MOCION DE CENSURA

Tamames pide a los partidos constitucionales que se conjuren para "recuperar la concordia" en España

Tamames ha subido a la tribuna del Pleno del Congreso pasadas las 11.30 horas, después del más de dos horas de un duro cruce de acusaciones y reproches mutuos entre el líder de Vox, Santiago Abascal, y el presidente del Gobierno

Tamames: "La Memoria Histórica nos ha creado muchos problemas y nos los va a crear"

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Miguel Ángel Rodríguez / Ángel Alonso Giménez

Cuando Santiago Abascal bajaba de la tribuna del Congreso, a las 09:45 tras tres cuartos de hora de discurso, la bancada de Vox rompía en aplausos. Ramón Tamames no. El candidato de la formación ultra para descabalgar a Pedro Sánchez se mantenía inmóvil, como los 297 diputados que no eran de Vox. Ni siquiera ha mirado a Abascal cuando este pasaba a su lado y se sentaba a su vera. Después, el exdirigente del PCE ha escuchado atentamente a Sánchez, otra vez a Abascal, otra vez a Sánchez, otra vez a Abascal y una última a Sánchez, hasta que ha llegado su turno. Pasadas las 11:30 horas, y ya siendo el protagonista del debate, les ha espetado a las formaciones independentistas que "la autodeterminación no existe" y al jefe del Ejecutivo le ha acusado de "no respetar la separación de poderes"

En su visión de país ha habido espacio para el consenso, al que ha apelado en varias ocasiones. "Se puede pedir a los partidos constitucionales que cumplan con un mínimo para toda la nación, un paquete de medidas adecuadas", ha enfatizado. Entre esas medidas, la vigilancia de la corrupción y la modificación de la ley electoral, uno de los aspectos en los que más ha incidido. Están los "separatistas" sobrerrepresentados en el Congreso, a su entender. No pueden ejercer tanta influencia en la gobernabilidad del país, según sus palabras.

Por ello, ha defendido, además, la rúbrica de "un pacto" entre los partidos constitucionales que haga posible la recuperación de "concordia, paz y entendimiento" entre la mayoría de españoles. Retomar el consenso, en su opinión, se antoja imprescindible.

Sentado en el escaño de Abascal, con una jarra de café sobre la mesa y sin desplazarse a la tribuna de oradores por sus dificultades en la movilidad, el político casi nonagenario ha desplegado sus argumentos sobre la necesidad de una moción de censura al Gobierno de coalición. "En resumen, un poder ejecutivo que se apodera de otros poderes; un problema de infraestructuras nacionales muy limitado; una política de población muy deficiente y deficiencia en servicios públicos. En política exterior también en situación crítica", ha sintetizado el exdirigente del PCE. 

"Montesquieu es un visitante molesto", ha ironizado sobre el filósofo francés que enunció el principio de la separación de poderes. Según Tamames, el Ejecutivo de coalición está "haciéndose con el control del poder de la justicia" y legislando al golpe de real decreto. También ha sacado a relucir el caso Mediador y al "Tito Berni y sus colegas". Según ha dicho, el PSOE está "tratando de encubrir algo que ha sucedido en sede parlamentaria", teniendo "su propia oficina de transacciones ilegales".

La unidad de España

Durante casi una hora, el que fuera diputado de la legislatura constituyente ha defendido con especial insistencia la unidad de España, arremetiendo contra el independentismo catalán. Primero, ha denunciado que existan problemas para que los niños puedan tener el 25% de las clases en castellano y después que el sistema electoral actual lleve a una "sobrerrepresentación del separatismo" por el que "los gobierno nacionales en minoría necesitan apoyos a cambio de concesiones". "La autodeterminación no existe", ha concluido recordando que en la negociación de la Constitución de 1978 se dejó fuera.

En su discurso, Tamames ha recorrido alguno de los argumentos más usados por la formación de extrema derecha, pese a que casi no se ha referido a Vox en ningún momento. Ha hablado de problemas demográficos, de la falta de desarrollo industrial, de la falta de negociación con los agentes sociales y la "aversión" a los empresarios, de los problemas de la sanidad y la educación e, incluso, de la relación con Marruecos o con Gibraltar. No obstante, pocas propuestas ha planteado y tampoco ha hecho mención a la convocatoria de elecciones si la moción prospera.

“¿Por qué tenemos que hablar tanto?”

Tamames, en el escaño de Abascal, no ha podido evitar su estupor, cansancio, indignación o lo que sintiera por la larga intervención del presidente, de una hora y cuarenta minutos. “Acaba de terminar su primera intervención… Eso significa que tenemos todo el tiempo del mundo por delante”, ha afirmado.

Pero no ha acabado. “¿Por qué tenemos que hablar tanto? Todo lo mismo y no acabamos de pronunciarnos sobre los temas”, ha proseguido para, acto seguido, enumerar las carencias que, a su juicio, ha tenido el discurso del presidente del Gobierno. “Ninguna referencia a la lengua española, a la ley electoral que sobredimensiona a los nacionalistas y separatistas, a un Gobierno conciliador que se aleje del ‘Frankenstein’ ni a la sedición ni a la malversación…”.

Aquí la única crítica política de cierta envergadura, ya que Tamames ha acusado al mandatario socialista de haber reformado ambos delitos en el Código Penal “para beneficiar a unos amigos”, lo cual, según sus palabras, “tendría que haber provocado una moción de disolución de las Cortes”. “Eso no se ha hecho ni en Polonia ni en Hungría”, ha añadido.

En el cupo de propuestas, una que afecta al reglamento del Congreso. Tras mostrarse convencido de que la moción que él encabeza a propuesta de Vox será “útil”, ha abogado por acometer una serie de cambios que, cara a futuras mociones, acoten los tiempos de intervención tanto del candidato (él) como del presidente que defiende su cargo (Pedro Sánchez). Actualmente no los tienen. “No se puede estar oyendo a una personas contándonos cosas sobre las que nos hemos pedido que nos informe”, ha rematado.