Opinión | ELECCIONES 12M

¡Márchese ya, señor Puigdemont!

La idea es motivadora para los dos bandos. Tanto para los que desean dejar de ver al expresidente de Waterloo, como de todos aquellos que persiguen conservarlo en su presente político

Expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont acto del Consejo de la República.

Expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont acto del Consejo de la República. / David Borrat

El título de este artículo pretende meterse en la cabeza de millones de catalanes al oír a Carles Puigdemont decirle a Jordi Basté que si no sale elegido president en las próximas elecciones abandonará la política. No es una tontería. La idea es motivadora para los dos bandos. Tanto para los que desean dejar de ver al exresidente de Waterloo, como de todos aquellos que persiguen conservarlo en su presente político.

Pero lo cierto es que aquellos que consideran a Puigdemont como un lastre para el país, ya están deseando que se jubile y se dedique a otros menesteres que no sean los públicos. Nada que ver con lo que él transmite. Seguridad, criterio, credibilidad… Su tono de voz se mantiene como siempre. Su búsqueda de argumentación para explicar algo imposible o engañoso es merecedora de premio. En definitiva, se lo cree.

Dudo que vuelva mentalmente al día de todos los días. Aquel que decidió no convocar elecciones tras una larga conversación con el lendakari Iñigo Urkullu. Recuerden la plaza Sant Jaume repleta de una tipología de manifestantes a los que les había dado tiempo de llevar carteles con la palabra “traidor”. Debió tener mucho que ver.

El Puigdemont de hoy no se refugia en ese día, ni en el de su marcha, cuando aprovechó la oscuridad de los cristales del coche, y no el maletero, para fugarse a Waterloo. Sin embargo, sí se sitúa en la mañana del 30 de enero cuando el President del Parlament, Roger Torrent, decidió aplazar de manera indefinida la sesión parlamentaria con el argumento que solo se podía proponer como candidato a Carles Puigdemont.

Las declaraciones entonces de Roger Torrent hacían referencia a la honorabilidad del cargo, y a que nadie de Madrid, el ministro que fuese, decía, pudiera designar a un president de la Generalitat. Los comentarios de Puigdemont no van por esa línea y albergan cierto resquemor hacía ERC. Puigdemont asegura en la entrevista que tenía prevista su vuelta aquel día, aunque fuera directo a la cárcel. Son muchos los que vivieron aquellas jornadas muy de cerca y mantienen que si huyó de España fue para no ingresar en prisión. No hay más. Ni en octubre, ni en enero.

La entrevista debía ser de precampaña. Pero, aparte de las referencias introducidas por el director del programa a su historia reciente, cualquiera de las preguntas sobre propuestas electorales de su partido para los próximos cuatro años acabaron en las habituales referencias a ser víctimas de Madrid. Ya no utilizan expolio, pero va de lo mismo.

La pregunta es si la Catalunya de 2024 está por la épica que Puigdemont estimula en su discurso. Esa es la cuestión vital porque el país ha cambiado y mucho. Y es cierto que unas elecciones son siempre momentos en que la sociedad está dispuesta a asumir todo tipo de sorpresas. Catalunya es especialista. Tanto como que la propuesta de Puigdemont de dejar la política si no es president sea una oportunidad para sus oponentes. Habrá que contar a aquellos que hayan decidido votar solo por esa oportunidad. Al final, toda elección tiene su porcentaje. Y ese, no lo duden, se convertirá en un aliciente para esta campaña.