Entrevista |

Diana Morant: "Los dos partidos de la coalición deseamos repetir y continuar con un gobierno progresista"

La ministra de Ciencia e Innovación reivindica que "hablar de ciencia en España nunca ha sido ciencia ficción" y reconoce que el mensaje que traslada la fricción entre los socios de Gobierno "no es ilusionante" de cara a las próximas elecciones

Archivo - La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant

Archivo - La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press - Archivo

Ingeniera de telecomunicaciones, alcaldesa de Gandía y, en estos momentos, ministra de Ciencia e Innovación. Diana Morant, que asegura que a pesar del cambio no se ha quitado la piel de alcaldesa, ha visitado Ibiza este fin de semana para arropar al socialista Rafa Ruiz en la presentación de la lista electoral con la que aspira a repetir mandato como alcalde de Ibiza.

¿Hablar de ciencia en España es hablar de ciencia ficción?

Hablar de ciencia en España nunca fue ciencia ficción. El problema en la década anterior fue de desprecio al sector científico. El PP, que tenía la misión de sacar a España de una crisis financiera lo hizo con recortes. Todos tenemos en la retina las manifestaciones contra los recortes del personal sanitario y educativo, pero también los hubo, aunque pasaron más silenciados, en el sistema de ciencia pública. Se destruyeron 10.000 plazas de investigadores, la fuga de cerebros. Nuestro talento se fue a otros países. No tenemos un problema de recursos, sino de un país que le daba la espalda a la ciencia. La forma de solucionar esto era arreglando el sistema. Si las condiciones para los científicos fueran mejores, seríamos un país mejor para la ciencia.

¿Es un problema de dinero, de financiación?

De tasa de reposición. Hubo cuatro años de tasa de reposición cero en la ciencia. Cada vez que se jubilaba un investigador se destruía la plaza. Ahora estamos aplicando una tasa de reposición expansiva: por cada diez que se jubilan se incorporan doce. La gente, en vez de irse, puede incorporarse. Y estamos invirtiendo más que nunca en la historia en el sector de la ciencia, hemos doblado los presupuestos que heredamos del PP en 2018 y también en infraestructuras. En Balears, por ejemplo, en el Socib. Estamos invirtiendo 7,5 millones de euros en un edificio y tanto el Govern como nosotros vamos a cuadruplicar la inversión. Y es importantísimo invertir en oportunidades con dignidad. Han desaparecido los contratos de obra y servicio, que han pasado a ser indefinidos y hemos reconocido derechos como el de indemnización de fin de contrato o a la conciliación. Parece mentira, pero hasta la ley de septiembre las excedencias por cuidados se penalizaban.

Esto es muy significativo de la escasa presencia histórica de las mujeres en la ciencia, ¿no?

Creo que era un tema más de no reconocer que, además de trabajar, uno tiene una vida. Es una de las explicaciones por las cuales en el sector de la ciencia, a pesar de que se doctoran el mismo número de hombres que de mujeres, cuando pasamos a los puestos de más responsabilidad, bajan al 25%.

¿Esto está cambiando?

Todas mis compañeras y compañeros de facultad han estado diez años por el mundo. Ahora mismo, gracias al plan de recuperación, transformación y resiliencia el sector que más empleo está creando en este país es el de la informática y las telecomunicaciones. El segundo es el de la educación y el tercero el de las actividades científicas y técnicas. Si sumamos, uno de cada cuatro empleos en nuestro país se crean en ciencia e innovación. Hemos pasado de expulsar el talento a necesitarlo. Pero hemos estado diez años expulsándolo.

¿Cómo hacemos que vuelvan?

Hay toda una generación que no ha querido estudiar nada relacionado con la ciencia o la tecnología porque no tenía incentivos en este país. Ahora es muy importante enviar el mensaje de que España ya sí es un buen país para la ciencia y la innovación. Necesitamos que nuestros jóvenes se apunten a ellas, y sobre todo la mitad de la población, que son mujeres. Mira, en los premios nacionales de investigación hay diez categorías, las diez con nombres de hombre, que este año se han concedido a nueve hombres y a una mujer. Me preocupé, pero en las candidaturas sólo había un 20% de mujeres. Este año hemos creado esos mismos premios con esas categorías, pero jóvenes. Los diez con nombres de mujer. Los premiados eran cuatro mujeres y seis hombres. La sociedad ha cambiado. Pensemos que los investigadores premiados tienen unos 60 años, remontémonos a hace 40 años. ¿Quién podía estudiar una carrera científica? Pues por cuestiones económicas no todo el mundo y, desde luego, no igual los hombres que las mujeres. Está cambiando, pero querría que lo hiciera con más rapidez.

