Opinión | AMNISTÍA

El hilo de Junts

Un debate alejado de los verdaderos intereses de los ciudadanos

La diputada y portavoz de Junts, Miriam Nogueras, interviene durante la primera sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez como presidente de Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 15 de noviembre de 2023, en Madrid (España). El Salón de Plen

La diputada y portavoz de Junts, Miriam Nogueras, interviene durante la primera sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez como presidente de Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 15 de noviembre de 2023, en Madrid (España). El Salón de Plen / Diego Radamés - Europa Press

La jornada inicial del debate de investidura ha concluido apenas sin novedad. Los portavoces de los partidos mayoritarios no se han apartado del argumentario conocido. En sus intervenciones se repitieron los habituales denuestos del adversario, que muchas veces derivaron en ataques personales. Pedro Sánchez ocupó la primera mitad de su discurso inicial, de casi dos horas, en una retahíla de reproches y críticas al PP. Feijóo, en su réplica, lanzó una ofensiva contra el candidato que provocó alborozo en los escaños de su grupo, pero de dudosa eficacia. El líder popular aún no ha afinado el discurso y esto reduce su impacto. La sesión transcurría de forma previsible, no siempre según la pauta establecida en el reglamento del Congreso, con una oratoria cansina y algún conato de algarabía, cuando Santiago Abascal subió a la tribuna y descargó sobre el aspirante todas las acusaciones imaginables de los peores delitos políticos que un presidente del Gobierno puede cometer.

Cabe, sin embargo, reseñar dos hechos que ensombrecen un poco más las perspectivas de la legislatura. Antes de abandonar el hemiciclo junto a su grupo para unirse a una manifestación, el primer dirigente de Vox declaró ilegal e ilegítimo al gobierno que se forme, pidió la ilegalización de los dos partidos independentistas catalanes y emplazó a Feijóo a rechazar el trámite de la proposición de ley de la amnistía en el Senado, insinuando la posibilidad de que en caso contrario la estabilidad de las coaliciones locales formadas con el PP pudiera verse afectada. Nunca como ayer el partido de la derecha radical se había paseado en la sede del parlamento tan cerca de los límites del sistema constitucional. Debe anotarse también la ruptura interna de Sumar, que se hizo visible en la actitud de las ministras de Podemos, y que añade un grado notable de incertidumbre a la acción del futuro gobierno.

Los partidos mayoritarios, en resumen, actuaron del modo acostumbrado. El candidato y sus opositores se enzarzaron en un cruce de diatribas y divagaciones que no ha aportado nada que tenga verdadero interés a los ciudadanos y los propios partidos, salvo la constancia de que se aleja definitivamente la posibilidad de un diálogo del PSOE con el PP. Este enfrentamiento, la mayor fatalidad de la política española, de pronóstico grave, supone una oportunidad para las minorías radicales deseosas de aumentar su influencia, que tanto VOX como en particular los partidos nacionalistas, ahora en posición ventajosa con el PSOE, dispuestos a aprovechar al máximo.

El debate dio un giro en el turno de ERC y Junts. Rufián y Nogueras introdujeron en el debate los acuerdos firmados con el PSOE, que Pedro Sánchez, incomprensiblemente, no había siquiera mencionado en sus intervenciones previas. El portavoz de la izquierda republicana catalana, entre histriónico y trascendente, igual que siempre, escenificó su complicidad con Pedro Sánchez. Sin embargo, la portavoz del partido de Puigdemont, se mostró muy distante y desconfiada. Proclamó la vigencia del 1 de octubre y proclamó su compromiso de intentar una resolución definitiva del problema catalán, calificado por ella de conflicto histórico, que pasa por la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. La diputada dejó entrever que esta es la única razón que sustenta la disposición de su partido a negociar y pactar el voto favorable a la investidura. De lo dicho ayer por Pedro Sánchez, se desprende que el PSOE no puso ninguna condición a los nacionalistas catalanes para el acuerdo. ERC parece que tampoco, pero Junts, sí. De una manera algo enigmática, Nogueras quiso dejar bien claro que para su partido el acuerdo se mantendrá si hay un trato de nación a nación y avances hacia la autodeterminación y en los recursos disponibles para el autogobierno verificados por un observador neutral. Esta es la conclusión: el próximo gobierno pende en primer lugar de un hilo que sujeta Junts.