Opinión | GATO ADOPTIVO

Olona y el 7%

La ex dirigente de Vox y líder de Caminando Juntos, Macarena Olona

La ex dirigente de Vox y líder de Caminando Juntos, Macarena Olona / Alberto Ortega - Europa Press

Teníamos a los estrategas electorales de todos los partidos devanándose los sesos buscando la forma más eficaz de llegar a los ciudadanos en unos comicios que se celebrarán en plena canícula cuando irrumpió Macarena Olona invitando a chupitos en un prostíbulo de Granada y acaparó la atención de los medios en el arranque de la campaña. Emulando a Jesús Gil o a Ruiz-Mateos, los primeros populistas, la otrora candidata de Vox no consiguió eclipsar la estrategia del resto de formaciones ni reducir la democracia a una cita en la Sala Geisha de Atarfe. Pero Olona es Vox aunque ya no esté en Vox.

En las próximas semanas deberemos responder a dos preguntas que serán decisivas para que el resultado del 23J se incline de un lado o de otro. ¿Conseguirá el Gobierno y el PSOE neutralizar el mensaje ‘antisanchista’ que el PP ha conseguido instalar en la conversación política? ¿Podrá el PP silenciar el ruido que sus pactos con la ultraderecha de Vox están generando en las últimas semanas? Las encuestas, con la única excepción del CIS de Tezanos, indican que Sánchez lo tiene muy difícil para revertir la situación y que la única duda es si la amplitud de la victoria de Feijóo le permitirá o no gobernar sin la ultraderecha.

Aunque el tour mediático que ha puesto en marcha el presidente parece que le está haciendo subir ligeramente en los sondeos, podría no ser suficiente por la fortaleza de Feijóo y, también, por la debilidad de la coalición Sumar de Yolanda Díaz. Al igual que en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, los comicios de julio tendrán un componente emocional muy importante, y ahí parece que el líder del PSOE lleva las de perder. El ‘antisanchismo’ existe, como ha admitido Moncloa después de meses y meses de negar la realidad, y no se puede combatir exclusivamente con anuncios y promesas.

Ferraz prácticamente no ha tocado el equipo de campaña que vio cómo un tsunami azul se llevaba por delante el 28 de mayo gran parte del poder territorial del PSOE, pero aún así la corrección estratégica es total y los socialistas han optado por una campaña mediática alejada de los actos de la calle y del contacto con los ciudadanos. Este fin de semana, primero de campaña, Sánchez no tendrá ningún acto público. Le da la mayor importancia al ‘cara a cara’ del lunes con Feijóo y dedicará todo el tiempo a prepararlo.

Por contra, el líder del PP tiene previsto estar el sábado en Zamora y el domingo en Pontevedra, en cuya plaza de toros será arropado por el expresidente Rajoy. El debate con Sánchez del lunes no deja de ser un inconveniente para Feijóo, un mal rato que hay que pasar cuanto antes. Como sucede siempre con los partidos que van por delante en las encuestas, la estrategia del PP es no cometer errores, por eso el cara a cara es un incordio, aunque harán bien los populares de no confiarse y de no encomendarse a la inercia que parece llevarles, de forma ineludible, a la Moncloa.

Es cierto que el ruido generado por los pactos con Vox en comunidades y ayuntamientos, y sus primeras consecuencias, no parecen afectar a las perspectivas electorales del PP, al menos si tenemos en cuenta lo que dice la mayoría de los sondeos, pero no es menos verdad que Génova no está consiguiendo marcar el ritmo de la campaña, como hizo en la del 28 de mayo aprovechando la inclusión de etarras condenados en las listas de Bildu. De hecho, no ha consolidado en la conversación pública un debate que a buen seguro se retomará tras el 23 de julio: la abstención del PSOE para que el PP pueda gobernar sin Vox en el Ejecutivo. Eso sí, el Madrid conservador ya ha puesto en marcha la maquinaria utilizando un artículo del ex presidente Felipe González que en ningún caso se refería al 23J.

Controlar el ritmo de la campaña es básico para tener opciones. Es verdad que la gran mayoría de los electores, el 62%, dice tener decidido su voto antes incluso del arranque de la misma, pero cada vez más hay un porcentaje cercano al 25% que lo decide en los últimos días. Incluso un 7% afirma hacerlo prácticamente delante de la urna, unos votos que pueden ser decisivos. Por eso Olona invitó a chupitos en un prostíbulo.