FORMACIÓN DE GOBIERNO

Ferraz blinda la negociación para la investidura "entre partidos y no entre gobiernos" para rebajar los posibles gestos de Sánchez con Puigdemont

Desde el PSOE dejan en el aire que pueda producirse una foto con el expresident de la Generalitat si se llega a un preacuerdo para conseguir su apoyo

Los negociadores asumen que “queda mucho trabajo y mucha discreción”. El único apoyo garantizado por el momento es el de EH Bildu

Pedro Sánchez secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones durante la reunión que mantuvo esta mañana con Miriam Nogueras , portavoz de Junta en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones durante la reunión que mantuvo esta mañana con Miriam Nogueras , portavoz de Junta en el Congreso de los Diputados. / DAVID CASTRO

Iván Gil

Iván Gil

Pedro Sánchez no descarta mantener una conversación telefónica con Carles Puigdemont, pero siempre en calidad de secretario general del PSOE y candidato a la investidura. En ningún caso como presidente del Gobierno en funciones. Así lo matizan fuentes tanto de Ferraz como de la Moncloa, después de que el propio Sánchez no descartase mantener una conversación telefónica con el expresident de la Generalitat. La negociación se desarrolla “entre partidos y grupos parlamentarios, no entre gobiernos”, concluyen las mismas fuentes. Los socialistas tratan de rebajar así al ámbito orgánico los posibles gestos al independentismo durante las negociaciones.

El pasado jueves, Sánchez ya telefoneó al líder de ERC, Oriol Junqueras, sobre quien sigue pesando una pena de inhabilitación. Tampoco se descarta mantener una reunión entre dirigentes socialistas y Puigdemont fuera de España si, finalmente, se llega a un preacuerdo con su formación para sacar adelante la investidura. En la reunión que este viernes mantuvo Pedro Sánchez con la portavoz de los posconvergentes en el Congreso, Míriam Nogueras, le acompañó el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán. El otro interlocutor del equipo negociador del PSOE con los independentistas catalanes es el ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños.

En la dirección del PSOE remarcan que la foto de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, con Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo, el pasado 4 de septiembre, se produjo en calidad de líder de Sumar. Sin representar al Ejecutivo. A pesar de ello, los socialistas se desvincularon y hasta lo criticaron en privado por considerarlo un gesto prematuro que no beneficiaba su estrategia negociadora. Se afeó entonces una búsqueda artificial de protagonismo, al tiempo que se manifestaba incomodidad ante una decisión de Díaz “por su cuenta y riesgo”. En el contexto de las negociaciones, el presidente de la ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, también acudió recientemente a Waterloo para entrevistarse con Puigdemont.

El PSOE quiere acotar tanto los gestos como las negociaciones al ámbito de la política partidista, sin implicaciones institucionales. Otra cosa, avanzan fuentes de la dirección, son los hipotéticos acuerdos a los que lleguen. Sobre todo, en materia de financiación o de traspasos de competencias, que sí se materializarían entre gobiernos.

El marco de la negociación entre partidos, sin embargo, podría extenderse para dar entrada a Junts en un nuevo formato de la mesa de diálogo. Asimismo, facilitaría el encaje de su exigencia para establecer “un mecanismo de mediación y verificación” de los compromisos que se puedan adoptar. La figura del relator, con un perfil internacional, fue el principal elemento que dinamitó las negociaciones de Sánchez con ERC y Junts para aprobar los presupuestos de 2019, precipitando un adelanto electoral.

Desde el PSOE dejan en el aire que pueda producirse una foto con Puigdemont, pero en cualquier caso se reservaría para cuando los acuerdos estén cerrados. Pese a que el presidente del Gobierno en funciones ha dado pasos significativos en el arranque oficial de las negociaciones, sentándose por primera vez con EH Bildu y los portavoces de ERC y Junts en el Congreso, a partir de la próxima semana delegará en el equipo de negociadores designado por su partido.

La comisión negociadora se reunirá este lunes en Ferraz para poner en común las conclusiones tras la ronda de contactos con los grupos. El equipo está formado por María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda en funciones; Félix Bolaños, miembro de la ejecutiva y ministro de la Presidencia en funciones; Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE; Pilar Alegría, portavoz del PSOE y ministra de Educación en funciones; Hana Jalloul, miembro de la ejecutiva; y los diputados Óscar Puente y José Ramón Gómez Besteiro. Al encuentro se sumarán los portavoces en el Congreso y Senado, Patxi López y Eva Granados, respectivamente, para diseñar los trabajos de cara a unas conversaciones que se intensificarán en los próximos días.

Pedro Sánchez, junto a la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua.

Pedro Sánchez, junto a la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua. / DAVID CASTRO

A partir de ahí “habrá muchas reuniones”, trasladan desde Ferraz para reconocer que “queda mucho trabajo y mucha discreción”. El único apoyo garantizado por el momento para la investidura es el de EH Bildu, mientras que el de Junts sigue “lejos”, según constataba este viernes su portavoz parlamentaria, Míriam Nogueras, tras reunirse con Sánchez. Desde el PSOE mantuvieron su posición optimista al asegurar que “aún queda mucho tiempo y “hay recorrido para hablar y llegar a acuerdos”.

Dosificar el desgaste

En el PSOE se ha dejado de mencionar la posibilidad de una repetición electoral, con el convencimiento de que lograrán los apoyos para formar gobierno. A pesar de ello, nada está garantizado en estos momentos. Es por ello que se evita dar pistas de hasta donde están dispuestos a llegar en las negociaciones, con la premisa de una ley de amnistía, para evitar un desgaste innecesario si hay que volver a acudir a las urnas. Un escenario por el que tampoco se visibilizan cesiones que luego no se traduzcan en apoyos.

La máxima más repetida es que buscarán acuerdos teniendo “como soporte el marco constitucional en todo momento”. Bolaños aseguraba en esta línea, tras el último Consejo de Ministros, que cualquier acuerdo al que se llegue será “impecable desde el punto de vista constitucional”.

Sin fecha para la investidura, los socialistas asumen que se producirá bien entrado el mes de noviembre. La fecha tope es el 27 de ese mes, cuando deberán disolverse las Cortes si no se ha formado gobierno. Sorteando las presiones de los populares para apurar una fecha, en el equipo negociador designado por el PSOE insisten en reclamar tiempo para una investidura “real”. Sin perder el tiempo, añaden, pero con el objetivo puesto en pulir jurídicamente el acuerdo.