Opinión | UN MILLÓN

'Persépolis', 'per se'

La obra señera de Satrapi encaja como un guante en la novela gráfica y se sostiene por sí misma

La ilustradora y cineasta Marjane Satrapi

La ilustradora y cineasta Marjane Satrapi / EPE

Marjanne Satrapi es muy adecuada para un premio como el "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades, el contenedor para lo que no es arte ni son letras, aunque esté hecho de arte y letras como Persépolis, el mayor mérito para galardonar a la francoiraní. Con Satrapi, la fundación distingue por segunda vez los cómics. La primera fue hace 10 años con el humorista gráfico Quino, premiado por Mafalda, personaje que le mete en la categoría de historietista con varios miles de tiras. Ahora la Fundación premia la novela gráfica, esa etiqueta que permite leer historietas a los que les dan vergüenza los tebeos. (Uso novela gráfica, cómics, historietas y tebeos como sinónimos, sin clasismo cultureta).

Satrapi inició el siglo XXI con Persépolis, que tiene cinco dedos para encajar en la novela gráfica como un guante:

1) Un dibujo personal, alternativo a los estilos mainstream y arraigado en la iconografía persa.

2) El peso literario en el relato.

3) El género autobiográfico, costumbrista y testimonial.

4) La temática y el entorno histórico infrecuentes.

5) La voz femenina.

Fuera de la ayuda de las etiquetas Persépolis se sostiene por sí misma con la historia de una niña iraní y el atropello de la revolución islámica a su familia acomodada, progresista y laica. Marjane es bisnieta de un Sha, nieta de un ministro de Reza Pahleví, sobrina de un aristócrata comunista, hija de progresistas y niña en la transición a la teocracia, desconcertada por los contrastes, que pasa de aspirante a profeta a estudiante de Bellas Artes, que la llevan a Viena, que vuelve a Teherán y que escapa a París, que se enamora, se desengaña, se droga, se desengancha y otros "se" propios de ser.

Un dibujo de Satrapi, del trabajo "Persépolis".

Un dibujo de Satrapi, del trabajo 'Persépolis' / Archivo

Los cuatro años que le llevó la obra tuvieron la recompensa del éxito internacional y un pronto reconocimiento en premios (Prix du Lion, Bélgica, en 2000, autor revelación en Angoulême en 2001 y mejor guion, en 2002; primer premio de la paz Fernando Buesa Blanco, Vitoria 2003 y el estadounidense premio Harvey a la mejor obra extranjera, en 2004). Cuando Persépolis se hizo película de animación fue premio del jurado en Cannes en 2007.

La obra de Satrapi no se acaba en Persépolis, pero no vuelve a ser comparable en sorpresa, ambición ni resultado. La artista multidisciplinar está bien instalada en producciones de género, sea como niña que escucha mujeres en Bordados, como biógrafa de otro pariente en "Pollo con ciruelas" o de Madame Curie en cine o como coordinadora de Mujer Vida Libertad, un volumen de activismo gráfico sobre el inicio de la revolución del velo en Irán, como "una voz esencial para la defensa de los derechos humanos y la libertad", según el jurado.