CRITICAN QUE MANTENGA 22 CARTERAS

El PP, contra un Gobierno "a la medida de la amnistía" y "albañiles para levantar el muro de Sánchez"

Sémper afirma que el nuevo Ejecutivo "apuesta por la crispación" con perfiles que buscan "bronca y confrontación", poniendo el foco en Bolaños y Puente

Así queda el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez: todos los nombres del Consejo de Ministros

Borja Sémper durante la rueda de prensa en el Partido Popular.

Borja Sémper durante la rueda de prensa en el Partido Popular. / José Luis Roca

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Con la nueva constitución del Gobierno de Pedro Sánchez encima de la mesa, el PP carga las tintas contra Félix Bolaños, nuevo ministro de Justicia que mantiene las funciones de Presidencia y Relaciones con las Cortes. El partido de Alberto Núñez Feijóo considera que “unir ambas carteras y entregar su gestión al ministro más político” supone “lanzar un mensaje claro a Europa y al sistema judicial, y no es precisamente el de despolitizar la justicia en España”.

Bolaños ha sido el gran artífice de la ley de amnistía que permitió a Sánchez contar con el apoyo de los independentistas. Su ascenso al frente de Justicia implica dar continuidad a quien negoció una norma muy compleja, que además, velará por su cumplimiento, sabiendo que de eso depende la estabilidad de la legislatura. El momento es también muy sensible porque el sector judicial está dando la batalla, y a la espera de la respuesta europea que el PP cree que habrá. Entre sus competencias también está dar el impulso definitivo para renovar el Consejo General del Poder Judicial, que implica también contar con el primer partido de la oposición. Esos puentes están ahora completamente rotos.

"Que asuma también las relaciones con las Cortes implica que coordina las funciones del presidente del Ejecutivo, dirige las relaciones con el Poder Legislativo, y coordina el trato con el Poder Judicial", reflexionan en la sede de Génova, e insisten: "Todo un mensaje para un presidente que tiene poco interés en proteger la separación de poderes". El vicesecretario de Cultura y Sociedad Abierta, Borja Sémper, compareció al término del comité de dirección del partido, ahondando en la misma idea y respondiendo a la afirmación de Sánchez sobre que es "un Gobierno de alto perfil político": "Para nosotros eso quiere decir que es el Gobierno de la bronca y la confrontación. Apuesta por la crispación", afirmó.

Sémper también aseguró que se trata de un Ejecutivo "hecho a medida de la aministía" y compuesto, continuó, por políticos "que se han caracterizado por alentar la confrontación en lugar del diálogo". "Los albañiles para levantar el muro que nos anunció Sánchez en su investidura", zanjó el diputado por Madrid.

Los populares reprochan además que Sánchez haya mantenido 22 ministerios después de especular con que habría una reducción: “Pierde la oportunidad de reducir el Gobierno más caro de la historia”, aseguran fuentes del partido. Sémper añadió: "Es una cifra indigna y desproporcionada".

Marlaska y Puente

Los otros dos ministros contra los que carga especialmente el PP son Fernando Grande-Marlaska, “es una provocación que siga tras el escándalo de Pegasus y sus mentiras” sobre lo que ocurrió en la valla de Melilla, aseguran, y Óscar Puente. El exalcalde de Valladolid, que se encargó de representar al PSOE en la investidura de Feijóo y que ha tenido un enfrentamiento muy fuerte con Miguel Tellado, hombre de confianza del líder popular, a raíz de la agresión que sufrió Puente en un tren de camino a Madrid, se ha convertido en el dirigente socialista que más confronta con el PP.

Más allá de todos los nuevos nombres y los que salen (de Podemos, a pesar de criticar con dureza su presencia en el Consejo de Ministros, el PP dice ahora que “desprecia al partido que le ayudó a ser presidente”), en el equipo de Feijóo insisten en que “quien sigue mandando en nuestro país es Carles Puigdemont”, que “decidirá quién sigue y por cuánto tiempo desde su exilio en Waterloo”. 

Otra idea que lanzo Sémper en su comparecencia fue la de que "no haya ni un solo fichaje de la sociedad civil", dando por hecho que "nadie con una trayectoria ajena a la política parece estar dispuesto a subirse a un barco que está claramente a la deriva".