DEBATE

Los otros intentos de usar el catalán en el Congreso que fracasaron

La introducción de las lenguas cooficiales en la Cámara Baja que plantea ahora Yolanda Díaz fue rechazada en 2011 y 2022

Montserrat Bassa, durante un pleno en el Congreso de los Diputados.

Montserrat Bassa, durante un pleno en el Congreso de los Diputados. / DAVID CASTRO

Miguel Ángel Rodríguez

"El señor Tarno Blanco sube hasta la Presidencia: … ¡Es intolerable!". Esta acotación está recogida en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados del 22 de marzo de 2011 y hace referencia al entonces coportavoz del PP en la Cámara baja, Ricardo Tarno Blanco. El exdirigente conservador se dirigió así al que era presidente del Congreso, José Bono, después de que Joan Tardà hubiera pronunciado parte de un discurso en catalán. Era la primera vez que en la Cámara baja se debatía una reforma del reglamento para permitir el uso de las lenguas cooficiales en los debates. Bono permitió que tanto Tardà como los portavoces del PNV y del BNG, Aitor Esteban Bravo y Francisco Jorquera Caselas, respectivamente, hablaran en catalán, vasco y gallego, pese a que la única lengua que se puede emplear es el castellano. La proposición fue rechazada entonces por el PSOE y el PP. Hace un año, en junio de 2022, volvieron a hacerlo.

El texto de la iniciativa registrada hace más de una década era sencillo: "Los diputados tendrán derecho a utilizar cualquiera de las lenguas que tengan el carácter de oficiales en alguna Comunidad Autónoma". La redacción apenas varió en la proposición de reforma del reglamento del Congreso que se debatió hace un año. Ambas recibieron el 'no' de la Cámara baja con una mayoría conformada por populares y socialistas. Ahora, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, quiere plantear un nuevo intento de introducir las tres lenguas cooficiales en el Congreso, vinculándolo a las negociaciones para sacar adelante una investidura.

Expulsiones y alegatos

La experiencia indica que es un objetivo ambicioso. Sobre todo, porque se necesita el voto positivo del PSOE, una formación que históricamente ha rechazado esta propuesta. El año pasado, alegaron que actualmente el uso del catalán, el euskera y el gallego estaba acotado en el Congreso a "citas y frases inmersas en las distintas intervenciones" y que en el Senado su uso era mayor. "Por lo tanto, en el Grupo Parlamentario Socialista entendemos que existe un equilibrio razonable en el uso de las lenguas propias en las Cortes Generales", defendió su diputado Guillermo Antonio Meijón Couselo.

Además, aquel debate no gozó de la laxitud que aplicó Bono en 2011. En sustitución de Meritxell Batet, el vicepresidente del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, retiró la palabra a Montserrat Bassa (ERC), Miriam Nogueras (Junts), Albert Botran (CUP) y Nestor Rego (BNG) por no hacer uso del castellano. "Simplemente, para que los demás puedan entenderlo", argumentó. Además, Batet, en una entrevista a este diario, aseguró que durante esta legislatura ha habido diputados que "subían a la tribuna con el objetivo de provocar" y que solo usaban el catalán en aquellos temas en los "que no tenían demasiado que aportar" con el objetivo de que les expulsaran.

Hablarlo en Europa

Pese a mantener esta posición de manera constante, en julio de 2022, la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat acordó "la ampliación del derecho de los representantes políticos a realizar su labor en todas las lenguas del Estado". Sin embargo, se puntualizó que para ello se revisaría el reglamento del Senado. Actualmente, en la Cámara alta, se pueden utilizar el catalán, el euskera y el gallego para defender mociones, pero no proposiciones de ley.

En aquel pacto, cerrado un mes después de rechazar el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, también se incluyó el compromiso de solicitar "al Parlamento Europeo la consideración del catalán como lengua de uso en el pleno". El Ejecutivo de coalición envió una carta al Europarlamento en el pasado septiembre haciendo esta petición. Sin embargo, se espera que sea rechazada. En enero de 2010 ya ocurrió, cuando el presidente del Parlamento Europeo, el conservador polaco Jerzy Buzek, denegó una solicitud similar alegando que no iban a autorizar el uso de una lengua que no se puede emplear ni en el propio Congreso de España.