El otro día hablaba de la necesidad de la inversión privada. ¿Cuesta encontrarla o al capital privado no le interesa invertir en lo que interesa a la sociedad?

Las dos cosas. La receta de los recortes fue mala en España y en Europa, que perdió una oportunidad que ha sabido aprovechar Estados Unidos en empresas tecnológicas. Hemos perdido la carrera y estamos intentando recuperarla. Antes de la pandemia no había aquí ninguna empresa que fabricara vacunas humanas ni mascarillas y muy pocas que hicieran respiradores. España se había convertido en un país comprador o importador de I+D. La ciencia y la innovación son las palancas del cambio del plan de transformación. Hay productos que las empresas no desarrollan porque no les interesa, y ahí tenemos la compra pública innovadora, con la que hacemos que lo desarrollen porque la Administración lo va a necesitar.

¿Por ejemplo?

El otro día entregué en el centro de cirugía de invasión mínima, en Cáceres, dos prototipos de una tecnología nueva para que los órganos donados duren más tiempo. Quizás una empresa no lo habría desarrollado nunca, pero la Administración lo pide para implantarlo en el sistema de salud. Nos hemos convertido en estado emprendedor. Arriesgamos, invertimos, ganamos y perdemos con las empresas a través de los Planes Estratégicos de Renovación y Transformación Económica (Perte). Está el del vehículo eléctrico, por ejemplo, en el que invertimos para que empresas lo fabriquen en nuestro país. Lo estamos haciendo con las renovables para que diseñen aquí sistemas de energías más limpias de almacenamiento y transporte. Y también con la medicina de vanguardia. Queremos que se diseñen en España las terapias del futuro y que se fabriquen aquí, que no compre la patente una empresa estadounidense y te tengas que ir a Houston, si tienes el bolsillo lleno, para beneficiarte de ella.

La ciencia y la tecnología dan soluciones, ¿por qué cuesta tanto que luego eso se traslade al día a día?

Zapatero fue el primer presidente en apostar por las energías renovables en este país y cuando entró el PP a gobernar puso el impuesto al sol. Ahora hemos retomado ese tema y vamos a velocidad de crucero...

Mejor no hable de cruceros, que aquí no caen muy bien.

[Ríe] Vale, pues a velocidad de cohete. Somos el sexto país del mundo en inversión privada en energía renovable. Generamos más de la que somos capaces de consumir, porque no es sólo generarla, hay que tener capacidad de almacenarla o transportarla. Ahora mismo tenemos un proyectazo... Un centro para almacenamiento de energía en Cáceres. Y el H2Med, un acuerdo internacional para transportar el hidrógeno verde. Tenemos que conseguirlo con energías limpias para que no sea hidrógeno gris. Estamos desplegando e investigando a la vez. No hay tiempo. No estamos trabajando por un planeta mejor sino por un planeta posible.

Dicho así da miedo.

Es que o nos da miedo de verdad o no reaccionamos. A mí me da miedo escuchar al vicepresidente de Castilla y León apelando a los jóvenes para que no crean que el CO2 es un contaminante y el culpable del calentamiento global. El miedo no lo tengo cuando conocemos el problema y ponemos soluciones, el miedo lo tengo cuando se niegan esos problemas: Doñana, el Mar Menor, el calentamiento global.

¿Cómo vive el negacionismo que ha aflorado con la pandemia?

La encuesta sobre la percepción que tiene la sociedad sobre la ciencia nos dice que desde la pandemia la ciudadanía es cada vez más militante. Mucha gente descubrió o le puso cara a la ciencia, tiene sentido cuando la gente sabe cómo afecta a su vida. No sólo fue la vacuna, la gran salvación. Ventilar la casa o ponerse una mascarilla porque el virus se transmitía por aerosoles fue un descubrimiento científico. La ciudadanía se alimentó de ciencia y los medios le disteis mucha voz a los científicos.

¿Faltaba divulgación científica?

Faltaba cultura de la ciencia. Una crisis abre oportunidades y los científicos han hecho un papel formidable, no sólo en la pandemia, también en el volcán de La Palma. No existe nada que te diga qué hace que un volcán erupcione, y tuvieron la capacidad de predecir, por los temblores y la deformación de la superficie, en horas y metros, donde se iba a producir una erupción. Eso salva vidas. Imagina que empieza a salir lava en un colegio, una calle... El conocimiento salva vidas.

