Opinión | POLÍTICA

"Sánchez nos echa del Gobierno"

Unidas Podemos y PSOE han intentado manosear las razones del otro, sin entender que ambos actores eran necesarios

Irene Montero, durante el segundo día de la sesión de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.

Irene Montero, durante el segundo día de la sesión de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. / JOSÉ LUIS ROCA

Fue exactamente con estas palabras: «Sánchez nos echa del Gobierno», con las que la líder de Podemos y exministra de Igualdad, Irene Montero, se despedía de su cargo antes de pasar la cartera a la nueva titular de este ministerio, Ana Redondo, profesora de Derecho Constitucional y concejala de Cultura y Turismo en el Ayuntamiento de Valladolid.

Sin duda la cartera de Igualdad es la que más expectativas ha creado, porque todo el mundo sabía que Sánchez no iba a permitir que Irene Montero siguiera en el cargo después del pulso que mantuvieron tras la aprobación y consecuencias penales de la ley del solo sí es sí y Podemos sabía que o era ella o no era nadie, así que las palabras de Irene Montero no son del todo ciertas y lo que reflejan es que ni unos ni otras han entendido bien qué está sucediendo y qué puede suceder en el futuro inmediato: Unidas Podemos sigue sin darse cuenta de que ya no son los niños del 15M y que en la política tus actos y tus disputas te preceden y son los que finalmente marcan tu destino y los del PSOE y Sumar tampoco han entendido que fraccionar a la izquierda es ir bajando peldaños para que otros, la derecha y la ultraderecha, los vayan subiendo, como acabamos de ver en Argentina.

Es cierto que Irene Montero erró y también lo es que acertó, porque su presencia molestaba y mucho a aquellos hombres que siguen entendiendo la sociedad como una fórmula para preservar sus derechos y acciones y por eso determinados comportamientos y discursos de las mujeres les molestan, ya que en el fondo y en el principio lo que les molesta es que ellas estén allí ocupando cargos que antes ocupaban ellos, interpelándoles y denunciando sus eternos privilegios. 

Pero todo eso poco importa cuando se pierden los papeles y en lugar de esperar a que la levadura fermente por sí sola tras mezclarla con la harina, se procede a manosearla una y otra vez intentando demostrar -a la levadura y a la harina- que por sí solas no podrán y entonces los ingredientes se pervierten y ya no hay ningún resultado digno. Eso es un poco lo que les ha pasado a Podemos y al PSOE, que ambos han intentado manosear las razones del otro, sin entender que ambos actores eran necesarios, por encima de los nombres concretos, para que la sociedad prospere en progreso y cierta concordia.

Ahora simplemente queda una herida en Unidas Podemos que tardará en cerrarse o quizá nunca se cierre y sería bueno que entendieran que Sánchez no las ha echado del Ejecutivo, lo han hecho ellas solas y con sus tajantes y poco solidarios argumentos.