De pisarle los talones al PSOE, a desplomarse: la crisis en el PP hunde a Casado

Menos de un mes. Incluso menos de una semana. Un solo día basta en el círculo vicioso de la política española para que role la dirección del viento y aquel que se las prometía muy felices asista ojiplático a cómo sus rivales pasan de tirarse de los pelos a frotarse las manos con sus desdichas. El PP ha probado esta medicina tras una semana de implosión: al revés electoral en Castilla y León le siguió, sin solución de continuidad, la guerra civil entre el líder del partido, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Y en un abrir y cerrar de ojos, el PP ha pasado de pisarle los talones al PSOE a quedarse por debajo de su registro actual.

2022 comenzó con empate técnico entre Pedro Sánchez y Casado, que buscaba impulsarse con el trampolín de Castilla y León. Pero la victoria pírrica le dejó en una situación de debilidad que ha permitido a las izquierdas recortar terreno a las derechas. Pese a que los comicios castellanoleoneses tampoco le fueron muy bien, el presidente del Gobierno ganaría hoy las elecciones generales con una holgura de 5,4 puntos respecto al PP, aunque con un resultado peor que el que recabó en 2019.

Según el barómetro del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA y los medios del grupo Prensa Ibérica, Sánchez obtendría el 26% de los votos y 110-113 escaños (ahora tiene 120). Casado se quedaría con el 20,6% de los sufragios y 85-88 diputados (hoy tiene 89). Cabe reseñar que el trabajo de campo de la encuesta, a partir de un millar de entrevistas, se efectuó del 14 al 16 de febrero, es decir, los tres días siguientes a las elecciones en Castilla y León, pero justo antes del cisma entre Casado y Ayuso.

No obstante, el vuelco ha sido total. En el anterior sondeo del GESOP, publicado en julio del año pasado tras los cambios en el Gobierno, el PSOE tenía una ligera ventaja de 1,3 puntos y dos escaños, pero es que el PP se situaba entonces 5,4 puntos y 30 diputados por encima de su estimación actual.

El PSOE, en estos siete meses, ha retrocedido 1,3 puntos y siete escaños. Socialistas y populares registran una fidelidad de voto similar, alrededor del 56%, y ambos partidos tienen a tres de cada 10 electores indecisos. Esa es su principal fuga de votos, pues, en el caso del PP, los ultras de Vox solo le arrebatan, por el momento, al 14,3% de quienes le votaron en 2019. El porcentaje global de indecisos del sondeo es del 23,4%.

El desgaste de PSOE y PP es petróleo, claro, para sus competidores a izquierda y derecha. Y propulsado por las urnas en Castilla y León, Vox infligiría un nuevo bocado electoral que le auparía hasta el 18,2% de los votos y 66-69 parlamentarios (hoy tiene 52). Tres de cada cuatro votantes de Santiago Abascal en 2019 elegirían hoy la misma papeleta, consignando así la fidelidad de voto más alta.

También es el electorado más movilizado, pues el 90% de sus votantes garantizan que acudirían a votar si ahora hubiera elecciones, cuando la media de participación segura de la encuesta es del 69,3%. El 'sorpasso' de Vox al PP es ahora una amenaza mayor que hace medio año, dado que la distancia entre ambas formaciones es de 2,4 puntos y 20 diputados.