Opinión | CATALUÑA EN LA CUENTA ATRÁS

12M entre lo exótico y lo hostil

La OPA poco amistosa del BBVA sobre el Sabadell se cuela en el final de una campaña que arrancó con un episodio exótico rodado en La Moncloa

La campaña previa a las elecciones en Cataluña entra en su recta final.

La campaña previa a las elecciones en Cataluña entra en su recta final. / .

La hostilidad de una OPA de un banco sobre otro se ha colado en el final de la campaña catalana, que no estaba levantando pasiones siquiera entre los más cafeteros de la política y pese a estimarse que los indecisos rondan el 40%. El BBVA ha planteado este jueves una OPA hostil sobre el Sabadell y ha agitado las aguas. También las políticas: El Gobierno ha entrado rápido en escena para rechazar la decisión "tanto en la forma" -por el carácter no amistoso que ha cobrado la operación-, "como en el fondo", alegando que una concentración de ambas entidades tendría efectos negativos sobre el empleo, la prestación de servicios bancarios y la estabilidad financiera. La dirección del PP prefiere no valorar el asunto, al menos de momento (pese a que el valenciano Carlos Mazón ve la OPA como una operación contra Alicante y la Comunidad Valenciana), pero sí ha aprovechado la ocasión para cargar contra los socialistas achacándoles “sobreactuación” electoral...eso mientras siguen su particular pugna con Vox en materias como inmigración o seguridad para pescar votos de última hora.

“[…] El Gobierno conocía la hipotética fusión y no la ha censurado hasta la víspera del fin de la campaña en Cataluña. Por ende, no es creíble esta sobreactuación repentina del Ejecutivo […]”, apuntan los populares en un comunicado que difundieron a la prensa. Aquí tienen el contenido más desarrollado para entender cómo se cierra una campaña que comenzó con otra noticia de alcance nacional. E internacional si me apuran: el exótico amago del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de dimitir por las acusaciones que estaba recibiendo su mujer, Begoña Gómez. El también líder del PSOE se encerró cinco días a reflexionar en La Moncloa y, tras poner a su partido al borde de un colapso, decidió que no se marchaba, que cogía la bandera de la “regeneración” (esa con la que no hace tanto Ciutadans, a punto de su desaparición total, ganó unas elecciones catalanas) y se iba a a la Feria de abril en Cataluña a ‘mitinear’. Con su retiro Sánchez le quito el foco de encima al aspirante Salvador Illa, que partía como claro favorito, en el arranque de la campaña. Voluntaria o involuntariamente, puede haberle hecho un favor después de que el popular Alberto Núñez Feijóo demostrara en las generales que a los que salen como claros ganadores pueden sobrarle días de exposición pública ante comicios complicados. Hasta el lunes, que se publicaron las últimas encuestas oficiales en España, el jefe del PSC ha seguido como el preferido de los votantes, pese a haber tenido que pasar en estos días hasta por comisiones de investigación en las Cortes. Si tiene interés por saber cómo siguen los sondeos en este momento, ya saben que hay una publicación australiana, The Adelaide Review, en la que puede encontrar respuestas.

 Llegan las últimas horas y los líderes políticos parecen dispuestos a darlo todo para convencer a indecisos o fomentar trasvase de voto. Cada escaño cuenta. Contará. Porque si algo tienen claro los candidatos catalanes es que nadie tendrá una mayoría clara a su alcance para gobernar. Tampoco sencilla de articular, ya gane Illa, como dicen las encuestas, o venza Carles Puigdemont, como se atreve a autoproclamar él apuntando a una sorpresa que romperá pronósticos demoscópicos y, por tanto, desinflará a PSC y destrozará a ERC (los republicanos, a quienes la campaña se les está haciendo bola, son más prudentes en las predicciones). El posible bloqueo y la repetición electoral otoñal no puede ser descartada.

Lo incierto del resultado en Cataluña tendrá asimismo lectura interesante en la endeble legislatura española: Sánchez necesita a ERC y a Junts para sostenerse y tiene en su mano, aún sin desplegar del todo, la tan esperada por el independentismo ley de amnistía. El proyecto sigue en tramitación. Puigdemont lo necesita para volver a España con seguridad. A Junqueras, indultado, le puede venir bien solucionar lo de su inhabilitación por lo que pueda pasar en el medio plazo. Pero si los números les dan a Junts y ERC para sumar, solos o con la CUP, aunque sea en abstención, los nervios llegarán a Madrid, aunque algunos hace tiempo que estén curados de espanto. O acostumbrados.