Opinión | ANÁLISIS

2023, el fin de un ciclo

Sánchez y Díaz pactan las nuevas medidas anticrisis antes del Consejo de Ministros.

Sánchez y Díaz pactan las nuevas medidas anticrisis antes del Consejo de Ministros. / EFE

Este cuarto año de la legislatura cerrará en España un cuatrienio gobernado por la izquierda y caracterizado por un aparatoso cúmulo de contrariedades durante toda la etapa democrática. Cuando salíamos en 2019 con buenas expectativas de la resaca de la larga crisis económica y financiera de 2008 y estábamos en vías de recuperar nuestro debilitado estado de bienestar de su grave deterioro, sobrevino la gran pandemia, que requirió lo mejor de nosotros para plantar cara eficazmente al virus, con la ayuda esta vez destacada de la Unión Europea, en la que pudimos influir para impulsar eficaces soluciones expansivas, keynesianas, a la parálisis globalizada que nos llegaba de China. Y cuando la Covid comenzaba a mitigarse en el horizonte, dejando tras de sí una fundada aspiración de normalidad, ha estallado la guerra de Ucrania, que ha vuelto a introducir graves incertidumbres en los mercados y nos mantiene en vilo, pendientes de las veleidades de la gran dictadura rusa, un monstruo decadente de reacciones imprevisibles.

El gobierno progresista que ha recorrido este arduo trayecto ha sido de coalición, sin precedentes en la etapa democrática, y no se ha visto acompañado por la oposición conservadora, fracturada y radical, que no ha reconocido la legitimidad del poder emanado de las urnas ni ha brindado consensos, ni tampoco se ha prestado a renovar puntualmente las instituciones constitucionales. No ha sido fácil acoplar el viejo PSOE y la joven Unidas Podemos en un empeño común pero se ha conseguido, quizá porque la opción alternativa a la izquierda resultaba muy tenebrosa a los ojos de todos los actores. Y ahora llegamos al último tramo de la legislatura en unas circunstancias hasta cierto punto esperanzadoras. La buena técnica de los Departamentos económicos del gobierno ha conseguido controlar en España la inflación global provocada por la crisis de oferta derivada de la guerra, así como contener los precios de la electricidad mediante reformulaciones de tarifas que también ha utilizado la UE. La reforma laboral está aproximando nuestro desempleo a lo promedios comunitarios y el sistema económico responde con tasas de crecimiento de más del 5 %, las más altas de la UE, a pesar de las incertidumbres. Asimismo, activas políticas sociales están minimizando la tasa de población en riesgo de pobreza, se frenan los efectos de la inflación sobre las economías más débiles y se protege a los sectores de actividad que más sufren los desequilibrios. Finalmente, la legislatura llega a su última cuarta parte con sustantivos derechos y libertades reforzados, con una mejor protección de la indemnidad de la mujer y una defensa más eficaz de las identidades sexuales frente a depredadores e intolerantes. La eutanasia ya cumple su misión humanitaria y los pensionistas han recuperado el derecho a no perder calidad de vida con su longevidad.

2023 irrumpe ahora con unas inexorables expectativas electorales. El 28 de mayo se celebrarán las preceptivas elecciones municipales y autonómicas y a finales de año, casi a la conclusión del semestre de presidencia europea que nos corresponde, tendrán lugar las decisivas elecciones generales.

Con un contexto tan complejo como el que hoy nos embarca es muy aventurado hacer previsiones. De cualquier modo, todo indica que la coalición gobernante, cuyas diferencias internas no han sido capaces de debilitar su eficiencia a la hora de gobernar, ha acopiado suficientes méritos para convertirse en favorita en las próximas consultas. El panorama político que se divisa está formado por una derecha fracturada, que incluye a un sector ultra, neofranquista, aunque totalmente dispuesta a pactar para conseguir el poder —el caso de Castilla y León es el más expresivo y el más inquietante— y por una izquierda que debe efectuar una oferta que resulte atractiva a su propio electorado, y que para ello necesita la unidad de las fuerzas situadas a babor del PSOE. La aventura de 'Sumar', movimiento encabezado por Yolanda Díaz, es clave para que los progresistas puedan aspirar a mantener la mayoría parlamentaria en el Estado. La fórmula que se utilice para formalizar tal alianza no es relevante pero sí la buena fe en la unidad de acción y de liderazgo, sin la cual la credibilidad de este espacio quedaría arrasado, como ya ocurrió en las elecciones autonómicas andaluzas.

Sea como sea, 2023 será un año difícil para todos ya que los coletazos de la guerra de Ucrania sacudirán nuestra estabilidad y generarán nuevos problemas. Habrá, pues, que seguir gobernando mientras se alinean los efectivos en la lid final. Sería positivo para el interés general que las tensiones preelectorales no empeorasen la vida de la gente, y son las grandes fuerzas políticas las encargadas de lograr este objetivo.