Opinión | EL TRIÁNGULO

Moverse en lo hipotético

El debate de investidura celebrado ayer se movió en las hipótesis de lo que podría pasar, pero no pasa y de lo que pasará cuando Sánchez dé carta blanca a los independentistas, carta cuya letra desconocemos

feijoo puigdemont

feijoo puigdemont

Decir que yo no soy igual que tú y al mismo tiempo afirmar que soy mejor es moverse en lo hipotético, porque siempre habrá quien defienda esa hipótesis y su contraria. El debate de investidura celebrado ayer se movió en las hipótesis de lo que podría pasar, pero no pasa y de lo que pasará cuando Sánchez dé carta blanca a los independentistas, carta cuya letra desconocemos, pero que se hace necesaria escribir si queremos ir dando respuestas a problemas territoriales enquistados política, legal y socialmente. A Feijóo se le vio poco o nada revanchista, lo cual es un dato importante si ese fuera a ser el tono de la próxima legislatura, y también se le escuchó propositivo en un nivel más bien de bajo calado y con propuestas generalistas, algunas de las cuales ya están en funcionamiento y otras a las que el PP en su día votó en contra. Pero en eso consta la política, en ajustar los discursos y las propuestas a la lógica de los tiempos que son imparables y acaban desmontando casi todas las hipótesis para convertirlas en cruda realidad.

Feijóo y compañeros de su partido han ido diciendo estos días que el presidente del PP renunciaba a gobernar España para impedir su ruptura. Una vez más todos ellos se movían en su hipótesis cuando la realidad, sin embargo, ha constatado que, excepto Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro, ningún otro partido ha querido apoyar la investidura de Feijóo por la necesaria colaboración de Vox. Pero esa no es la realidad que acepta el PP, porque es más fácil hacer creer que su decisión nace de la hipótesis de que si Junts da el sí a un candidato, España se rompe porque ya está resquebrajada por todas "las mentiras y maniobras" urdidas por el hasta ahora presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El PSOE, por su parte, sí fue programático y habló de lo conseguido y de lo que el nuevo gobierno progresista conseguirá si los números lo hacen posible. Todo pura hipótesis. Pero, como si parece, el presidente del PP no resulta investido, la música y la letra del discurso se irá modificando en su necesaria relación con los tiempos. En este momento todo está abierto y cualquier hipótesis es razonable, y por eso ahora es necesario huir de los consuelos complacientes que son aquellos que consisten en que nos digan lo que queremos escuchar y que resultan baratos y nos hacen cobardes y profundamente ególatras.