Opinión | EL TRIÁNGULO

De disparate en disparate

Hay políticos cuya única faena parece ser la de sembrar el odio a base descalificaciones y de afirmaciones que a toda luz no solo son improbables

Puerta de un centro de salud madrileño

Puerta de un centro de salud madrileño / EUROPA PRESS

Uno y otro día se suceden las noticias sobre lo precario de nuestro sistema sanitario público, repitiéndose titulares sobre la situación extrema en los centros de salud, en las urgencias de nuestros hospitales, la falta de personal: médicos y enfermeras, las agresiones a las que los facultativos se ven expuestos, las interminables listas de espera y ese desagarro que solo conoce el profesional cuando sabe que no hay tiempo, porque se les ha exigido y apremiado tanto que ahora no tienen ni tiempo para estudiar los informes de sus pacientes, solo trabajar a la carrera y pensar en salvar esa vida, pero sin saber muy bien cómo ni con qué.

Hasta la aparición del covid creíamos, porque así nos lo hacían creer, que teníamos el mejor sistema sanitario de Europa, pero sin embargo la pandemia fue sacando a la luz todo lo que de bueno no tenía nuestro sistema público de salud al haber sido diezmado en favor de la sanidad privada, al haber sido triturado con jornadas inhumanas y situaciones de desventaja y casi de olvido en las zonas rurales donde los médicos escasean o ni siquiera existen. La realidad es esa y así lo denuncian desde hace meses nuestros sanitarios con parones, huelgas y dimisiones, y mientras la mayor parte de nuestros representantes políticos aceptan esa realidad intentando buscar soluciones que van a llegar tarde, otros no encuentran nada mejor que negar la evidencia y haciendo uso de un lenguaje patético por su parte folclórica y peligrosamente engañoso en su ración de populismo, salen ante los medios señalando que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quiere acabar con la democracia, así como con la oposición para quedarse de por vida en la Moncloa.

Y pienso que lo peor de todo es que habrá gente que escuchará esas declaraciones y pensará que esa persona tiene razón y que Sánchez es algo así como el más zorro de todos los bolcheviques habidos y por nacer y que seguro que su plan pasa por hacer de España una república o dictadura bananera, donde a la oposición se la mete en la cárcel y el único NODO que se escucha viste su voz y difunde su rostro.

Hay políticos cuya única faena parece ser la de sembrar el odio a base descalificaciones y de afirmaciones que a toda luz no solo son improbables, también falsas, sin pararse a pensar que el mundo de las fake news no tiene marcha atrás, porque juega utilizando el imaginario colectivo para provocar miedo, enfrentamiento y desorden.