Opinión | VENGA, CIRCULE

Bisan, Motaz y Plestia

Cualquiera pensaría que treinta días son suficientes para defenderse tanto legítima como ilegítimamente -bombardear ambulancias y hospitales es un crimen de guerra y usar fósforo blanco contra la población civil también

Palestinos huyen de un ataque israelí en Gaza.

Palestinos huyen de un ataque israelí en Gaza.

Más de un mes lleva ya Israel-también conocido como La Única Democracia En Oriente Medio- ejerciendo su legítimo derecho a la defensa tanto en los territorios palestinos ocupados como en las fronteras con sus países vecinos. Siguen sin dar con Hamás, es una lástima. Son tan listos, los de Hamás. Se esconden en todas partes. En los hospitales, en los colegios, en las iglesias, en las mezquitas, en las carreteras abiertas, en el mismísimo mar, en los edificios residenciales y en las redacciones de prensa. También bajo el reguero de cadáveres que se apilan en el extremo de una carretera horas antes llena de personas que huían del sur de Gaza al norte por indicación del propio ejército israelí. El quiosco en el que compraron este periódico podría ser Hamás y la cajera del supermercado que les atendió hace unos días también.

Si se descuidan un poco incluso ustedes mismos podrían verse acusados de ser Hamás, qué miedo. Tengan cuidado. Basta con no estar de acuerdo con ver seres humanos convertidos en carne picada bajo los escombros de un edificio para que se les acuse de antisemitas y terroristas. Midan sus palabras. El mal nunca descansa y la necedad tampoco. Esperemos que ni al Líbano ni a Egipto ni a Siria ni a Jordania les dé por defenderse legítimamente de vuelta porque podría ponerse la cosa como para que Estados Unidos decida, una vez más, inventarse la existencia de algún arma de destrucción masiva en uno de estos países. Lo hicieron con Iraq hace veinte años y les salió fenomenal, ¿se acuerdan?

Cualquiera pensaría que treinta días son suficientes para defenderse tanto legítima como ilegítimamente -bombardear ambulancias y hospitales es un crimen de guerra y usar fósforo blanco contra la población civil también-, pero allá sigue esta gente, bombardea que te bombardea mañana, tarde y noche no vaya a quedar un solo palestino en pie en su tierra. Antes, en los primeros días del genocidio -llamarlo guerra a estas alturas es mofarse del término, las guerras son entre ejércitos- Israel cortaba las redes de comunicaciones para que nadie en Gaza pudiese compartir con el exterior lo que les estaban haciendo. Ahora, que ya les da igual porque ningún país va a intervenir, cada día amanece con un scroll infinito de vídeos durante y después de los bombardeos.

Es terrorífico y desesperante ser testigos desde la comodidad de nuestras rutinas de cómo se borra a un pueblo de la faz de la tierra sin poder hacer nada más que deslizar el dedo sobre la pantalla para seguir viendo las historias, historias de madres o padres que abrazan los cuerpos sin vida de sus hijos, de niños llorando porque no saben dónde están sus padres ni si siguen vivos, de gente rebuscando entre los escombros a ver si dan con algún superviviente, de personas haciendo cola para conseguir algo de agua. ¿Qué hacer, más allá de compartir una y otra vez esos posts hasta insensibilizarnos y terminar olvidando el asunto con el paso del tiempo? Si nos compramos una kufiya y nos la ponemos al cuello somos Hamás, y si nos manifestamos pidiendo el cese de la violencia también somos Hamás, a saber. Hasta Bella Hadid es Hamás. Si pudiera reírme me reiría.

Cada mañana me meto en los perfiles de cuentas como wizard_bisan1, motaz_azaiza o byplestia para saber si han actualizado o no, porque si sí lo han hecho significa que siguen vivos, pero si no, si llevan horas sin compartir algo quizá los hayan matado, y ya una no sabe muy bien si alegrarse de ver el círculo de sus avatares teñirse de verde -señal de que acaban de actualizar- o no, porque cada imagen compartida es una de miseria, sangre y muerte. «Sigo viva», «Aquí estoy, amigos» y «Lo único que tengo para comer hoy son tres dátiles» son sus últimas palabras de hoy, siempre con una dignidad y una resolución que hacen que una servidora se sienta más minúscula y estúpida en este mundo de lo que se ha sentido nunca. Me pregunto cuántas personas más tienen que ser asesinadas a sangre fría, veinte mil, treinta mil, para que encuentren a Hamás por fin. En Gaza había unos dos millones de personas antes de que comenzara esta limpieza étnica camuflada. ¿Será suficiente cuando no quede nada ni nadie en pie?.