Opinión | EL OBSERVATORIO

Cuando los focos se apagan

Cuando la lucha por la igualdad como en el caso de las mujeres sigue siendo necesaria, es importante aprovechar los focos

Soldados de EE.UU. comienzan las labores de rescate en Turquía

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Isabel Coixet llegaba a la gala de los Premios Goya 2023, celebrada el sábado en Sevilla, con una chaqueta de segunda mano en cuya espalda rezaba "libertad, vida y mujeres" junto al rostro de la joven iraní detenida y asesinada por no llevar puesto "correctamente" el pañuelo que debía cubrir su pelo según los cánones del régimen.

Las mujeres han ocupado una buena parte del protagonismo de la última fiesta del cine español, que prácticamente estrenaba la noche con el discurso feminista de Susi Sánchez, ganadora del cabezón a la mejor protagonista de reparto por Cinco lobitos. A sus 67 años, la actriz recogía su segundo Goya con un alegato alto y claro en favor de la inclusión de las mujeres en todos los estamentos de la cultura, un mensaje que dirigió especialmente a sus compañeros varones: "Somos la otra mitad, compañeros, y queremos estar codo con codo con vosotros". 

No fue la única referencia a la igualdad de género, toda la gala estuvo impregnada de un mensaje de fondo en favor de la necesidad de mejorar la visibilidad, el reconocimiento, la retribución y el acceso de las mujeres "al poder", también en la cultura. Un trasfondo de sororidad y de brillo propio de las mujeres también en la dirección artística y que ocupó, además, una buena parte del discurso del presidente de la Academia.

Cuando la lucha por la igualdad como en el caso de las mujeres sigue siendo necesaria, es importante aprovechar los focos. Esos focos que también se aprovecharon para reivindicar la necesidad de preservar la sanidad pública o de rechazar las guerras. Unos focos que nos permiten visibilizar la desigualdad y poner luz a quienes han sido ensombrecidas durante años. Los habíamos encendido de nuevo hacía unos días, el 11 de febrero, para poner en valor y rescatar del anonimato de la historia a Hipatia, Maria Sibylla Merian, Wang Zhenyi, Edith Clarke o Margarita Salas, astrónomas, matemáticas y filósofas, todas ellas científicas que durante mucho tiempo fueron invisibles para la sociedad a pesar de su talento y conocimiento. 

Las mujeres, protagonistas de la noche de los Goya

Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EFE

La Asamblea General declaró el 11 de febrero Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, en reconocimiento precisamente del papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y la tecnología, y para alumbrar la realidad desigual que todavía hoy impera. Tener un día internacional declarado por Naciones Unidas sirve para amplificar esa realidad, para asegurarse el foco y convertirla en actualidad. Porque la preocupación de verdad empieza precisamente el día en que los temas dejan de ser noticia, como ocurrirá desgraciadamente con el devastador terremoto de Siria y Turquía, donde muchos días después se sigue intentando rescatar vidas, y tiene hoy el apoyo de toda la comunidad internacional.

El reto ahora, como en la lucha por la igualdad, es mantener esa solidaridad tras la emergencia, especialmente en dos sociedades complejas donde, a la vez que se rescatan vidas, hay que centrarse en la seguridad y en la rehabilitación de la vida y la acogida, así como también de la atención de quienes no tienen de nada. Y, tras ello, será necesario continuar para pasar a la difícil fase de reconstrucción de todo lo afectado

Sostener esa solidaridad en el tiempo será crucial, y, para hacerlo, nos apoyaremos en leyes y políticas públicas como la Ley para la Cooperación al Desarrollo Sostenible aprobada hace tan solo unos días en el Congreso, una de las pocas normas con alto grado de consenso, que contribuirá a la igualdad más allá de sus fronteras, aumentando los recursos hasta el 0,7, siendo una palanca eficaz y coherente para cumplir con la Agenda 2030 y protegiendo todavía más las condiciones de los compatriotas que dedican su vida a la solidaridad.

Todas las causas citadas en estas líneas son realidades conectadas que debemos esforzarnos cada día para amplificarlas y mantenerlas visibles, aprovechado las luces favorables para hacerlo, y esforzándonos especialmente en los días de sombra, cuando los focos se apagan.