Acto de apertura del año judicial

El presidente del TS advierte de que "la democracia ya no muere por un acto violento", sino por erosión del poder judicial

Marín Castán reclama que los actores políticos sitúen la justicia por encima de los intereses partidistas y proceda a la renovación del CGPJ

Núñez Feijóo comenta en corrillos tras el discurso que la no renovación del Consejo es cosa tanto del PSOE como del PP

El rey Felipe VI y Fernando Marín, presidente del Tribunal Supremo

El rey Felipe VI y Fernando Marín, presidente del Tribunal Supremo / José Luis Roca

Cristina Gallardo / Ángeles Vázquez

El presidente interino del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, centró su discurso en el acto de apertura de tribunales en la falta de renovación del Consejo General del Poder Judicial, que lleva casi cinco años de retraso, así como en la grave situación que vive el alto tribunal por no cubrirse sus vacantes. Y lo hizo advirtiendo de que "la democracia ya no muere necesariamente por un acto violento o dramático, esto es, un golpe militar o una revolución, sino con un lamento prolongado: el lento y progresivo debilitamiento de las instituciones esenciales, como son el poder judicial y la prensa, y la erosión global de las normas políticas tradicionales".

El presidente, que atribuyó la reflexión a Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, se mostró no obstante seguro de que la crisis que se vive será superada y se procederá a la renovación del órgano de gobierno de los jueces. "La democracia exige mucho de sus partícipes. Tanto, que hay momentos en los que deben dejarse a un lado las emociones y los tribalismos, e incluso los grandes postulados de la apuesta partidaria, en favor de principios constitucionales más elevados".

Así, Marín Castán reclamó "un verdadero compromiso democrático de cooperación leal entre los diferencias actores políticos" para proceder a la renovación del CGPJ y la posterior reforma de la ley según los parámetros europeos. "El buen funcionamiento de la justicia debe ser un asunto de Estado", aseguró ante el rey Felipe VI, en un discurso que sorprendió por su contundencia pese a que quien lo pronunciaba ostenta la presidencia en funciones del alto tribunal por ser el presidente de de Sala más antiguo.

En el Salón de Plenos le escuchaban, entre otros, el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, la presidenta del Congreso, Francina Armengol; del presidente del Senado, Pedro Rollán; del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido; de la ministra de Justicia en funciones, Pilar Llop; de la presidenta del Consejo de Estado, Magdalena Valerio; de la presidenta del Tribunal de Cuentas, Enriqueta Chicano, y del Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo.

"El justiciable contempla con perplejidad cómo los representantes políticos se muestran incapaces de poner fin a esta situación", lamentó el presidente en funciones del alto tribunal. "Es la hora de los grandes políticos y de los grandes demócratas", aseveró.

Estas advertencias, en todo caso, parecen caer en saco roto si nos atenemos a lo señalado tras el discurso por el jefe de la oposición en conversación informal con los periodistas durante los corrillos con la prensa en el salón de pasos perdidos. Núñez Feijoó eludió la responsabilidad de la falta de acuerdo atribuyendo la misma tambien al PSOE, que mantiene sin renovar la vacante que existe aún en el Tribunal Constitucional y que corresponde solventar al Senado.

Polarización y seguridad jurídica

Sin mencionar en ningún momento la posibilidad de que pueda aprobarse una ley de amnistía, el presidente interino del alto tribunal sí lamentó que el Judicial sea el poder del Estado "más expuesto a la influencia de otros poderes que tienden, cada día más, a la polarización".

Tras aludir a las palabras pronunciadas hace tan sólo un año por su antecesor en el cargo, Carlos Lesmes, que dimitió de la presidencia del Consejo y del Tribunal Supremo ante la persistencia del bloqueo institucional, Marín Castán ha manifestado que la situación "no ha hecho más que empeorar" y a apuntado que "la primera víctima de esta situación es sin duda el justiciable", que concretó en "ciudadanos y ciudadanas, empresas e instituciones públicas y privadas" que están viendo cómo la tutela efectiva de sus derechos se ve "mermada de forma inadmisible".

La posible falta de seguridad jurídica fue mencionada por el presidente de la Sala Primera (de lo Civil) del Tribunal Supremo en varios momentos de su discurso, en el que redundo en que la eficiencia del Poder Judicial "no sólo contribuyen a formar la imagen que otros tienen de nosotros desde el exterior", sino que también es un factor decisivo "en la toma de decisiones de inversión".

Propuestas de "estrategia política"

Por todo ello, y pese a reconocer que no es al presidente del Supremo al que corresponde formular "propuestas de estrategia política", Marín Castán se excusó en la "gravedad de la situación" para reclamar, en primer lugar, la renovación del Consejo "buscando consensos amplios", y atendiendo "a los estándares marcados por Europa", evitando pronunciamientos y conductas "que puedan causar en la sociedad una percepción de politización".

Una vez la renovación se produzca y se puedan cubrir las plazas en la cúpula judicial -en el Supremo habrá a finales de este mes 23 vacantes-, apunta que los nombramientos no deben hacerse de manera apresurada y alerta de la "tentación de aprovechar la ocasión para obtener ventajas políticas".