar, por su parte, empezó a arrinconarles: dejó a los cinco diputados de Belarra sin una coportavocía en el Congreso, impidiendo que pudieran registrar proposiciones de ley, enmiendas o cualquier otra iniciativa; les dejó fuera del Gobierno de coalición, mientras que dio entrada a IU, En Comú Podem y Más Madrid; y vetó sus intervenciones en el pleno. La última, en el pleno del pasado martes, fue la gota que colmó el vaso y acabó en ruptura.
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