Opinión | UN MILLÓN

Al rey no le cae la casa encima

Mohamed VI está algo enfermo y el centro de salud privado que frecuenta le queda lejos, en París, donde tantos marroquíes como él tienen acceso a la sanidad pública

Un joven camina entre los escombros tras el terremoto que ha asolado Marruecos.

Un joven camina entre los escombros tras el terremoto que ha asolado Marruecos. / MOHAMED MESSARA

El turbador terremoto de Marruecos, con miles de muertos, se debe al movimiento de la placa tectónica africana hacia el norte. Va a razón de 2,15 centímetros al año. África se unirá al pico sur de la península ibérica en 650.000 años. No sienta geoansiedad: no lo veremos ni como especie. Ese movimiento lento y terco dice que África se acerca a Europa como hacen los africanos, que parecen vivir una mudanza inacabable. Marruecos tiene 37 millones de marroquíes y Europa 31 millones más.

En Francia residen 1,7 millones de marroquíes; entre ellos, Mohamed VI, el quinto rey más rico del mundo monárquico. El rey pasó fuera de Marruecos 200 días el año pasado, al menos uno de ellos en París porque hay imágenes suyas, de noche y tambaleándose, que se hicieron virales. Pasa tanto tiempo fuera de casa que Pedro Sánchez fue a visitarlo a Rabat y no lo encontró. Como largo residente en Francia es un marroquí más. Esté donde esté, siempre está cerca de los suyos, casi tantos en África como en Europa. Se le critica porque el terremoto le cogió fuera y tardó 18 horas en hablar, cuando tantos gobernantes del mundo ya se habían condolido. ¡Tendría cosas que hacer!

Mohamed VI pasa tanto fuera que no corre peligro de que se le caiga la casa encima. En eso se diferencia de sus compatriotas. Es posible que mientras el Atlas se reacomodaba estuviera en el palacete de 1.600 metros cuadrados que compró por 80 millones de euros junto a la torre Eiffel. (Por cierto, visto el precio de un piso en España –que carece de París– no parece caro.)

No crea que está en París por el lujo, porque en Marruecos tiene 12 palacios, aunque se le puedan hacer incómodos porque en ellos tiene mil sirvientes. Hay que mantener una monarquía así porque mil familias dependen de ella.

Los países poco desarrollados, además de muy desiguales, tienen servicios incómodos. Mohamed VI está algo enfermo y el centro de salud privado que frecuenta le queda lejos, en París, donde tantos marroquíes como él tienen acceso a la sanidad pública.