Turismo

El pueblo medieval mejor conservado de España al que sólo se puede acceder por una puerta

La Villa de Pedraza cuenta con una peculiaridad destacable y es que cuenta con un único acceso, tanto de entrada como de salida

Vista de la Plaza Mayor de Pedraza, villa de Segovia.

Vista de la Plaza Mayor de Pedraza, villa de Segovia. / Shutterstock

A.F

España es un país con centenares de pueblos medievales conservados en perfectas condiciones. Muchos de ellos están flanqueados por grandes castillos y murallas que evitaban invasiones durante la Edad Media. Uno de los pueblos que tiene estas características es Pedraza, una villa de Segovia a la que se puede acceder solamente por una única puerta.

Esta localidad data del Siglo VII y tiene un conjunto monumental envidiable. La puerta de la Villa, único acceso, está formada por dos portones de madera que en la actualidad permanecen abiertos. Hace poco fue restaurada para recuperar su aspecto mudéjar original que con el paso del tiempo fue desapareciendo.

Sobre la puerta se puede ver el escudo de la familia Fernández de Velasco, señores durante cuatro siglos de la villa. Pero los monumentos no se quedan solamente en la puerta, Pedraza cuenta con numerosos puntos de interés turísticos.

Plaza Mayor de Pedraza.

Plaza Mayor de Pedraza. / Shutterstock

Su Plaza Mayor es una de las más bonitas de España. Su peculiar construcción obedece a las celebraciones taurinas de la época, con balcones para que los nobles pudieran disfrutar de estos festejos. En esta plaza se siguen conservando palacios y casas del Siglo XVI y XVII con fachadas imponentes.

Cuenta, además, con uno de los castillos más antiguos del continente. El Castillo-Fundación Museo de pinturas de Ignacio Zuloaga fue casa de los Condestables de Castilla durante siglos y, posteriormente, fue adquirido como segunda residencia por el pintor que hoy pone nombre al castillo: Ignacio Zuloaga. Se puede visitar, excepto la zona destinada a la vivienda ya que sigue perteneciendo a la familia.

El Patio "Entre Muros" consta, también, del "Patio de Armas" y el "Museo en Torre Norte", abiertos de miércoles a domingo durante todo el año. Aquí se pueden ver obras de Artes Decorativas y de Ignacio Zuloaga.

Castillo de Pedraza.

Castillo de Pedraza. / Shutterstock

La Iglesia de San Juan Bautista data del Siglo XIII y su origen es románico. Consta de una torre de doble arquería y dos capillas aunque ha sido ampliada con varias remodelaciones. Con el paso del tiempo, el interior también se vio modificado incluyendo nuevos retablos barrocos y obras de otras épocas. Es la única iglesia abierta al culto.

La Iglesia de Santo Domingo se sitúa en la antigua judería y en la actualidad alberga espacios de divulgación cultural y diversas actividades para locales y visitantes.

La Iglesia de Santa María es la más cercana al Castillo por lo que en este templo los Condestables de Castilla celebraban sus ceremonias. No está en muy buen estado porque fue abandonada en el Siglo XIX.

La Ermita de San Pedro es un templo pequeño de origen románico que fue convertida en una vivienda particular. Pasa desapercibida para los visitantes por su ubicación: cerca de los aparcamientos.

La Cárcel de la Villa se encuentra en la entrada y con su visita podrás conocer los secretos y curiosidades que se dieron durante siglos en el lugar. Conservada por la Fundación, organizadora de las visitas guiadas.

Las murallas de la villa existen desde el Siglo XI y fueron creadas por un objetivo defensivo ante otros pueblos. Se mantienen en buen estado en la actualidad.

El acueducto fue construido para llevar el agua desde el manantial hasta la fuente del Caño, donde la población se abastecía. Desde allí se pueden hacer varias rutas senderistas por el entorno de Pedraza.

La Casa del Águila Imperial es un centro que sirve de referencia del Parque Natural Sierra Norte de Guadarrama y se ubica en la antigua Iglesia de San Miguel.

Pero no todo es visitar monumentos en Pedraza. Esta villa cuenta con una gastronomía envidiable. Allí podrás disfrutar de corderos asados, uno de los platos tradicionales, o los soplillos en repostería. Para acompañarlo, el ponche segoviano.