¿En qué es puntera España en innovación?

Pasa desapercibido, pero somos líderes, sólo por detrás de Estados Unidos, en ensayos clínicos para el desarrollo de tratamientos. Eso nos da una fortaleza... El sector que más invierte en este aspecto en nuestro país es el farmacéutico. Somos muy fuertes em lo biosanitario. ¿Qué nos falta? Que cuando tenemos la patente y descubrimos la terapia la fabriquemos aquí, para lo que vamos a crear una sociedad mercantil públicoprivada. También somos líderes en el sector aeroespacial. Es el segundo en nuestro país que más intensidad pone en la innovación. Están ocurriendo cosas que no habían pasado nunca. Una empresa de Elche tiene en Huelva un cohete listo para lanzarlo en las próximas semanas, cuando haya una ventana óptima. Será la primera vez que en España se haya diseñado, fabricado y lanzado un cohete suborbital, es el primer paso a un lanzador de microsatélites al espacio. Estamos en liderazgo mundial de las energías renovables y limpias y en digitalización. El año pasado fue el año que más inversión de capital privado hemos recibido de toda su historia. Capital de empresas extranjeras.

Al extranjero se marcha Ferrovial.

Le estamos plantando cara a esa decisión, puede no ser legal. Dicen que es por seguridad jurídica y España está dándola y se demuestra con el nivel de inversión. Y no sólo a las empresas, también a la Comisión Europea, que nos ha aprobado el tercer plan de recuperación mientras a otros países, como Italia, no. Ferrovial está tomando una decisión para ahorrarse la fiscalidad. Uno no puede ser español y no querer pagar en España.

A ver, el pícaro es un personaje muy español.

Me da mucha pena esa sensación de que todo el mundo hace trampas. Al que las hace, que se le pille y las pague. En general, la gente, las empresas y las administraciones públicas hacen bien su trabajo. Tenemos que vivir en un clima de confianza, pero entender que para que haya justicia social tiene que haber justicia fiscal.

Cada vez que lee que se ha rebajado la pena a un agresor sexual por la ley del sólo sí es sí, ¿qué piensa?

Me siento mal. Igual que toda la ciudadanía. El PSOE intentó que fuera una propuesta de gobierno y no lo logró. Entendemos que la aplicación en sala de esta ley ha sido muy dispar, no se ha generado jurisprudencia. La Fiscalía decía una cosa y el Tribunal Supremo ha analizado sentencia por sentencia. Hubo un intento de matizar, con unas enmiendas. La voluntad del poder legislativo no era ésta, era la de proteger de forma integral a las víctimas. Al ver que no era suficiente con las enmiendas había que dar un paso adelante y arreglarlo. Está sobre la mesa y en el Congreso.

¿La fragmentación de la izquierda a nada de las elecciones nacionales complica un siguiente mandato?

La ciudadanía sabe que hay dos bloques muy claros. El progresista, que ha conformado el primer gobierno de coalición de la historia de España y que hemos sido capaces de ponernos de acuerdo para medidas que dan solución a grandes problemas de la ciudadanía: la pandemia, las consecuencias de la guerra de Ucrania, la reforma laboral, las pensiones... Enfrente hemos tenido a un partido que en el peor momento no ha acompañado estas soluciones sino lo contrario: se ha ido a Europa para bloquear los fondos de recuperación, la solución ibérica y la subida de las pensiones. Han sido los profetas del desastre que no ha llegado. Anhelan que a España le vaya mal para que a ellos les vaya bien. Tenemos enfrente a la derecha con la ultraderecha y ya sabemos lo que saben hacer juntos: bloquearlo todo y amenazar con tirar atrás derechos adquiridos. El señor Feijóo llegó a decir que interrupción voluntaria de las mujeres no era un derecho fundamental, sino legal. Es una advertencia. Significa que es un derecho que reconoce una ley y que, por tanto, puede cambiarlo otra ley. No demos por conquistados los derechos, se pueden destruir.

¿Pero sobre sus socios?

Espero que se calmen las aguas y que tengamos unos socios fuertes con los que revalidar el gobierno.

O sea, que lo que estamos viendo es teatrillo.

No creo que sea teatrillo. No lo es, pero el mensaje a la ciudadanía no es bueno. Los dos partidos del gobierno de coalición deseamos repetir y continuar con un gobierno progresista. Para hacerlo posible lo primero que tenemos que hacer es ofrecer proyectos realistas e ilusionantes y estar peleándose no creo que sea lo más ilusionante.