DEBATE INSTITUCIONAL

Zarzuela y Gobierno se preparan para el regreso de Juan Carlos I a España

El Ejecutivo ha descargado toda la responsabilidad en Felipe VI, que debe alcanzar un acuerdo con su padre para las condiciones de su regreso

Se apunta a una solución intermedia, que el Rey Emérito viva a caballo entre España y Portugal e incluso se habrían inspeccionado casas en Puerta del Hierro, según las fuentes consultadas

El Rey Felipe VI.

El Rey Felipe VI. / EFE

El archivo de la investigación de la Fiscalía suiza sobre el origen de los 65 millones de euros que Corinna Larsen recibió de Juan Carlos I, si correspondían sólo a una donación previa del rey Abdalá de Arabia Saudí o eran una realidad una comisión por la entrada de empresas españolas en el AVE a la Meca, que es algo que no se ha podido probar, devuelve al primer plano el debate sobre el regreso del Rey Emérito a España desde su retiro dorado en Abu Dabi. El Rey Emérito tiene desde ayer un impedimento menos para poder volver y Felipe VI un asunto imperioso por solucionar.

Se espera además que, tras la decisión del fiscal suizo Yves Bertossa, se precipite el cierre de las tres investigaciones que aún permanecen abiertas en la Fiscalía del Tribunal Supremo. Hasta hace unas semanas se daba por seguro que el carpetazo a estas tres diligencias se produciría a mediados de diciembre pero al final se optó por una nueva prórroga de seis meses, con el argumento sobrevenido de que se quería esperar al envío de una documentación requerida, precisamente, a Suiza.

Pero fuentes de toda solvencia vinculan también esta decisión a un intento de Casa Real de ganar tiempo para alcanzar un acuerdo con Juan Carlos I sobre las condiciones de su regreso. El Rey Emérito, como publicó El Confidencial, pretende volver a instalarse en la Zarzuela y esta exigencia mantiene abierta la discusión sobre las circunstancias de su vuelta. Felipe VI, explican las fuentes consultadas, tiene mucha "presión" en el seno de su propia familia, fundamentalmente de sus hermanas, para autorizar que su padre pueda vivir otra vez en España, una vez que queden archivadas todas las investigaciones contra él.

Y, a diferencia de lo que sucedió con su marcha, cuando el propio Gobierno urgió al Rey a adoptar medidas para distanciarse de su progenitor ante el cúmulo de escandalosas informaciones sobre su fortuna oculta en el exterior, ahora el Ejecutivo no pone pegas a su retorno. En Moncloa entienden que en cuanto se cierren las tres causas en la Fiscalía del Supremo no habrá argumentos para justificar su exilio forzoso. Pero descargan en Felipe VI todas las decisiones sobre las circunstancias en que se debe producir su regreso.

Las fuentes consultadas apuntan a una solución intermedia que pasaría porque Juan Carlos I viviera a caballo entre España y Portugal y con esta pretensión se ha llegado incluso a inspeccionar casas en Puerta de Hierro, para que el emérito fije su residencia una parte del año. En todo caso, no existe una decisión definitiva porque aún no se ha alcanzado un acuerdo entre Felipe VI y su padre. Pero este es el horizonte con el que se trabaja, con la urgencia que pueda imprimir ahora el cerrojazo definitivo a las actuaciones en la Fiscalía del Supremo en los próximos días o semanas.

EL GOBIERNO SE INHIBE

Desde comienzos de octubre, cuando se empezó a apuntar que los fiscales no continuarían con la investigación, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya evitó valorar un posible retorno del Rey Emérito con el pretexto de que no le correspondía a él un pronunciamiento. Situaba este asunto estrictamente en un plano personal o familiar. Una valoración muy lejos de sus calificativos de "inquietantes" y "perturbadoras" respecto a las informaciones sobre la creación de sociedades opacas y de impagos de impuestos por parte de Juan Carlos I, que enunció antes de que éste se viera forzado a dejar España por orden de su hijo. Las sucesivas manifestaciones del Ejecutivo han discurrido en la misma línea. Poco después de Sánchez la portavoz, Isabel Rodríguez, aseguró que "el Gobierno es muy respetuoso con las decisiones individuales y personales".

Pero la realidad es que en el instante en que se cierren todas las causas contra el Rey Emérito desaparecen los motivos que provocaron su salida de España en agosto de 2020: el impacto de las informaciones sobre él en la opinión pública y el desgaste que ocasionaba a Felipe VI. Él mismo las expresó en el comunicado en el que anunció que abandonaba el país. "Con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen", decía.

"Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España". Este último párrafo y la alusión a que era algo momentáneo encerraba también su propia voluntad de retornar.

Sólo hay un aspecto que podría empañar este deseo y es que Zarzuela supiera que hay más irregularidades de su mandato susceptibles de salir a la luz. Si no existe esta amenaza fuentes conocedoras aseguran a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que el proceso para su regreso se pondrá en marcha, en cuanto se llegue al pacto sobre las condiciones de esa vuelta. Esto impulsará además la tarea pendiente de renovación de la Corona, en la que el Gobierno y Felipe VI parecen ir de la mano, pero que parte fundamentalmente del Monarca.