Opinión | EL TRIÁNGULO
Baile de máscaras
En esta legislatura parece que el lugar más cómodo va a estar en la oposición, ya sea de derechas, nacionalista, de izquierdas o ultraderecha
Solo era cuestión de tiempo que Podemos dejara el grupo de Sumar y se pasara al mixto; era algo así como una decisión anunciada desde el mismo momento en el que Podemos, presionado por las inminentes elecciones generales y el ambiente triunfalista del Partido Popular, tuvo que asumir y decir que sí a ese conglomerado de siglas en el que el partido de Ione Belarra nunca se sintió cómodo porque, por un lado, las cosas no se las pusieron fáciles y Unidas Podemos tampoco hizo por facilitar un camino que se convirtió con el paso de las semanas en un camino de espinas que no de rosas.
No creo que a nivel de la gobernabilidad de España las cosas cambien mucho si Unidas Podemos está en la bancada de Sumar o se posiciona desde las filas del grupo mixto, porque sus intereses coinciden en un porcentaje muy alto con los de Sumar y el resto de fuerzas políticas que sostienen al Gobierno de Pedro Sánchez; sin embargo, sí que creo que al haber dado ese paso Unidas Podemos lo que persigue es visibilidad, que la tendrá, y de esa forma no diluirse dentro de un proyecto muy loable pero con demasiadas cabezas, demasiados estómagos y muchas personalidades.
En el panorama político español hay en este momento demasiados frentes abiertos: renovación del poder judicial, una ley de amnistía sobre la mesa que desgasta día a día al gobierno al no haber encontrado una forma de relatarla que resulte mínimamente convincente, lo que ha llevado al PP a descararse sin aportar soluciones y abanderando la calle como en otros tiempos hicieron los partidos de izquierdas y sobre todo existe una sensación de desamparo ante la bronca continua y la falta de respeto permanente.
El espectáculo no ha hecho más que comenzar y cada cual intenta ocupar un espacio que convenza, pero la realidad es que en esta legislatura parece que el lugar más cómodo va a estar en la oposición, ya sea de derechas, nacionalista, de izquierdas o ultraderecha, mientras que el Gobierno va a sudar tinta porque las cosas no vienen de cara y el ruido incesante sobre el patriotismo, la unidad de España, el quebranto catalán, la posible recesión económica y todo lo demás que está por venir harán de esta una legislatura que, de conseguir avanzar, habrá puesto sobre la mesa una forma audaz y guerrera de hacer política.
El tiempo nos lo dirá, mientras tanto unos se pasan al grupo mixto y otros ahuyentan sus miedos levantando columnas de humo que son solo eso: humo que se desvanece entre discursos triturados y excesivamente arcaicos.
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