ALIMENTACIÓN

Miel cremosa y sin pegotes: trucos para que no se endurezca en el tarro

La miel tiene grandes propiedades para el organismo, además de un sabor exquisito

Así es el poderoso alimento que ayuda a alejar la diabetes y a mantener a raya el colesterol

La miel líquida es perfecta para tus recetas y también para tomar directamente

La miel líquida es perfecta para tus recetas y también para tomar directamente / Steve P. B. (Pixabay)

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La miel es un producto elaborado de manera natural por abejas. Algunos procesados industriales incorporan ingredientes para que permanezca líquida; pero lo normal es que si es pura, se compacte con el paso del tiempo. De hecho, que solidifique es un indicador de su buena calidad.

No obstante, que la miel se haya cristalizado resulta molesto para su consumo porque toca rascar con la cuchara para conseguir sacarla y porque en este estado resulta más difícil de mezclar con otros alimentos. Por ello, hay varios trucos para prevenir que la miel se endurezca.

Los botes de plástico son malos aliados de la textura líquida de la miel, por ello, lo más conveniente es almacenarla en frascos de vidrio o cristal. Por otro lado, un golpe de calor también la ablandará si en un momento puntual queremos consumirla, por ejemplo, poniéndola al baño maría. Pero hay un truco más duradero que no muchas personas conocen para mantener la textura líquida durante más tiempo.

Se trata del método de la zanahoria. Para llevarlo a cabo, lava a conciencia una zanahoria, sécala y, sin quitarle la piel, introdúcela dentro de la miel. Esta hortaliza tiene un gran porcentaje de agua y su humedad permitirá que la miel mantenga su consistencia líquida. No obstante, no es un sistema milagroso y es posible que con el tiempo se solidifique, pero con esta práctica la miel aguantará más sin condensarse.

Recetas con miel

Hay muchas formas de utilizar la miel. Desde la más sencilla, tomarla directamente con una cuchara (aunque debe ser en pequeñas dosis), a la mezcla con otros alimentos. Combina a la perfección, por ejemplo, con el queso de cabra y con la cebolla caramelizada. Estos tres ingredientes juntos son perfectos para tostas, pizzas o para añadir a ensaladas, con la miel como aliño. También se pueden hacer salsas, como la de miel y mostaza, o incluirla en la salsa barbacoa.

Además, la miel resulta ideal en postres y meriendas. Conforma una textura perfecta para mantener unidas las barritas de cereales. También se puede añadir a yogures naturales con fruta, como fresas, manzana, plátano o pera. Asimismo, es idónea para cuidar la irritación de garganta y se puede añadir a infusiones de limón y jengibre o a un vaso de leche caliente.